SPRAY CREW

1 December 2023 Texto: Dreucol. Fotografía: Juanjo M. Fuentes y Archivo Spray Crew.

Hoy día acostumbramos a que cuando un movimiento, una tendencia, una moda; en definitiva, a que cuando un hype tiene lugar, nos llegue a todos a la vez, de inmediato. Las redes sociales antes de internet eran otra cosa. Así, lo que en Nueva York y Filadelfia comenzó a aflorar a finales de los 60, tardaría más de una década en extenderse a Europa. El graffiti hip hop llegaría a España a principios de los 80. Las películas y la música, a través del breakdance, serían la puerta de entrada para que un grupo de adolescentes se viera atraído por su estética visual. El graffiti en Málaga comenzó en un barrio de pescadores, en El Palo. Los pioneros de este movimiento eligieron un nombre tan inocente como inmortal: Spray Crew.

 

 

¿Quiénes conformabais Spray Crew y durante qué época estuvisteis activos en la escena del graffiti local?
Emilio “EMI”: En el grupo somos Truyi, Bernar y yo, Emi. Se formó mas o menos en el 1986 gracias a Truyi, el fundador de Spray Crew, quien nos propuso hacer un grupo serio. Él ya tenía
cierta experiencia, y era ex miembro de la crew Mad Max Breakers. Alguna que otra pintada ya habría realizado él con su crew … Bernar y yo ya bailábamos breakdance, y pintamos por nuestra cuenta en 1984 por primera vez. Al ver las películas de baile queríamos hacer lo mismo, y realizamos nuestra primera pintada. El primer graffiti fue en el recreo del cole donde nos dieron permiso los profesores, nos pagaron los sprays, y pintamos en nuestra zona de entrenamiento, en el muro del aljibe, ponía “Breakdance”. También pintábamos los dos por los muros de El Palo cerca de nuestro colegio y del instituto; pero, realmente, nos unimos con Truyi, y formamos Spray Crew en el 1986 mas menos, si no recuerdo mal, con la intención de responder al ver que otro escritor, al mismo tiempo que nosotros, firmaba en el instituto lo suyo, un tal Seen, en nuestra zona, y respondimos unidos como Spray Crew con un gran graffiti en la azotea del instituto de El Palo como una advertencia al tal Seen de que era nuestra zona y que íbamos a por él. Era un misterio ver nuestra pintada de Spray Crew de la noche a la mañana, allí arriba en la azotea del gimnasio del instituto. La pregunta era: ¿quiénes, cómo, y por qué se subieron allí a pintar aquello? Nadie comprendía eso muy bien. Desde entonces estuvimos activos haciendo pintadas personales y de encargo hasta 1990 por toda la capital y nuestro barrio.
Antonio Trujillo “TRUYI”: Spray Crew fueron, son y serán, siempre, Emilio, Bernardo, y yo, Truyi.
En la escena del graffiti local de Málaga estuvimos relativamente poco tiempo, pero para la edad que teníamos fueron bastantes años. Empezamos, creo recordar, en torno al año 86, y estuvimos en la escena hasta el año 89-90, pero haciendo ya cositas por encargo.
Durante todo ese tiempo poco a poco íbamos teniendo noticias de nuevos “discípulos”, desde aquel famoso graffiti en el instituto -que fue lo que más fama nos dio en la zona y después, progresivamente, en la capital-, hasta los graffitis que hicimos en los muros de Renfe.
Bernardo Pérez “BERNAR”: En un principio éramos Emi y Bernardo. En aquellos días, cuando empezamos como Jeb’s, (José Emilio y Bernardo), no conocíamos a nadie en el mundo del graffiti. Después cambiamos de nombre por RDS (Raid Street Dynamic), que fueron nuestros primeros graffitis, y al poco tiempo contacto con nosotros Truyi con una propuesta más ambiciosa y de mayor envergadura, y como locos nos pusimos a diseñar el que fue nuestro primer graffiti de Spray Crew.

 

 

¿Cuáles son vuestros primeros recuerdos asociados a la cultura hip hop?
Emilio “EMI”: Personalmente yo recuerdo ver el breakdance en la serie televisiva Fama en 1983, en la cual en uno de los episodios aparece una batalla callejera. También en la película Flash Dance en 1983 unos bailarines callejeros, concretamente los Rock Steady Crew. Y los primeros campeones de Breakdance España actuando en el programa Un Dos Tres en 1984. Eso fue la primera vez que yo vi en televisión el breakdance, pero aun no lo entendía como una cultura Hip Hop. Pero realmente donde vimos, Bernardo y yo, el breakdance en vivo, fue en la discoteca y pista de patinaje Rolling, en Pedregalejo, antiguo cine Lope de Vega. En esta disco todo el mundo bailaba break y patinaba, era fantástico el sitio. Más tarde, en 1989, se quedó como la discoteca Bobby Logan.
También se bailaba por el barrio y en los colegios, y a partir de ver las películas Beat Street y Breaking de 1984, y algunos vídeos musicales. Con eso ya entendíamos que no sólo era una moda o un baile, que era algo más, una forma de vida y una cultura en la cual estábamos inmersos. Entendíamos los cuatro elementos básicos del hip hop: el breakdance, rap, música DJ y el graffiti. Toda esta movida no la veíamos como una moda pasajera, hacíamos lo mismo que en las películas. Aprender en la calle bailando con el radiocassette y pintando en muros era nuestra forma de vida, aunque para muchos no fue así, lo consideraban una moda más, y lo dejaron en pocos años.
Antonio Trujillo “TRUYI”: Mi primer recuerdo asociado a la cultura hip hop es sin duda el baile, el breakdance. Yo quería bailar aquello como había visto bailar a los zombies de Michael Jackson en Thriller, o haciendo el moonwalk, o el vídeo de Break Machine, Street Dance; esos pocos segundos fueron los que hizo nacer la chispa.
Bernardo Pérez “BERNAR”: En verdad no recuerdo bien cuando o cuál fue la primera vez que vi algo de hip hop, pero si recuerdo el primer disco de vinilo que me compré, The Sugarhill Gang, en una tienda de discos en el pasaje de El Palo, en el año 80-81. En aquellos años me decían que era muy rarito por escuchar eso, pero me molaba el rollo que tenía este grupo. Más tarde vi películas como Flash Dance, la serie Fama, Break Dance, Electric Boogaloo, Body Rock, Beat Street …

 

 

¿A qué le dabais más importancia dentro del hip hop, al graffiti o al breakdance?
Emilio “EMI”: Las dos cosas por igual eran importantes, aunque es cierto que empezamos bailando, pero como se nos daba bien el dibujo pues iba de la mano también el graffiti. A los tres se nos daban bien ambas disciplinas, unos días pintabas y otros bailábamos.
Antonio Trujillo “TRUYI”: Buah, esto es una pregunta trampa, a ver … Inicialmente creo que todos empezamos con el breakdance. Como creo que ya sabéis, a los componentes de Spray Crew se nos daba bien dibujar, entonces nuestra crew inicialmente se volcó en el graffiti, pero es que la música nos acompañaba a donde íbamos, entonces salíamos como breakers, pero por la noche éramos grafiteros. Bueno, también hicimos algún pinito allá en Juvensur, con el primer concurso de rap, pero iba todo de la mano, ¿sabes? No le dábamos más prioridad a una cosa u otra. Yo creo que éramos la cultura hip hop andante del momento (risas).
Bernardo Pérez “BERNAR”: Era todo un conjunto, creo que fue la música lo que impulsaba la idea de explorar nuevas formas de expresión como el breakdance y el graffiti; y, la verdad, no se nos daban mal ninguna de las dos disciplinas.

¿Qué entendíais por graffiti en aquellos primeros años?
Emilio “EMI”: Como una expresión artística plástica -supuestamente prohibida- en la calle para que lo viera todo el mundo, y que formaba parte del hip hop. Nosotros, fieles a esta filosofía, hacíamos lo mismo.
Antonio Trujillo “TRUYI”: En aquellos primeros años, y a posteriori también, el graffiti era una forma artística de expresión. Recuerdo que ya existían las pintadas de manera reivindicativa, y que antes de utilizar la palabra graffiti, decíamos: “vamos a hacer una pintada a tal sitio”. O veías pintadas en baños, paredes con textos del tipo “Cuba libre”, etc … Vamos, ¡creo que esto nos viene de la prehistoria! La palabra graffiti no estaba tan introducida en nuestro vocabulario. Recuerdo, incluso, cómo en el origen le decían “el rompehuesos” al breakdance; pero, ya te digo, teníamos claro lo que era: una expresión artística, pero dándole forma y belleza especialmente al texto.
Bernardo Pérez “BERNAR”: Era una manera de decir que estábamos ahí marcando territorio, y una manera de expresión artística llena de colorido, y disfrazando el contenido con formas y colores, mandando un mensaje, una frase, o un nombre en un formato poco legible para la gente común.

 

 

Dado que en vuestra época fuisteis los primeros, no existía una competición contra otros, ¿qué era lo que os motivaba para pintar en la calle?
Emilio “EMI”: Poner en letras bonitas de colores el nombre de la Spray Crew como veíamos que formaba parte de la cultura. La motivación era el gusto de pintar para nosotros y sorprender a la gente con este arte que nadie conocía. No había competición con nadie, excepto un tal Seen que he comentado antes, pero no era una competencia para nosotros, era un principiante malo, muy malo. Supongo que otros breakers harían lo mismo que nosotros, pero no teníamos contacto, ni conocíamos otras zonas de pintadas. Con el tiempo muchas de nuestras pintadas eran encargos pagados como profesionales muralistas de graffitis. Para mí, personalmente, siempre digo que el primer graffiti que vimos, Bernar y yo, fue el que nosotros mismos pintamos en el muro del recreo del cole en 1984. Nunca vimos algo así, ni por nuestra zona, ni por el resto de Málaga. Eso no quita que otros como nosotros, breakers, hicieran lo mismo, y que lo nuestro no era lo único.
Antonio Trujillo “TRUYI”: No, nunca llegamos a hacer graffitis por competencia, lo hacíamos como una forma de expresión artística. Ten en cuenta que -ya lo habréis visto con algunos dibujos que hacíamos-, nos encantaba dibujar. Cuando no estábamos bailando, estábamos pintando en blocs, haciendo bocetos … Eso tiene su historia detrás … Entonces el plasmarlo en la calle era otra forma de expresión artística para que todo el mundo viera lo que podíamos hacer, lo mismo que podíamos hacer bailando. Después llegaron otros, pero lo vimos como una evolución del graffiti, porque ya era otra generación, pero nunca lo vimos como competencia.
Bernardo Pérez “BERNAR”: No recuerdo a nadie que compitiera con nosotros.

 

 

¿Le dabais mucha importancia a vuestro tag personal, o lo más importante era representar a vuestra crew?
Emilio “EMI”: Lo más importante era poner nuestro nombre en letras chulas, con estilo propio, en lugares imposibles como en la azotea del instituto de El Palo en 1987, que aún sigue allí. Pero rara vez bombardeábamos por los muros los famosos tags. Eso era desperdiciar la pintura, y considerábamos que era mejor reservarla para futuros graffitis, para hacer una pintada en grande de colores bonitos. Para sorprender, y darnos el gusto a nosotros y representar a nuestra crew. Era más importante, y se disfrutaba más que ir por ahí desperdiciando pintura con tags. La gente estaba habituada a las pintadas políticas o de protestas, pero al ver lo nuestro flipaban, y se preguntaban: ¿y esos quiénes son? Casi nadie conocía realmente el graffiti en sí mismo, ni la cultura hip hop, por eso éramos los pioneros. De tal forma que podías pintar a lo grande en plena calle y nadie te decía nada. En la última pintada, la de “Rake” (era un regalo/graffiti a mi novia) en los muros del Colegio Virgen Milagrosa, en la playa de El palo, mirando al paseo marítimo, recuerdo una patrulla de policía pasar por allí, vernos e ignorarnos, y nosotros un poco acojonados sin saber que hacer, si correr o seguir pintando … pero terminamos la pintada tranquilamente …
Antonio Trujillo “TRUYI”: A nosotros realmente lo que nos gustaba es que nos reconocieran como Spray Crew, pero te pongo en antecedentes: en aquella época no era delito, ni estaba perseguido hacer graffiti. Entonces a nosotros no nos importaba que la gente supiera quién lo había hecho. Lógicamente lo iba a saber nuestro entorno, porque no poníamos nombre y apellido, solo nuestros nicks. Nos gustaba ponerlo también, nos gustaba firmar como Spray Crew y quiénes éramos, ¡estábamos orgullosos!
Bernardo Pérez “BERNAR”: Los tags no eran lo que buscábamos, lo importante eran los graffitis, pero algún que otro tag hicimos.

 

 

En cuanto a vuestro estilo, ¿trabajabais más las letras o había otros motivos?
Emilio “EMI”: En las letras teníamos varios estilos: de pompa, el salvaje con flechas, y uno más sencillo o legible para los encargos, como más comercial. Y sí que teníamos algún muñeco o mascota que incluíamos en nuestras pintadas de Spray Crew, pero en los trabajos para discotecas y otros establecimientos eran motivos más decorativos con dibujos, como es el caso de Bowling Palmeras de Fuengirola.
Antonio Trujillo “TRUYI”: Inicialmente siempre fueron las letras, después lo íbamos decorando, paulatinamente, añadiendo más elementos; pero la base siempre fueron las letras, el texto o el mensaje. No recuerdo ningún graffiti nuestro que no tuviera letras.
Bernardo Pérez “BERNAR”: Personalmente creo que teníamos una competencia entre nosotros mismos que nos hacía ser cada vez mejores, aunando las ideas y estilos de los tres.

¿Cuáles eran vuestros principales referentes?
Emilio “EMI”: No teníamos referencias concretas, ninguna, solamente lo que vimos en las películas. Habíamos escuchado que existía un libro de los graffitis de New York, pero nunca lo vimos y no se vendía aquí en España. Pero si que conocí las pintadas del famoso Muelle y Tifón de un viaje que hice a Madrid. Eran los comienzos de estos escritores. El tan famoso Muelle creo que en 1987 más o menos, y pertenecían mas bien a la Movida Madrileña, punk, nada que ver con el hip hop, pero se considera graffiti también, por supuesto.
Antonio Trujillo “TRUYI”: No teníamos mucho, la verdad creo recordar que la única base que teníamos es lo que veíamos en la película Street Dance, nada más. Después, con el tiempo, sí que nos facilitó Javier Arquimbau, que por aquel entonces estaba en Los 40 Principales de Málaga, un libro que se llamaba Spraycan Art. De ahí sí empezamos a coger ya nuevos estilos, colores, etc.
Bernardo Pérez “BERNAR”: En aquella época referentes casi no había más allá de los que vimos en las películas que llegaron a España.

 

 

¿Cómo era la escena urbana malagueña en los años 80? ¿Podéis citarnos lugares y algunas anécdotas significativas de aquellos tiempos?
Emilio “EMI”: A nosotros nos pilló lo que tocaba en aquel momento. En casi todos los barrios se bailaba, siempre en alguna plaza, con los cartones o el parqué de suelo, y se hacían los “piques” o batallas individuales o en grupo, sin jueces, nada mas que la honradez de los propios breakers de valorar quien era mejor bailando. Como punto de encuentro era el paseo del muelle, enfrente de la comandancia militar, allí, en una plataforma, los fines de semana nos citábamos los breakers. También recuerdo la gente de patinaje, y los primeros skaters como Paco Nuñez y sus colegas. Todo esto convivía con otras tribus o culturas como los heavies, punkis, mods, roqueros, etc.
Antonio Trujillo “TRUYI”: La escena urbana malagueña era muy amplia. Nosotros nos iniciamos en el hip hop con el breakdance, graffiti, etcétera, pero en aquel entonces había rockabilis, heavies, mods, incluso skins. Todos bastante conocidos por la zona de Pedregalejo, que es donde nos movíamos. Pero, después, cuando arrancó el hip hop, fuimos buscando nuestros espacios, ya los los bailes los hacíamos principalmente en La Malagueta, o en Echevarría, en nuestra zona, también en Bingo París. La idea era que se pudiera girar bien.
Anécdotas tengo muchas, pero te voy a contar una que recuerdo con más emoción -previo a Spray Crew-, y es cuando una mañana nos fuimos a bailar a Eduardo Ocón porque hacía muchísimo calor y no podíamos estar allí, en La Malagueta. Entonces nos fuimos a bailar a la sombra, y resulta que estaban montando la Orquesta Sinfónica del Ayuntamiento para tocar a las 12, y nosotros llegamos allí a las 10:30, total, que pedimos permiso para bailar allí hasta que empezara el concierto … ¡Liamos una! Empezamos a poner la música por los altavoces que habían traído ellos, y empezamos a llenar Eduardo Ocón, de tal manera que no que cabía un alfiler, los muros del recinto estaban hasta arriba. Aquello fue apoteósico, tanto que la orquesta retrasó su concierto una hora porque allí terminamos hasta cantando rap. Memorable.
Bernardo Pérez “BERNAR”: Los puntos calientes del hip hop en Málaga fueron el centro, el paseo de la farola, el Bingo Paris, San Andrés, zona oeste, Torremolinos, y como no, El Palo, Echevarría … por donde nos movíamos. Sitios donde salíamos de marcha, Rolling, después fue Bobby Logan, en Pedregalejo; Purplerain, que pasó a ser Downtown, en Torremolinos; Piper, Radio City, Juvensur, donde se unían breakers, skaters, grafiteros, patinadores, raperos, bicis freestyle, y, en fin, todas las tribus urbanas.

 

 

¿Qué importancia tuvieron sitios de reunión como Juvensur para jóvenes como vosotros, pertenecientes, por aquel entonces, a una subcultura urbana pionera en la escena local?
Emilio “EMI”: Juvensur era un paraíso para nosotros de todo lo que había allí montado: música, patines, skate, BMX, etc. Pero, es verdad que cuando se montó aquello el breakdance estaba como pasado de moda y los únicos que bailábamos éramos nosotros y poco más. Lo más destacado a lo que se refiere nuestra movida fue el primer concurso de rap, que también participamos como Spray Crew. Juvensur era un sitio importante para estos encuentros.
Antonio Trujillo “TRUYI”: En Juvensur coincidimos todos los que nos movíamos en el mundillo, incluidos skaters, rollers … era una pasada. Era todo un acontecimiento ir allí y reunirnos a intercambiar ideas, etc. Pero no solo ya a nivel de la escena urbana, era un referente cultural. Fíjate que me ha venido a la cabeza ver allí por primera vez a La Fura dels Baus en una obra de teatro en la que el publico formaba parte de la obra. ¡Mas de una salió gritando de allí sin terminar de verla!
Bernardo Pérez “BERNAR”: Creo que Juvensur fue un centro multicultural donde podías bailar, patinar, BMX, hacer deporte, reunirte con amigos, y pasártelo bien.

 

 

¿Cuándo y dónde empezáis a conocer a otras personas que pintan en la ciudad?
Emilio “EMI”: Menos en nuestro barrio, El Palo, empezaban a surgir escritores por la zona oeste de Málaga, Puerta Blanca, el barrio de La Paz, La Luz y San Andrés. Sucedió cuando ya íbamos dejando de pintar entre 1989 y 1990. Ellos ya nos conocían, y creo que fuimos en cierta forma una inspiración. Podemos citar a algunos: el Morea, Mejias, Elpho, Apa (Salvatore), y otros que no recuerdo los nombres, pero que fueron la generación posterior a nosotros.
Antonio Trujillo “TRUYI”: Todo lo que ha dicho Emilio lo recuerdo igual.
Bernardo Pérez “BERNAR”: En el tiempo que estuvimos activos como Spray Crew no conocimos a nadie que pintara, sí a algunos que hacían esbozos, pero ya casi al final de los 80, principios de los 90, justo cuando me llamaron para servir a la patria. Después de un año en el ejército se enfrió el grupo, y cada uno por su lado.

 

 

Una de las pintadas que la gran mayoría de pioneros de la ciudad recuerdan es la de Radio City en la zona de la Avenida Juan XXIII. ¿Qué nos podéis contar de ese mural y de la historia que os llevó a realizarlo?
Emilio “EMI”: La primera fue en unos muros blancos cerca de las vías de los trenes que daba salida hacia las líneas de cercanía de la estación, y sí recuerdo que todo el mundo lo comentaba. Recuerdo hasta el diseño de colores anaranjados, rosas, y fondo de burbujas azules; las letras eran de estilo legible, para patrocinar el disco Pub Radio City con idea de que los viajeros lo vieran a la salida o entrada de la estación. Otra pintada de Radio City famosa estaba situada en un muro en dirección a la playa de la Misericordia. Estas pintadas eran puntos estratégicos que frecuentaba la gente, para dar a conocer el nombre del disco pub Radio City. Este pub estaba concretamente en el pasaje Mendivil, cerca de los América Multicines, que, dicho sea de paso, allí pintamos otra de Radio City en el muro de enfrente del mismo pub. Sucesivamente pintamos otras en varios sitios como el muro del Astilleros Nereo, situado entre los baños del Carmen y la playa de Pedregalejo, este era muy vistoso. En ese gran muro blanco, mirando a la playa. Otra de las últimas que yo recuerde fue en los muros del Colegio Virgen la Milagrosa (El Palo), mirando al río Jaboneros, a la altura de la carretera. Los propietarios del Pub Radio City eran los locutores de radio Javier Arquimbau y Daniel Moreno, ellos tenían un programa musical llamado Disco Monster de música rap, soul y funky, y toda esa movida de aquel tiempo de Los 40 Principales. Ellos nos pagaban los botes de spray para nosotros practicar el arte del graffiti con el nombre de su local. Por supuesto, los botes que sobraban eran para nosotros y hacer nuestras pintadas siempre por la zona de El Palo.
Antonio Trujillo “TRUYI”: Tal cual.
Bernardo Pérez “BERNAR”: Uffff, qué te cuento que Emi no haya contado ya … era todo felicidad/nervios cada vez que salíamos a pintar, y que las pintadas de Radio City fueron y serán un trocito de historia de Málaga.

 

 

¿Pensasteis en ganaros la vida trabajando como artistas del graffiti, o solo fue algo puntual?
Emilio “EMI”: Ya lo hacíamos, pero de seguir hasta ese punto de ganarnos la vida trabajando como artistas del graffiti exclusivamente, no sabría decirte. Puede, sí que teníamos toda la posibilidad de enfocarlo profesionalmente. Tuvimos muchos encargos para decorar salas de fiesta, pubs, discos de la Costa del Sol … y cómo no, la disco Max, en calle San Lorenzo. Ahí llegamos a pintar en varias ocasiones, exteriores e interiores, y con colores fluorescentes en el interior, eso en la oscuridad era una pasada, con las luces moradas los graffitis cobraban vida. Éramos los únicos en decorar estas salas con graffitis. Y repito, los botes que sobraban eran para nuestras pintadas de Spray Crew.
Antonio Trujillo “TRUYI”: No, ganarnos la vida no, pero sacarse unas pelillas sí, que nos venían muy bien. Creo que todos teníamos otros objetivos a largo plazo.
Bernardo Pérez “BERNAR”: La verdad es que eso de vivir del graffiti era una utopía, pero nos abrió la mente y las puertas a otros campos relacionados a los que dedicarnos profesionalmente en la actualidad.

¿Continuasteis vuestra formación artística en alguna escuela o fuisteis siempre autodidactas?
Emilio “EMI”: Pues ambas cosas. Por nuestra cuenta cada uno nos formamos en profesiones, de alguna manera, artísticas. Descubrimos el arte de la aerografía para hacer ilustración, y yo sí que estudié Diseño Gráfico e Ilustración en la Escuela San Telmo, que es a lo que me dedico ahora profesionalmente, pero con Photoshop. Bernar se enfocó en aerografía y rotulación, y Truyi en el diseño gráfico. Fuimos evolucionando con la base que teníamos del dibujo y el graffiti.
Antonio Trujillo “TRUYI”: Las clases de dibujo en la escuela y las técnicas en el instituto, punto. Todo lo demás de forma autodidacta.
Bernardo Pérez “BERNAR”: En mi caso sigo siendo autodidacta, los estudios no eran para mí. Hoy por hoy soy diseñador rotulista de vinilos.

 

 

¿Surgió en algún momento algún interés institucional por vuestro trabajo, más allá de los encargos de particulares?
Emilio “EMI”: No surgió, y tampoco lo hicimos, quizás, por ignorancia por nuestra parte, o por que ya estábamos cada uno en nuestras profesiones centrados. Sin duda, de haberlo intentado, con alguna institución pudiera haber funcionado, y así dar más a conocer el graffiti en Málaga, ya que éramos los pioneros. Tristemente no se nos pasó por la cabeza.
Antonio Trujillo “TRUYI ”: Para nada, todavía este tipo de arte callejero ni siquiera había llegado a oídos de los más jóvenes.
Bernardo Pérez “BERNAR”: Creo que no estaba bien visto lo que hacíamos en aquellos tiempos.

¿Tenía alguna relevancia pintar de manera legal o ilegal para vosotros?
Emilio “EMI”: Pintábamos de ambas maneras, pero el rollito y la adrenalina de hacerlo ilegal molaba más. Al hacer nuestras pintadas de Spray Crew. esa experiencia, es algo que solo un artista del graffiti lo siente, y no se experimenta lo mismo cuando es un encargo. De todas formas, en aquellos tiempos no había tantas leyes, ni tanta vigilancia, casi podíamos pintar a plena luz del día y no pasaba nada. En algunas ocasiones así lo hacíamos. El graffiti no se conocía como acto vandálico, y como ya he comentado antes, solo había pintadas de protestas políticas tipo “Viva Franco” o no sé qué de huelga, ley el aborto, etc. Eso no lo consideramos graffitis. Son mensajes sin contenido artístico.
Antonio Trujillo “TRUYI”: En aquel entonces ni nos planteamos que fuera a ser ilegal en algún momento, era arte y como tal ni se nos pasaba por la mente. Éramos conscientes de la propiedad, por eso nunca pintamos un vagón, solo los muros, que para nosotros era embellecerlos. Si me preguntas, ahora con mi edad no lo haría. Si me preguntas hoy día con la edad de entonces, te diría que me lo pasaba por el arco del triunfo.

 

 

¿Cómo habéis vivido la evolución del graffiti, y de movimientos cercanos como el muralismo de gran formato, en la ciudad de Málaga en los últimos diez años?
Emilio “EMI”: En mi caso, más o menos me he mantenido al día de la evolución del graffiti a nivel general de la capital, y sí que he visto una evolución inimaginable, increíble, a nivel profesional veo piezas de muy buena calidad y famosas. Esto en nuestros tiempos era impensable, tanto de forma legal como ilegal. Por otra parte, veo también mucho bombardeo malo y feo que no aporta calidad o nivel, pero tiene que haber de todo, por supuesto.
Antonio Trujillo “TRUYI”: Brutal. Las líneas, las perspectivas, los colores, la técnica … buah, chapó. Pero es que hay boquillas intercambiables y sprays específicos, cientos de tonalidades … es una pasada los materiales que hay ahora y lo que pueden hacer con ellos.
Bernardo Pérez “BERNAR”: Yo me he quedado un poco rezagado en el mundo del graffiti, pero los murales como el de la clínica El Ángel me flipan. La verdad es que hay muchísimo nivel hoy, pero no todos son buenos como dice mi compi.

 

 

¿Qué diferencias fundamentales encontráis entre vuestra época y la época actual donde cualquier pintada puede ser compartida casi de manera instantánea vía redes sociales?
Emilio “EMI”: Una diferencia brutal, impensable comparado con lo de ahora. En nuestra época nos hacíamos fotos y la compartíamos entre nosotros de forma analógica; cámara de carrete, esperar a ver el revelado, y ¡sorpresa! Tener copias físicas entre nosotros era muy emocionante. Sé que nuestro trabajo se compartía por otros escritores que estaban comenzando, y fotografiaban lo nuestro, y de alguna manera, esa era la red de difusión, o se corría la voz de unos a otros más o menos. Muro donde pintábamos, pues al poco tiempo aparecían pintadas de principiantes al lado, y eso nos daba cierta alegría, ver que otros nos seguían y el movimiento graffiti empezaba a crecer. Pero para nada lo que hay hoy, que en casi todos lo barrios de la capital, ya no solo la zona centro o Soho, ya en cualquier pueblo o barrio he visto piezas impresionantes, y eso se comparte in situ con las redes sociales. Esto hace que la difusión y crecimiento del graffiti sea exponencial y llega a todos los rincones del planeta. Como he comentado antes, tuve la oportunidad en un viaje en 1987 a Madrid de conocer las pintadas de Muelle, Tifón y otros de la Movida Madrileña; nada que ver con la cultura hip hop, pero también era graffiti, y está considerado como lo máximo en la historia del graffiti en España. Lo nuestro era más bien a nivel malagueño, muy local y sin contacto con otros escritores. Éramos los únicos aquí.
Antonio Trujillo “TRUYI”: Pues imagínate, ahora el intercambio de información es inmediato, solo tienes que teclear en el buscador y tienes cientos de miles de fotos. Nosotros para ver una teníamos que recorrer kilómetros -a veces miles, como para ir a Madrid o Barcelona- para traerte una foto que luego lo mismo ni salía bien. Lo que se te quedaba en la retina es lo que traías. O rebobinar la cinta de VHS y darle al PAUSE en las 2 películas que había en la casa de algún amigo que tuviera un aparato de video.
Bernardo Pérez “BERNAR”: Pues eso, casi 40 años de diferencia. No teníamos casi ni cámara de fotos, y todo lo que le querías decir a otra persona de lejos tenía que ser por carta, teléfono fijo, o cabina. Ni móviles, ni internet, ni nada de lo que hoy casi sobra. La tecnología ayuda a la difusión y por esto hoy hay tanta información, fotos, videos … canales que nosotros no tuvimos la oportunidad de poder usar.

 

 

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