La obra de Julián Ochoa (San Fernando, 1961) reúne muchas de las características que definen la fotografía humanista, cuya impronta destaca la importancia de la persona por encima de las circunstancias que la condicionan. Ochoa transita sobre esa delgada línea invisible que separa la evocación de la descripción con un estilo que se caracteriza por contener muchos de los valores expresivos de los clásicos, además de hacer gala de un exquisito blanco y negro en analógico, fruto de un oficio artesanal de excelente acabado. Es un viajero incansable, siempre ávido de descubrir nuevas luces con las que revelar una parte de él mismo en cada historia que fotografía. Maestro FIAP (Federación Internacional del Arte Fotografico). QEP en paisaje y retrato (Federación Europea de fotógrafos profesionales, FEP) y ha obtenido más de un centenar de premios nacionales e internacionales, entre los más importantes la Abeja de Oro (Guadalajara), The Golden (Dinamarca), Auteurop (Francia), Bolbec (Bélgica) o The Dromsgrove Photographic Society (Inglaterra). Destaca además por su gran labor docente, y actualmente dirige la galería de arte La Polaroid.
¿Cuanto tiempo ocupa la fotografía en tu vida?
La fotografía me atrapa tanto que casi no puedo hacer otra cosa.
¿Cómo ha progresado a lo largo de tu vida tu interés por el motivo de tus imágenes?
En mis inicios quería realizar fotos “bonitas”, posteriormente, conforme fui avanzando en el medio fotográfico, estuve más interesado en tomar fotos “buenas”, y ahora mi intención es que en el espectador (último eslabón en la comunicación de una fotografía) haya un sentimiento de presencia cuando observa la imagen.
¿Podrías describir tu forma de observar el mundo cuando llevas la cámara colgada al hombro?
Siempre hay un intento de entender el mundo fotográficamente con la máxima sencillez. No trato de ser minimalista, tan solo de eliminar del encuadre lo superfluo.
Eres un importante divulgador de las bondades de la fotografía analógica, tanto a nivel estético como psicológico (psicológico en cuanto que condiciona la manera de mirar, entender, esperar y fotografiar) ¿Percibes interés en ella en los fotógrafos jóvenes con los que tienes ocasión de hablar?
La fotografía analógica es tan solo un medio, no un fin. No solo forma parte de la historia de la fotografía, sino que es tan actual como la fotografía digital. En la gente joven percibo mas que interés, curiosidad. Cuando la conocen son pocos los que continúan en ella con profundidad. Exige mucha dedicación, poca producción, por lo artesanal del medio, y lo mas complicado: Una mirada limpia en la toma fotográfica.
Organizas varios viajes al año donde impartes cursos de fotografía analógica. Cuéntanos un poco lo que haces en estos cursos, qué tipo de alumnos asisten, etc…
Si, pero mas que cursos son talleres de trabajo. No soy un profesor que dé demasiados apuntes. Lo que quiero es que el alumno se implique en el acto creativo de tomar fotografías con un “porqué” y un “ para qué “. Lógicamente en los encuentros tocamos también temas técnicos, sobre todo para alumnos con menor formación en este aspecto, pero mi autentico interés en los talleres no es solucionar problemas, sino “liar” al alumno en pensamientos fotográficos. Todos tenemos creatividad y si nos interesa la fotografía, deberíamos de desarrollarla. Quiero que el alumno, cuando termine el taller y regrese a casa, marche con la cabeza embotada de ideas. En ese regreso al hogar comienza el verdadero taller de cada uno. La fotografía a fin de cuentas, es un camino solitario.
Los próximos talleres analógicos de viaje serán a Venecia, con motivo de su famoso carnaval, y en verano a Londres y Marruecos. También estoy preparando un taller en La India.
Si te vieras en la obligación de deshacerte de todos tus foto libros y unicamente salvar 3 ¿con cuales te quedarías?
Ni idea. Pero seguramente serían de tres amigos. Soy un romántico.
¿Por qué no tenemos un foto libro de Julian Ochoa? ¿Para cuando uno?
Cuando soy realmente feliz en fotografía es cuando fotografío. Todo lo demás; exposiciones, libros, etc… es una consecuencia de ello. Me imagino que todo llegará, pero no me quita el sueño. Hoy hay demasiada prisa para todo, y ya lo dijo el maestro Cartier Bresson: “lo importante es vivir”.
¿Qué país ha inspirado más y mejor a tu fotografía a lo largo de toda tu carrera?
Me muevo por sensaciones. Siempre me he sentido muy a gusto en el subcontinente asiático; pero no tengo un país favorito. No es importante que el lugar sea interesante para fotografiar, es el fotógrafo quién lo tiene que hacer interesante.
“Nuestras fotografías son un reflejo de quienes somos, de las personas que nos han acompañado, de los libros que hemos leído, de la música que oímos… ” Me gusta mucho esta reflexión tuya. No sé si está del todo completa, o si no es totalmente correcta.
Mas o menos si. Me refiero con ella a que toda fotografía es en realidad un autorretrato.
¿Dónde y como crees que hay que mirar en un mundo completamente fotografiado, y evitar así la repetición, no solo de la fotografía, sino también de la forma de mirar?
Solo nos queda hacerlo “a nuestra manera”. Intentar ser uno mismo.
www.julianochoa.com