Los documentales de música viven una época de esplendor y se han convertido en un fenómeno que cada vez tiene más adeptos en todo el mundo. Pero este éxito no es casual ni tampoco es fruto de una moda pasajera, sino que se debe al entusiasmo de un público muy exigente, que desea experimentar la música de maneras distintas. A pesar de marcar tendencia, este género cinematográfico sigue siendo una “rara avis” dentro del panorama audiovisual, puesto que apenas tiene presencia en los canales de televisión generalista, pero goza de una gran popularidad gracias a la rumorología, a los “bootlegs” que circulan en video, a los festivales especializados (como el In-Edit o el SXSW) y a las imparables descargas en Internet.
Toda esta palabrería viene a cuento del éxito del documental “Sound City” que ha dirigido Dave Grohl. Actualmente, nadie pone en duda que el líder de los Foo Fighters es uno de los personajes más inquietos de la industria musical y este año ha vuelto a sorprender con un proyecto totalmente alejado de los escenarios y de las giras multitudinarias a las que nos tiene acostumbrados. Se trata de una ambiciosa película que se estrenó en el Festival de Sundance y que nos adentra en la trastienda de Sound City, el famoso estudio de grabación del mismo nombre ubicado en Los Ángeles (donde Nirvana grabó el álbum “Nevermind” en 1991), justo antes de su cierre definitivo por culpa de la crisis y la invasión del universo digital.
Se trata de una historia sobre música, sobre pasión por el rock y también de amistad. No en vano, Dave Grohl ha contado con la colaboración de artistas (y amigos) tan destacados como Josh Homme, Neil Young, John Fogerty, Trent Reznor, Rick Springfield y Kirst Novoselic, que además han contribuido en la asombrosa banda sonora original de la película.
Aprovechando que “Sound City” ha cosechado críticas entusiastas y que ya puede adquirirse en su web oficial, hemos hablado con Kenny Stoff (director de fotografía y mano derecha de Dave Grohl en este ambicioso proyecto) para conocer los secretos del rodaje y la magia de las sesiones de grabación.
(Aviso para navegantes: al final del reportaje incluimos las reseñas que nos han pasado varios artistas nacionales e internacionales sobre los álbumes más relevantes que se han grabado en ese estudio de Los Ángeles desde los años 70 hasta la actualidad)
Kenny, empecemos por el principio de esta aventura, ¿cómo te involucraste en el documental de “Sound City”? ¿Conocías la leyenda de este estudio de grabación?
Mi participación en el proyecto empezó gracias a mi gran amistad con el productor John Ramsay. Nos conocemos desde que yo llegué a Los Ángeles y él es una de las personas en las que más confío. Le encanta decirme que no habría hecho este documental sin mi. El otro productor, Jim Rota, también es un buen amigo y siempre pone en duda esa afirmación. Yo no conocía la historia de Sound City antes de empezar el rodaje, aunque sí que sabía que Dave había comprado una mesa de mezclas que, supuestamente, tenía poderes mágicos y que la había trasladado a su propio estudio.
Esta película es el debut en la dirección de Dave Grohl. Todos conocemos su faceta de músico, pero ¿cómo fue trabajar con él en un proyecto cinematográfico?
Trabajar con Dave fue el desafío más increíble y gratificante que he hecho en toda mi vida. Su visión era muy clara, pero también animó al equipo para que lanzaran ideas y éstas cobraran vida en la gran pantalla. Debido a esta libertad creativa, sentí una especie de responsabilidad, casi como una obligación, para que se convirtiera en el documental de rock con la mejor estética posible. Sentía la inspiración día tras día.
“Sound City” es una película que habla sobre música, pero también reflexiona sobre la amistad y los cambios en las técnicas de grabación. ¿Cómo describirías la esencia del documental?
Creo que “Sound City” trata sobre la energía de la música, sobre todo cuando se toca con otra gente. Algunos dicen que es una película sobre la confrontación entre el mundo analógico y el digital, pero realmente sólo se centra en la asombrosa historia de uno de los grandes estudios de grabación y su cierre a causa de las nuevas tecnologías. Es una obra educativa que pretende inspirar a la próxima generación de músicos para que cojan un instrumento, aprendan a tocarlo, monten una banda y ensayen mucho. La música suena mejor cuando la tocan personas reales y están juntas en el mismo sitio.
Por curiosidad, ¿qué sensaciones tuviste en el estreno en el Festival de Sundance el pasado mes de enero?
Fue una experiencia increíble estar en el festival. Lo que más me gustó fue sentarme en la oscuridad de la sala de cine, junto a un puñado de gente desconocida, y fijarme en sus reacciones en los puntos álgidos de la historia. Fue una experiencia musical para los oídos y la vista.
Después de haber presenciado en directo todas las sesiones de grabación, ¿cuál crees que es el momento musical más inspirado que rodasteis?
La interpretación más especial fue la de Trent Reznor, Josh Homme y Dave Grohl grabando el tema “Mantra”. En la película, Tom Petty hace referencia a la metáfora de “capturar un rayo en una botella”. Nosotros capturamos cierta magia esa noche y fue una experiencia trascendente. Mi compañera de cámara en el rodaje, Jessica Young, y yo mismo nos sentimos en total sintonía, como si estuviéramos tocando la canción con los músicos. La cámara funcionaba sola y era como una prolongación de nuestros cuerpos, en armonía con la música. Fue una sensación muy especial, de esas que no ocurren muy a menudo. También me gustaría destacar el rodaje con los miembros de Nirvana y Paul McCartney.
Centrándonos en tu trabajo como director de fotografía, ¿intentaste capturar ciertas atmósferas en el estudio de grabación o en las entrevistas?
Cuando me contrataron para el trabajo, me dijeron que debía parecer una película y ser vibrante. Con eso en mente, intenté dar una estética propia a cada entrevista. La mayor parte se rodó en Studio 606, que es propiedad de Dave, y resultó bastante complicado encontrar diferentes sets de grabación. Quería que las entrevistas realzaran la personalidad de la gente y su presencia en la pantalla. Mi idea era que los espectadores sintieran la experiencia de estar en primera fila, como si estuvieran realmente en ese estudio con esas personas asombrosas. Utilicé la misma técnica para las interpretaciones musicales, adaptando el estilo visual a la canción. Para mi se trata de una cuestión de “feeling” y deseaba crear un vínculo emocional con el público. Al final, lo que sucedió fue que cada vez tendí más hacia lo oscuro. ¡Cuánto más vibrante, mejor!
Viajasteis a Hawái para entrevistar a Neil Young y grabasteis a Mick Fleetwood en el famoso hotel Chateau Marmont… ¿cómo fue la experiencia de colaborar con artistas tan legendarios?
Estos músicos son mis héroes. Cuando te dicen que grabarás a Neil Young, Tom Petty o Paul McCartney, ya puedes imaginar que la presión va implícita en el trabajo. Fueron entrevistas maravillosas para y, como ya he comentado, intenté mostrarlos tan extraordinarios como son en realidad. Ir a Hawái para rodar con Neil Young fue el punto álgido del documental. Cuando llegamos para preparar el set, era un día soleado y con el cielo azul. Entonces apagué las cámaras, justo antes de que él llegara, para que no se calentaran, puesto que era un día caluroso y húmedo. Cuando las encendí de nuevo, todo se volvió de un color blanco grisáceo. Él había traído su filtro de nubes, como si fuera un clima propio. Pero, igual que sucede con Gandalf el Mago, las nubes desaparecieron tan pronto él se fue. Su entrevista fue electrizante, algo que recordaré el resto de mi vida. ¡Fue mágico!
En los rodajes siempre ocurren cosas asombrosas que ayudan a crear el mito de las películas. ¿Podrías contarnos alguna anécdota sorprendente que os sucediera entre bambalinas?
Mientras conducíamos hacia el sur desde Seattle, para rodar la secuencia inicial de la película, Mick Jagger llamó a Dave para hablar sobre el concierto que iban a dar en el programa televisivo Saturday Night Live. Recuerdo que comentaban la canción que interpretarían… para mi fue un momento surrealista y pensé “¿qué diablos estoy haciendo aquí?”
¿Te planteas muchas diferencias a la hora de trabajar en documentales, videoclips o publicidad? ¿Qué proyectos tienes en marcha en estos momentos?
Para mi, todo gira alrededor a la historia y en conseguir una estética bonita que apoye la narración. Tanto si es un anuncio como si es un documental, el proceso de trabajo siempre es el mismo. Dedico todo el tiempo posible a la fase de preproducción porque me gusta tener una planificación y ceñirme a ella. En “Sound City” planificamos cada entrevista y cada interpretación al detalle. De este modo, cuando llegaba el día de rodaje, sabíamos perfectamente qué teníamos que hacer. A partir de ese punto, puede surgir la improvisación y puedes dedicarte a la experimentación. El secreto es tener un buen punto de inicio. Actualmente estoy dirigiendo anuncios y escribiendo mi primera película, con la idea de rodarla el próximo año. También tengo pendientes un par de videoclips, así que me considero afortunado de poder dedicarme a lo que más me apasiona y nunca tengo la sensación de estar trabajando.
Para terminar la entrevista, ¿cuál es tu álbum favorito de todos los que se han grabado en Sound City?
No estoy seguro que cuál sería mi favorito, puesto que hay muchos. “Nevermind” de Nirvana, “Damn the Torpedos” de Tom Petty and the Heartbreakers y “After The Gold Rush” de Neil Young. Estos tres me han inspirado en muchos aspectos de mi vida. Recuerdo haberlos comprado en la tienda de discos, pero nunca imaginé que tendría el privilegio de trabajar un día con estos artistas tan relevantes. Ha sido un sueño de rock n’ roll hecho realidad.
Reseñas de álbums grabados en Sound City
Jason Farrell
(diseñador gráfico, director de cine y músico de bandas como Swiz, Fury, Bluetip, Sweetbelly Freakdown, Retisonic y Red Hare. Reside en Los Angeles).
Álbum: “Heaven Tonight”. Cheap Trick. 1978
Aunque conozco todos los álbumes grabados en Sound City, nunca había escuchado nada sobre este estudio. Las primeras grabaciones se realizaron en una época en la que no me molestaba en leer los créditos de los discos (puesto que era demasiado pequeño o estaba en la escuela primaria), y cuando cumplí 14 años solamente me fijaba si un Lp se había grabado en los Inner Ear Studio. Ver ahora un listado de todos los discos producidos en Sound City es impresionante, sobre todo porque algunos son mis favoritos. El primero de Queens of the Stone Age destaca entre los más recientes. Si vamos más atrás, el “Amoricai” de los Black Crowes es una obra fenomenal y el “Out of the Cellar” de Ratt es genial dentro de ese género y época. Pero de todos los álbumes que ahora sé que se grabaron allí, el “Heaven Tonight” de Cheap Trick de 1978 es mi favorito. Incluso puede que sea mi disco preferido de mi banda favorita. Es complicado decir cuál de los tres primeros discos de Cheap Trick es mejor, porque cada uno tiene canciones increíbles. Pero la producción de “Heaven Tonight” (grabado a medias entre Sound City y The Record Plant en Los Ángeles) le da un sonido especial. Es más completo que su debut homónimo y más agresivo que su continuación. Su mezcla de energía, dulzura, humor y actitud se aprecia en todos sus discos, pero nunca de manera tan perfecta como en la primera canción, “Surrender”… 4 minutos y 13 segundos de power-pop trascendente. “Auf Wiedershen“, “High Roller“, “Taking Me Back” y “Stiff Competition” son otras muestras evidentes de una banda en plena forma.
Airbag
(grupo de punkrockpop de Estepona, que acaba de presentar el documental “Buscando la ola perfecta”, sobre sus 15 años de carrera. Su último álbum, titulado “Manual de Montaña Rusa”, se editó en 2011).
Álbum: “Pinkerton”. Weezer. 1996
De toda la lista, nos quedaríamos con el “Pinkerton” de Weezer, que fue el segundo trabajo del grupo. Después del gran éxito que fue el debut (“Blue Album”) con varios mega éxitos como “Buddy Holly” o “Undone (the sweater song)”, se esperaba mucho del segundo álbum de Weezer. Pero la presión del éxito, desengaños amorosos, decepciones personales y las excesivas actividades del grupo en pleno éxito comercial hicieron que Rivers Cuomo entrara en un estado de creación profunda, oscura y muy intensa. Las canciones son mucho más complejas y retorcidas que en el “Blue Album”, las melodías son igual de buenas o más, pero llevan un contenido mucho más emocional. De hecho, hay quien dice que este disco fue uno de los puntos de inicio de lo que luego se llamaría “emo”. La producción técnica también es muy diferente, descartaron trabajar con un productor para asegurar que el sonido fuera similar al directo, sin adornar en exceso. Las voces creo que se grabaron en directo cantando los tres a un solo micro, voces y coros, como hacían grupos de los años 60 como los Beach Boys. El resultado fue un sonido nada comercial, mucho más difícil de asimilar por el gran público. El disco suena opaco, crudo e intenso, con falta de brillo. No sé si la producción fue intencionada o, simplemente, no lograron un sonido más nítido, pero va bastante acorde con la carga de tristeza y desolación que desprenden canciones como “Across the sea”, “Pink triangle” o “No other one”. Una obra maestra que no tuvo éxito de ventas y que muchos odiaron a la primera escucha, pero que con los años crítica y público han acabado alabando.
Esteban Girón
(guitarrista de Toundra, cuyo último disco editado en 2012 fue uno de los mejores trabajos del pasado año. Reside en Madrid).
Álbum: “After The Gold Rush”. Neil Young. 1970
“After The Gold Rush” de Neil Young es, para mí, su mejor disco con diferencia. Es un álbum diferente, tranquilo, sin la electricidad y el pulso (principales características de Neil). Con 20 años trabajaba en Escridiscos, la mejor tienda de música que ha tenido Madrid en la historia, y mi jefe era Escri, cantante de The Hardtops. Por aquel entonces yo ya estaba enamorado de “Harvest” de Neil Young y empecé a estar obsesionado con el canadiense. Por ello, Escri me regaló “After The Gold Rush“, diciéndome que era su mejor disco. Tenía razón. Grabar esas canciones (súper complicadas en ejecución) y que puedas sentir que tienes a los músicos tocando en tu salón puede que sea porque ha sido grabado en ese estudio. Un proyecto tan ambicioso como ese disco sólo podría haber sido grabado en estudios de ese tipo. También soy muy fan de “The Empire Strikes First” de Bad Religion… un disco al que nadie ha hecho mucho caso, pero que me parece de los mejores de la banda.
Kermit
(Grupo de rock instrumental de Málaga, que editaron uno de los mejores trabajos nacionales del pasado año 2012).
Álbum: “One Hot Minute”. Red Hot Chili Peppers. 1995
A pesar de todos los grandes nombres que pasaron por los Sound City Studios en los años 90 hasta la actualidad, de donde proceden la mayoría de nuestras influencias musicales (como Nirvana, Kyuss, Blind Melon, RATM, Tool, Rancid, Weezer, Foo Fighters, Queens of the Stone Age, A Perfect Circle, Slipknot, Bad Religion, Death Cab For Cutie y Everclear), nos quedamos con “One Hot Minute” de Red Hot Chili Peppers. Nos parece su disco más interesante por la aportación del gran guitarrista Dave Navarro (de Jane’s Addiction) y que fue el único que grabó con ellos. Navarro añade un punto de profundidad y desarrollo conceptual que la banda nunca alcanzó en los 5 discos anteriores, ni siquiera en el gran “Blood Sugar Sex Magic“.
Kiko Veneno
(cantante y compositor español que acaba de editar el álbum “Sensación Térmica”. Reside en Sevilla).
Álbum: “Nevermind”. Nirvana. 1991
“Le tengo especial devoción a Nirvana porque considero que es el último gran grupo. Realmente tuvieron una trayectoria muy corta y no sé si habrían tenido talento para explotar más ese camino. Creo que Kurt Cobain hizo lo que tenía en su mente y no creo que se guardara muchas más cosas. Con Jimi Hendrix pasa lo mismo, que no tuvo demasiada formación, pero era un adelantado, un “despejao”, era un vivo, estuvo en el ejército y creo que habría hecho discos asombrosos. Me parece que Kurt Cobain era una persona de menos cultura, más limitado, pero, junto a sus compañeros, logró plasmar un sonido contemporáneo de rock, deudor de sonoridades como The Police y del rock duro. Ha sido el último gran grupo que ha tocado la fibra de todo el mundo y, 20 años después, se sigue escuchando y sigue emocionando. Es un disco desgarrador, como el estómago de Kurt Cobain”.
Kurt Ballou
(guitarrista de Converge y responsable de Godcity Studios. Reside en Boston).
Álbum: “Damn the Torpedos”. Tom Petty and the Heartbreakers. 1979
“Damn the Torpedos” de Tom Petty, a parte de ser uno de mis discos favoritos de los años 70, es también una de mis grabaciones preferidas de Sound City. Mi padre y el hermano mayor de mi vecino eran grandes fans de Tom Petty, así que esas canciones han estado en mi cabeza desde que descubrí el rock. Cuando me metí en la música underground, a los 11 o 12 años, adopté la típica postura anti-comercial de los jóvenes punks. Pero “Damn the Torpedos” era de los pocos álbumes realmente buenos de un gran sello y tenía que aceptarlo. Se trata de música pop, pero encierra cierto miedo y cierta urgencia que hacen que suene más vivo y directo que la mayoría de rock de aquella época. Ahora empiezo a entender que el sonido de ese estudio y de esa consola de grabación fueron los culpables a la hora de capturar la esencia de aquella joven banda tan ambiciosa.
Million Bucks
(grupo de hardcore punk rock de Madrid, que editaran el álbum “No Volver al Abismo” en las próximas semanas).
Álbum: “The Empire Strikes First”. Bad Religion. 2004
El decimotercer álbum de los angelinos Bad Religion, “The Empire Strikes First” de 2004, no será probablemente el mejor disco grabado en Sound City, pero nosotros consideramos que es parte de un nuevo concepto de sonido dentro de ese estilo (llámese punk rock o como se quiera). Siendo los cinco miembros fans de la banda, y conociendo toda su discografía, estamos de acuerdo en que es uno de sus mejores álbumes, si no el mejor. El sonido de la batería es espectacular y, aunque no estamos seguros, nosotros creemos que es la primera vez que Brooks Waterman se aventura en el mundo del doble pedal. Buena muestra puede ser el demoledor “Sinister Rouge”. Tras la vuelta de Brett en el disco anterior, del que muchos pensaron que podía ser el último, el señor Gurewitz (que firma más de la mitad de los temas del disco) va un paso más allá como productor y roza casi la perfección, ayudado seguramente por el prolífico ingeniero Joe Barresi a los mandos. Y aunque todos son buenos temas, “Los Angeles Is Burning” puede ser uno de los más destacables, no sólo por su letra, con múltiples interpretaciones, sino por los juegos que hacen las tres guitarras, con sólo de Mike Campbell incluido, atravesadas por la increíble voz de Graffin, que volvió a demostrar en este disco que es el número uno en cuanto a melodías agresivas se refiere. Un 10 sobre 10.
Phil Manley
(cantante y guitarrista de Trans Am y Life Coach, ademas de productor. Reside en San Francisco).
Álbum: “Curses” – Rye Coalition (2006)
La única vez que he ido a Sound City fue cuando Rye Coalition estaban grabando con Dave Grohl. Mi visita coincidió con la grabación de los “overdubs” de guitarra. Lo estaban haciendo en digital, pero quedé sorprendido al ver cómo el ingeniero añadía samples de cinta analógica a la sesión de Pro Tools. Se trataba de una sesión con el equipo completo (productor y dos ingenieros), incluso había catering. Estaban grabando los solos de guitarra en la cabina de control, con cuatro amplificadores a todo volumen, y cuatro micrófonos aislados en el estudio. Entre los amplis y los micrófonos había una caja que permitía asignar cada ampli a una entrada de la mesa y cada entrada tenía dos micrófonos. Me pareció innecesariamente complicado. Supongo que así es cómo lo hacen en Los Ángeles. Podías ver discos de oro en los pasillos. Me puse a hablar con Brian Baker, que estaba grabando allí con Bad Religion en el estudio grande, creo que el Studio A. Uno de los empleados se aseguró de indicarme la habitación donde Lindsey Buckingham y Stevie Nicks se acostaron. Ellos afirman que el álbum “Rumours” de Fleetwood Mac se grabó allí, pero la mayor parte se hizo en The Plant en Sausalito, otro estudio histórico que también ha cerrado recientemente. Aunque esto sería otro documental…
Pájaro
(músico y rockero sevillano que ha tocado la guitarra en grupos como Brigada Ligera, Pata Negra o junto a Kiko Veneno y Silvio. Su álbum “Santa Leone” fue uno de los más venerados del pasado año. Reside en Sevilla).
Álbum: “After The Gold Rush”. Neil Young. 1970
Si tuviese que elegir un disco entre los grabados en Sound City, (tarea complicada) tendría que empezar a descartar discos y artistas que me gustan mucho. Puestos a elegir, empiezo seleccionando “Damn the Torpedoes” de Tom Petty, seguido del “Gumbo” de Dr. John y el “Unchained” de Johnny Cash. Pero mi preferido de esta selección por ser uno de los artistas con una carrera más completa y por ser uno de los primeros discos que se grabaron en Sound City. Además, creo que también se grabo en parte en el pequeño estudio de la casa de Young y fue terminado en Los Angeles en Sound City (de esto no estoy muy seguro) es el After The Gold Rush” de Neil Young en 1970, por su sonido entre el country folk y el principio del hard rock, muy influenciado también por los trabajos anteriores con Buffalo Springfield y por la variedad de estilos que apunta en este álbum.
Stephen Brodsky
(cantante y guitarrista de Cave In. Recientemente ha editado un disco en solitario titulado ”Hit Or Mistery“. Reside en Boston).
Álbum: “Queens of the Stone Age”. Queens of the Stone Age. 1998
El primer disco de Queens of the Stone Age sorprendió de manera muy fuerte a mi grupo de amigos. Había cierta excitación por algo que resurgía de las cenizas de Kyuss. “Sky Valley”, en concreto, era memorable gracias a que la MTV emitía los videclips de la banda cada semana. Es evidente que Kyuss no respondían al concepto de banda de metal y dentro del ambiente de los “headbangers ball”, aquellas jams hechas en el desierto destacaban por encima del resto. Nunca olvidaré la sensación de escuchar “Regular John” y estremecerme con aquel falsete. Cave In y Queens of the Stone Age han viajado juntos por los Estados Unidos en el 2003, formando parte del festival Lollapalooza, y tuvimos la suerte de poder ver su concierto cada día durante ese verano.
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