Rafa es un joven nacido en el popular distrito 7 -zona oeste- de Málaga. Su juventud puede entenderse muy bien a través de la siguiente palabra: “graffiti” y lo que ello conlleva; es decir, conocer y explorar lugares recónditos de la ciudad, tal y como dice: “Me pasé toda mi infancia y parte de la adolescencia pintando en la fábrica del butano (La Térmica) justo a los pies de la playa de Sacaba, y cuando no era allí, LAS RÍAS, tanto del polígono Guadalhorce como las de la Feria: ¡era nuestro templo del graffiti!”.

Este chico es, a su vez, versátil en su proyección artística y profesional, ya que como nos cuenta, su lugar de procedencia es de naturaleza volátil y cambiante. De sus muchas fuentes de inspiración manan ilustraciones coloridas y divertidas que consigue mediante grandes dosis de esfuerzo, porque según Rafa nada habría sido de él sin la perseverancia. Se puede tener mucho talento, nos dice, pero de nada sirve si no va acompañado de esfuerzo. Es curioso conocer a personas “autóctonas” de Málaga porque resulta más cercano redactar estas palabras.

En la actualidad el joven trata de hacer posibles sus proyectos personales. A veces coge la bicicleta y se aleja del tránsito; se bebe un gazpacho; se come un espeto de sardinas (…). Su mejor forma para salir del asfixiante ajetreo diario es la que sigue: “Coger la bicicleta y sentir el asfalto, cada bache, la pintura de los pasos de peatones, cualquier desperfecto del alquitrán. Y apretarle al piñón fijo como si de una carrera de pista se tratase”.

AAFLER DEMAIN