Ciertos personajes no necesitan una presentación formal porque su leyenda les precede. Éste es el caso de Ray Barbee, un skater que nació en San José (California) en 1971 y se convirtió en uno de los miembros más destacados del equipo de Powell Peralta, con intervenciones estelares en los videos “Public Domain” y “Ban This”. A principios de los años 90 dejó esta escudería tan emblemática y fichó por The Firm Skateboards, que estaba comandada por otro ilustre veterano del patín llamado Lance Mountain. Con el paso de los años, Ray Barbee cimentó su fama de skater creativo y comprometido con los tiempos que corren, se convirtió en un personaje de pago en el popular videojuego “Skate 2” y también tiene un modelo personalizado de zapatilla con Vans, sin olvidar sus patrocinios con Element, Independent Truck Company y WeSC. Más allá de su extensa carrera sobre la tabla, también ha grabado varios discos, ha colaborado con el dúo de jazz The Matson 2 y ha mostrado su gran afición por el mundo de la fotografía analógica. Nos encontramos con este hombre del Renacimiento en Berlín y tuvimos la oportunidad de compartir anécdotas curiosas sobre su vida, sus viajes y la música que nunca deja de sonar en su cabeza.
F: Vincent Perraud (House of Vans, Berlin 2013)
Tengo entendido que al principio de tu carrera hiciste un viaje a Sevilla que te cambió la manera de ver las cosas…
Sí, estuve en Sevilla, pero no recuerdo si fue un contest o una demo… sí, fue una demo. Lo pasé muy bien porque coincidió con la Semana Santa y había una procesión, además de mucha fiesta. ¡Fue una locura! Para mí era un gran contraste ver la gran devoción religiosa en las calles y después experimentar las ganas de salir de fiesta de la gente. En algún momento me pregunté “¿dónde estoy realmente?” Yo me hice profesional cuando sólo tenía 17 años y entonces sólo quería practicar skate con mis amigos, no estaba interesado en viajar. Prefería quedarme en casa patinando antes que ir a otros países. Así que tengo la impresión de que mis primeros dos años siendo pro estuvieron marcados por el jet lag de los viajes, las prisas por ir a los sitios y las entrevistas… era difícil apreciar lo que me sucedía porque tampoco estaba abierto a descubrir nuevas comidas, sólo quería comer lo que me gustaba. Recuerdo que los hoteles eran pequeños, las bebidas siempre estaban calientes y nadie tenía hielo. Para un chaval era algo muy extraño. Aunque ese viaje a Sevilla fue una de las primeras veces que me quedé con la boca abierta y se me abrieron los ojos de par en par. Pensé que era maravilloso estar allí y poder ver esa parte del mundo. Fue un momento de cambio personal en el que las cosas cobraron sentido.
F: Vincent Perraud (House of Vans, Berlin 2013)
¿Ser un skater profesional para una gran marca es algo tan idílico como parece desde fuera?
Cada skater siente pasión por esta cultura, además, te conviertes en profesional, tienes tu propio modelo de patín y yo estaba con Powell Peralta, que entonces era la mayor marca del sector. Al principio sólo pensaba en aparecer en revistas, salir con amigos y patinar con otros pros. Con mi amigo Steve Saiz hicimos un tour por Europa de dos semanas en el que apenas dormimos y estábamos solamente un día en cada ciudad. Llegábamos en avión a las 2 de la tarde, hablábamos con el distribuidor, íbamos al estreno por la noche y se nos hacía muy tarde, pero teníamos que levantarnos temprano para coger el siguiente vuelo para ir al siguiente país para hacer exactamente lo mismo. ¡Eso duró dos semanas! Cuando regresé a casa me preguntaban “¿cómo es Francia?” Y yo les contestaba que no lo sabía porque sólo había visto el interior del cine.
Ray Barbee & The Mattson 2
Pero la escena de hoy dista mucho de la que se vivió en los inicios…
Ahora las cosas han cambiado y la última vez estuvimos dos semanas en Barcelona para hacer el video de The Firm: “Can’t Stop”. Fue genial vivir en ese apartamento y lo pasé increíble porque conseguí sentir realmente la ciudad. Piensa que estuve un año patinando para Powell como amateur, hasta que ellos me hicieron pro porque conseguí un sponsor y, además, aparecí en ese video titulado “Public Domain”. Ellos vieron que ya estaba preparado y me hicieron firmar un nuevo contrato porque a partir de entonces empezaban a pagarme. En aquella época, si eras amateur no te pagaban… eso cambió en los años 90. Hoy en día, los amateurs también cobran. Creo que se ha diluido todo el proceso y ahora hay chavales que se convierten en pros, pero parece que no les importa porque ya estaban ganando dinero antes.
¿Cómo describirías el cambio o la evolución que se ha vivido en esta cultura?
Si hablamos del fenómeno del skate, éste ha ido en una progresión asombrosa. Cuando te das cuenta de que puedes lograr algo, ya puedes perseguirlo sin miedo y el tiempo que se necesita para progresar es más corto porque sabes que es posible. Por el contrario, los pioneros tuvieron que inventarse las cosas sin ningún tipo de referente, como cuando Alan Gelfand hizo el primer “ollie” o cuando Mike McGill hizo el “McTwist”. ¡No sabían que eso era posible porque nadie lo había hecho antes! Por eso les llevó tanto tiempo. A partir de entonces la gente ya no se cuestionó si eso era posible o imposible, sino que se lanzó a intentarlo y todo avanzó más deprisa.
Supongo que los vídeos que grabasteis también influyeron mucho en al expansión del fenómeno del patín…
Exacto, lo mismo sucedió con los vídeos… recuerdo los primeros años que veníamos a Europa para hacer demostraciones y la gente de aquí iba tres años por detrás de nosotros por lo que se refiere a trucos puesto que no podían verlos en ningún lado. Pero una vez nosotros llegábamos y los veían, entonces los aprendían. Y cuando los vídeos empezaron a circular, las cosas ya fueron más deprisa. Ahora, gracias a Internet, la gente puede ver cualquier cosa al mismo tiempo. Los chavales lo ven y se atreven a saltar quince escalones.
¿Qué opinas de que la industria y las grandes marcas hayan intentado aprovecharse del aura rebelde del skate para sus propios fines comerciales?
Por lo que se refiere a la industria, cuando empezó el canal de deportes ESPN con los X-Games en los años 90, eso ayudó a validar el mundo del skate porque hasta ese momento no se tomaba demasiado en serio. Pero cuando aparecía en televisión después de un torneo de golf, los padres se convencieron de que podían comprar una tabla a sus hijos, llevarlos a los parques e intentar enseñarles a patinar. Por no mencionar que Tony Hawk y sus videojuegos para Play Station demostraron que esta cultura podía ser un gran negocio. Ese juego fue un superventas. Los ejecutivos de las empresas vieron que el skate era lo que movía a los chicos y que los deportes tradicionales como el baseball o el fútbol habían perdido popularidad. Por eso empresas como Nike se han querido meter en el pastel. Los chavales ya no lo viven como lo viví yo en mi época. Hoy puedes notar una gran diferencia entre los que realmente aman el skate y los que se han subido al carro por la moda… pero yo puedo distinguirlos perfectamente al ver las zapatillas que llevan. Antes ibas por la calle con tu skate y veías a otro tío por la otra acera que también patinaba. Entonces le decías “¿qué pasa tío?” y le saludabas porque había muy pocos como tú. Sabíamos que compartíamos algo, teníamos los mismos héroes… era lo más parecido a conocer a alguien que ama el mismo grupo de música que tú. Pero, actualmente, nadie tiene tiempo para hablar con los demás.
¿Qué papel juega la música en tu carrera profesional?
Yo sigo ganándome la vida con el skate y con mis sponsors, no con la música. He aceptado que el skate es la manera de lograr mis sueños y tengo una comunidad de patrocinadores que me apoyan como persona que tiene varios intereses. Y me siento muy afortunado de poder dedicarme a las cosas que me gustan. Quiero disfrutar lo que hago, por eso no me obsesiona estar con una multinacional o hacer grandes giras. Aunque, claro, sí que me gustaría generar más dinero con mi música. Estoy abierto a ello, pero no me obsesiona ni me quita el sueño.
¿Qué planes tienes para el futuro más inmediato?
Ahora tengo varios objetivos y sé que si los logro me permitirán seguir con mis sponsors más tiempo. Estoy trabajando en un vídeo para Vans y si este video tiene éxito me ofrecerá la oportunidad de seguir haciendo lo que más me gusta. También estoy grabando un nuevo álbum y si éste funciona, entonces podré pensar en el siguiente. Se trata de plantearme retos que me lleven a otras cosas en el futuro. Me gusta concentrar mis esfuerzos en cosas concretas, además, también estoy trabajando en un libro de fotografía con la ayuda de Thomas Campbell. Tengo un patrocinador para el libro que ayudará a que llegue a la gente y organizará exposiciones con las fotos que revelo en el cuarto oscuro. Creo que esto es interesante para los patrocinadores porque, en el fondo, se trata de contar historias y eso funciona muy bien en el marketing.
¿Qué puedes contarnos del “Get Out and Do Something” tour?
Todo empezó cuando Vans me pidió que actuara en la apertura de una de sus tiendas con los gemelos The Mattson 2. La respuesta de la gente fue increíble… no tanto porque nos conocieran, sino porque el concierto era en un centro comercial y la gente que pasaba por allí veía lo que sucedía, entraba y lo disfrutaba. Me di cuenta de que no importaba si nos conocían o no, sino que la gente estaba interesada por lo que ocurría en la tienda. Entonces yo les pregunté cuántas tiendas de Vans había y me dijeron que 230, pero que abrirían 30 más. Pensé que era perfecto y les propuse hacer una gira porque tenía tiempo libre. Así fue como surgió la idea de “get out and do something” para animar a los chavales a que hicieran cosas. Conseguimos muy buenos patrocinadores que apoyaron el proyecto y nos ofrecieron sus productos, como tablas y guitarras Gibson. Lo más divertido es que con esos espectáculos demostrábamos de dónde veía la marca Vans.
F: Vincent Perraud (House of Vans, Berlin 2013)
Por último, ¿cómo surgió la estrecha colaboración con The Mattson 2?
Thomas Campbell siempre me hablaba de estos gemelos que tocaban una música fascinante. Resulta que Thomas es buen amigo de su hermano, que era un skater amateur que patinaba para Zero. Al principio coincidimos en varios conciertos, pero no tocamos juntos… yo actuaba solo y ellos hacían su concierto después. Pero un día, después de la prueba de sonido, empezamos a hacer una jam conjuntamente y fue muy divertido. Después de eso, mi amigo Ikey Owens, que tocaba el teclado con The Mars Volta y ahora está con Jack White, lo organizó todo para que tocásemos The Mattson 2 y mi banda dos noches seguidas en Long Beach. Yo no quería hacer el mismo concierto dos días seguidos, así que les propuse a los gemelos que hiciéramos algo juntos la segunda noche. Entonces vinieron a mi local de ensayo en San Pedro, hicimos una jam que duró todo el día y compusimos varias piezas. Después tocamos en directo, lo pasamos genial y Thomas nos propuso grabar un disco conjuntamente. Y así lo hicimos. Hemos tocado muchas veces juntos y adoro a estos tíos.
F: Vincent Perraud (House of Vans, Berlin 2013)
F: Vincent Perraud (House of Vans, Berlin 2013)
RAY BARBEE