Andrew crece en Saratoga, a las afueras de San Francisco (California). Ha dibujado desde siempre y salvo las clases de secundaria es prácticamente autodidacta. “Nunca aprendí a sujetar el lápiz correctamente”, nos dice, “lo agarro con un dedo de más… y podría ser la clave de mi éxito”.
Sus principales influencias son los cómics y en especial la MAD Magazine (los putos amos, por supuesto). Los años 80 le pillaron de adolescente y a esta estupenda mezcla se le unió el punk rock, marcando fuertemente su estética.
Su obra principal ha sido el comic y la tira grafica underground, como su personaje Ogner Stump en la obra “One Thousand Sorrows”, una sátira llena de situaciones extrañas.

Andrew también lleva casi 10 años pintando y vendiendo cuadros en terciopelo. Empezó a hacerlo cuando salía de gira con su banda de un solo miembro The Slow Poisoner. Tiene reconocidas obras como un Diablo fumando sentado en la taza del váter o su reconocidísimo “unicornio de tres ojos vomitando arcoíris”. Llevarla a las casas de la gente o ponerla momentáneamente ante sus ojos es la misión en la vida de Andrew. Su meta como artista es crear cosas raras e inusuales, sacar lo extraño que hay en las bases de nuestra sociedad.
El método de trabajo de Andrew es súper interesante: viene de la cultura independiente del cómic. Según nos cuenta siempre hace varios bocetos, y cuando hay letras y onomatopeyas las entinta con una guía y un bolígrafo de punta metálica. Luego rotula las viñetas y completa el dibujo con un pincel. Con el terciopelo sin embargo, hace las líneas con tiza, mete una primera capa con acrílico blanco y luego encima los colores.

Su proyecto actual nos deja completamente flipados. Está haciendo una serie de cuadros titulados “Gruesome Globs” (y también está escribiendo una canción sobre el tema). El proyecto consiste en coger fotos antiguas de una persona cualquiera y dibujarle detrás un repulsivo monstruo gigante y amenazador hecho de mugre.
Para Andrew lo más duro es ser tan prolífico en un apartamento tan pequeño. La casa se le llena de cuadros y accesorios teatrales. Según nos explica, algunas veces deja piezas suyas en los arbustos del parque Golden Gate, para que los hippies colocados los encuentren. Según sus propias palabras: “es difícil separase de obras de arte que son mis hijos en cierto sentido, pero en algún momento todos deben abandonar el nido y revolotear por los troncos de los árboles del parque público si es necesario”.

Entre sus temas de inspiración favoritos está cualquier reto que el universo le pueda lanzar y entre sus héroes esta William Blake, “hizo pinturas extrañas muy pequeñas repletas de palabras y veía ángeles en los árboles”, nos comenta.
Su comida favorita son las espinacas porque en realidad son un opiáceo. Y tiene una canción de Elvis Costello alojada en su cráneo en penitencia por haber intentado colarse en un concierto suyo sin pagar (calló de un árbol al pasar la valla mientras sonaba).
Andrew seguro que tiene muchos secretos, pero este sobre su talento ya no es uno de ellos:
“Mi talento secreto es tener un pie fuera de sintonía de la realidad. Si bien esto hace que sea difícil mantener conversaciones normales, o incluso atarme los zapatos, significa que no hay escasez de ideas para hacer cosas”.
¡Salud, Andrew!


















www.theslowpoisoner.com