Un día, hace más de diez años, este malagueño descubrió que el camino que  había escogido para establecerse en la vida no era aquel que verdaderamente quería seguir. Por azar, o sencillamente porque tenía que ocurrir, entró en contacto con el arte y algo cambió. En ese momento tomó la determinación de emplearse a fondo para dar rienda suelta a una creatividad que le reportaría mucha más satisfacción y que, de alguna forma, necesitaba canalizar. Decidió empezar de nuevo, aprender, formarse, probar diferentes técnicas, soportes y materiales. Decidió crecer. Se inventó un nuevo camino y se dispuso a seguirlo con la decisión  del que descubre eso que muchos buscamos y pocos tenemos el valor o la suerte de encontrar, una vocación.

Para quien no te conozca preséntate y dinos exactamente qué haces.
Hola, soy Armando Gallego Green vivo y he nacido en Málaga aunque soy medio guiri por parte de madre, canadiense, de ahí el apellido Green. Actualmente trabajo en un proyecto de obra funcional y lo combino con la creación artística. Desde que tengo uso de razón he tenido una tabla debajo de mis pies, ya sea para deslizarme sobre asfalto, agua o nieve. Pero donde mejor me encuentro es en el agua, tal vez en mi vida anterior fui un gran calamar gigante.

¿Cómo empezaste en el mundo del arte y de la artesanía?
Aunque acabé la carrera de Económicas (por cierto no se cómo) por arte de magia llegó a mis manos un gran tórculo y gracias al poder de atracción que esta máquina causó en mi dejé atrás todo aquello para lo que me había formado y me adentré de lleno en el mundo del grabado.
A partir de entonces ha sido un proceso de exploración y aprendizaje, he cursado estudios de talla en madera, soldadura y serigrafía. Precisamente está última técnica es en la que estoy trabajando en la actualidad, combinándolo con otro proyecto paralelo de obra funcional llamado Recicla Lab, Laboratorio de Reciclaje.

¿Cómo definirías tu obra o tu trabajo?
Definir mi obra es complicado. Algo definido es algo que ya está terminado, luego no puedo definirla todavía. Cada proyecto es diferente, he desarrollado proyectos relacionados con el arte cinético, por ejemplo, y esta es una disciplina que me interesa mucho.

¿Qué pretendes conseguir con tus obras? ¿Crees que el arte puede cambiar el mundo de alguna manera?
Creo que la creación artística es un medio para la autorrealización personal, debería ser obligatorio realizar ejercicios de creatividad para despertar ese subconsciente y liberarnos de todas las ataduras actuales. Cada persona lleva un artista en su interior, lo único es que en muchos casos no somos conscientes, y es esta sociedad decadente la que no nos permite realizarnos como personas.

¿Cuál ha sido el encargo o la idea más extravagante que has hecho artísticamente hablando?
Realmente lo extravagante no ha sido la obra en sí, sino la forma de pago en especies. En concreto, una pata de jamón ibérico de bellota por un banco de madera realizado a partir de un tablón de 4 metros que encontré en la playa tras un temporal. ¡Viva el trueque! Lo único malo es que ese banco le durará al cliente toda la vida y a mi, en cambio, el jamón solo me duró las Navidades.

¿Qué te inspira a la hora de crear, hacer cosas, vivir, disfrutar, viajar, reír…?
La quietud de la noche, el olor de la madera, el contacto con la naturaleza, el mar ondulado, una cerveza bien fría, una tormenta de relámpagos, la piel de terciopelo, las progresiones geométricas, la luz del ocaso…

¿La banda sonora perfecta de tu día a día?
Si se trata de bandas sonoras, un magnifico día sería con Rockers, Darker than Blue, A Hard Day’s Night, Taking Woodstock, Downtown 81, Repo Men…

Dinos una imagen idílica que no te puedas quitar de la cabeza.
Yo metido en un gran tubo perfecto justo antes de que me engulla .

El arte, ¿en la calle o en las galerías y museos?
En todas partes. En la calle, en las galerías, museos y, por favor, también en casa.

¿Una afición que te haya cambiado la vida?
Definitivamente el surfing.

www.reciclalab.com