Dylan creció en New Rochelle, al norte de Nueva York. Es el tipo de artista que encuentra su espacio total entre sus dos mayores pasiones: dibujar y el skateboarding, Para él fue increíble crecer tan cerca de Manhattan, viajar en 45 min. A Grand Central y patinar y explorar sus calles. Nos comenta qué en 2007 se mudó a Brooklyn para ir la escuela de arte y “aquí estoy desde entonces” (intuimos que sigue patinando y explorando sus calles).
Dylan mide a veces las distancias a golpe de patín. Por ejemplo, de su casa en Bed-Stuy a su estudio tarda 5 min… en skate.
Hace casi un año se centró a tiempo completo en su arte: ilustraciones independientes, encargos, exposiciones en galerías… También lleva una tienda online con sus prints, camisetas y otros items.

Trabaja habitualmente la técnica del grabado de xilografía y linograbado. También impresiones en color. Nos comenta que recientemente ha estado trabajando con bastante frecuencia el digital, jugando a mantener el estilo y apariencia de un grabado en madera. Es más aburrido, nos dice honestamente, pero te permite mejores rectificaciones cuando el trabajo es para un cliente.
Actualmente ha trabajado en un libro que ilustra artistas country clásicos cuyos nombres suenas como algunas especies animales (por ejemplo: Waylon Jennings como WHALEn Jennings, Whale = Ballena).
Uno de sus retos fue un libro llamado See Spot Shred. Eran fotos alfabeto sobre perros en skates. Rehizo por completo la primera versión y terminó autopublicandolo. “Todo el proceso llevó poco más de 4 años”, dice. Pero se siente muy orgulloso de este proyecto.

Dylan se inspira mucho de los animales y la naturaleza. Le gusta el humor de antropomorfizarlos y ponerlos en situaciones curiosas. Se inspiró mucho en viejas pelis Disney y en Don Bluth. Así simplificó la anatomía sin perder los rasgos animales.
Dylan tiene una creatividad siempre activa. Vive con dos gatos llamados Olive y Eleven y juega creando sus propias versiones de canciones sobre ellos, como “Olive my love” por “All of My Love” de Led Zeppelin. O “Mr. Eleven” al ritmo del Sr. Pleasant de The Kinks. Se entiende que su héroe favorito sea Townes Van Zandt, el clásico cantautor de los 70.
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