Paco Roji
un buen ‘aficionao’

28 July 2015 Texto: Rojas Arquelladas. Fotografía: Archivo Paco Roji.

Creo que el término ‘aficionao’ no tiene mejores connotaciones en ningún ámbito como en el flamenco. Aquí hace referencia a un buen conocedor de dicha cultura en todas sus facetas, no únicamente en el terreno musical. Pues bien, desde hace años y rompiendo el imaginario de estereotipos que inundan este ambiente, el nombre de Paco Roji aparece siempre que me acerco a cualquier tema que tenga que ver con el duende malacitano. Al cabo de los años tengo la suerte de sentarme un rato con él y hablar de dos pasiones que nos unen: El flamenco y Málaga.

Paco, ¿cómo se mete en ti el veneno del flamenco?
En la mili, en el año 1988, con Pata Negra y Kiko Veneno. No paraban de sonar en el cuartel y, a día de hoy, puedo decir que soy buen amigo de Kiko y de los hermanos Amador. Mi padre tenía cintas de los Romeros de la Puebla y grupos así pero eso era otra cosa, aunque ahí ya había estímulos. Culturalmente tenemos el flamenco muy cerca en Andalucía, esos estímulos están ahí aunque no nos demos cuenta.

Y, ¿el primer lío cómo organizador donde fue?
1995, en el pub Pulp, al lado del instituto Gaona. Monté una especie de fiesta flamenca en un escenario que estaba altísimo. Los artistas, que eran gitanos, me iban a matar, y se iban a morir ya que tenían vértigo. Fue algo un poco esperpéntico. Yo iba con mi cámara de fotos también a todos los sitios, montando mi primera exposición sobre Miguel Poveda cuando aún no era tan conocido.

A finales de los noventa creo que también hay otro hecho que lo marca del todo.
Sí, el Esparrago Rock de 1999-2000 con ese pedazo de escenario dedicado al flamenco donde todos los artistas me trataron con tanto cariño. Recuerdo especialmente unas fotos que hice a Remedios Amaya y el rato tan agradable que pasé con ella y otros compañeros entre bambalinas.

 

Juan Llamas, Pepito Vargas, Quica, Carrete, Repompa y un amigo. El Pimpi. 1955

Juan Llamas, Pepito Vargas, Quica, Carrete, Repompa y un amigo. El Pimpi. 1955

 

¿Así se va forjando un ‘aficionado’?
Pues realmente no lo sé. Yo puedo decir como yo me he formado. Echándole horas, investigando y dando a conocer lo investigado. También viviendo y respirando el flamenco. A mi sinceramente no me hace tanta falta saber de quién es una letra por malagueñas. Lo importante es sentirla.

En ese proceso de investigación, ya tiene unas pocas de biografías redactadas.
Ya van la de la Cañeta, La Repompa de Málaga y Carrete. Ahora estoy enfrascado con la de Rockberto, líder de Tabletom, de la que ya llevo escritas más de quinientas páginas.

Me ha dado tres nombres que son historia del flamenco malagueño ¿Cómo valora el flamenco de la ciudad actualmente?
No me gusta valorarlo sino trabajarlo y mostrarlo. Hago rutas, preparo charlas didácticas mostrando los lugares donde había cafés cantantes o rincones llenos de flamencura de Málaga como el Paseo del Parque o la Farola

Pero, ¿y no puedo tirarle algo más de la lengua?
(Risas) Puedes poner que Málaga es muy rica en flamenco pero deficitaria en infraestructuras que le den forma. Necesitamos una Bienal mucho más potente, mucho más trabajada y planificada. De la misma manera el Museo de Arte Flamenco tiene que coger más empaque y convertirse en una fuente donde todos vayamos a beber.

Y, con lo de moda que está ahora el flamenco, ¿no cree que estás dos cosas van a pasar?
No lo sé. Pienso que el flamenco está de moda desde que nació. Flamenco suena un grito entre vecinos o el ruido del tubo de escape de una moto.

En este momento Paco y yo nos miramos a los ojos. Empezamos a hacer palmas por tangos e imitar dicho ruido con ese soniquete. La risa es mutua y la escasa barrera que quedaba entre entrevistador y entrevistado, desaparece.

 

Emi Bonilla & Pepe Cervantes

Emi Bonilla & Pepe Cervantes

 

Pero Paco, volviendo a estos artistas veteranos, ¿no tenían más arte que los de ahora?
Era distinto. Se levantaban temprano y se tomaban una copa de aguardiente, juntos en cualquier kiosko de la Plaza de la Merced. De allí cada uno, iba a buscarse la vida donde podía. Al Puerto, a encontrarse con los turistas que venían; a cantar, tocar o bailar en tabernas o restaurantes y a Espectáculos Mundo a ver si le buscaban alguna gala. Digamos que el trato si era más humano y cálido. Pero ahora hay arte también, no pillería, sino ‘ange’. En una llamada de teléfono, en un mensaje de wassap, una mirada…

¿Alguna anécdota qué pueda contarme al lado de estos veteranos?
Serían muchísimas. Por ejemplo, la biografía de Carrete, la escribimos en Flamenka. Dos tardes por semana nos sentábamos con él y nos contaba en primera persona su vida compartiendo una botellita de buen vino ¡Imagínate que ratos! Pero es que ayer me encuentro bajando del autobús a Pepe Cervantes que con ochenta y tres años da clases de baile flamenco. Al preguntarlo que a dónde iba me dijo: “A darle clase a los mayores” ¡No se puede tener más arte!

Explique que era Flamenka, que mucha gente no lo sabrá.
Una tienda que tuve desde 2003 hasta 2011. Allí se podía encontrar material de danza y baile flamenco pero también discos, libros y todo lo relacionado con este arte. Era un punto de encuentro para artistas y aficionados. Allí programé actividades desde el primer día, recitales, charlas… Volviendo a lo mismo: Trabajando y promoviendo el flamenco de Málaga.

Creo que ambos somos gestores culturales.
¡Sí! Ya podemos programar con un título por delante. Parece que somos algo oficial.

Para terminar, tras su última exposición ‘Málaga al Baile’, ¿qué tiene preparado?
Te diría que una larga temporada de descanso ya que el trabajo de arqueología que he tenido hacer para la exposición ha sido agotador. Pero ver como las chicas del Conservatorio, de la mano de Rosi de Alba, han realizado su trabajo de fin de curso sobre él, lo hace más grato. Con Carrete acabamos de estrenar el espectáculo de sesenta años bailando como ya has visto y estoy también enfrascado en algunas de las actividades paralelas flamencas al festival Terral. El libro de Rockberto quiero que salga en breve, así que por ahora no te digo nada de una temporada de descansar.

 

Flamenka. tras el concierto de Daniel Casares

Flamenka. tras el concierto de Daniel Casares

 

LA MALAGA DE NUESTROS PADRES.

Me resulta muy complicado escribir de Málaga, del flamenco y de buenos ‘aficionaos’ y no rendir tributo en esta publicación a Manuel Rojas, mi padre. Cerca de cumplir los ochenta años recorre, casi a diario, paseando las calles de la ciudad. Sin miedo al clima ni al paso del tiempo. Ir a su lado es acompañar a un guía veterano y con una memoria portentosa para el nombre de calles o acontecimientos históricos acaecidos en años y años de historia “En la casa nunca pasamos hambre. Éramos muchos hermanos pero el abuelo tenía un buen trabajo conduciendo un camión. De hecho, la abuela muchas veces daba de merendar a algunos amigos nuestros para los que, seguramente, esa iba a ser la única comida del día” Uno de esos niños era el cantaor Pepe Campillos, habitual del barrio de Huelín y que hasta la muerte de mi abuela siempre que llegaba Semana Santa se paraba en su puerta a cantarle saetas. Un veterano Antonio Molina era el héroe del barrio, pero eso ya era otro nivel. Sus amigos eran gente de barrio, como Pepe ‘El Cula’, apodado así por una joroba, o Antonio Alarcón, ambos fallecidos y siempre en la mala postura del hambre. Ese hambre agudizaba su ingenio. Su estrategia favorita era irse a jugar a los barrios de los niños de bien. Allí hacían de caballos de los ‘pijos’ de la segunda parte de la década de los cuarenta parándose en seco en mitad de feroces batallas para reclamar un trozo de pan con el fin de coger energías y proseguir combatiendo. Ríe mi padre mientras me cuenta esto, pero en sus ojos se nota algo que el llama cansancio y yo, describo como una pequeña lágrima. “Tuve que dejar de estudiar para ponerme a trabajar y ayudar en casa. Ya éramos muchos. De Capuchinos habíamos pasado a la Cruz Verde y de la Cruz Verde nos establecimos definitivamente en Huelín antes de pasar una época en Granada” Entre esa idas y venidas, nació mi tío Quino en mitad de la famosa ‘Espantá’. Él ha sido el mayor aficionado al flamenco de mi familia y uno de los principales culpables de que artistas como El Cabrero o Fosforito pisaran por primera vez Suiza al igual de que las primeras peñas flamencas se fundaran en ese país. Antes de su muerte, recuerdo que me decía que si no servía como cantaor que no me metiese a crítico ya que me iba a hacer mucho daño. Algo de razón llevaba. Pero seguimos paseando. Llevo a mi padre a ver a Carrete y aprovecho para dar un rodeo, parar en Casa El Guardia – “aquí la abuela me mandaba por una gorda de vino” – recorrer el espacio donde se encontraba la Taberna Gitana y sentarnos un ratito en el café Chinitas donde saluda efusivamente a su amigo y dueño del local, José Sánchez Rosso. “Tengo anécdotas con tu padre, con el Tiriri, con los ex jugadores del Málaga de los cincuenta” Entre risas nos vamos aproximando al Echegaray pero antes paramos en La Campana para tomarnos unas peregrinas y unas conchas finas. Apunto esta de comprar una biznaga para mi madre pero teme que desprenda mucho olor en el teatro. Mi padre no está acostumbrado al flamenco en los teatros y, de una manera u otra, cree algunas veces que me va a avergonzar, que el grande es su hijo, por tanto abrazo y tanta ‘ ojana’ que recibe al entrar. .En esos momentos yo soy él que tiene algo de nostalgia en los ojos, como supongo que cada uno puede sentir ante su padre al vivir situaciones parecidas o recordarlas por no tenerlo ya cerca. Ellos son la Málaga verdadera. Que nunca se nos olvide.

 

Artistas en el espectáculo "Memoriales". 2007

Artistas en el espectáculo “Memoriales”. 2007

 

Cafe Cantante "El Chinitas 1885"

Cafe Cantante “El Chinitas 1885”

 

Carrete de Malaga. foto: Daniel Pérez

Carrete de Malaga. foto: Daniel Pérez

 

Carrete

Carrete

 

Cartel de la ultima expo comisariada por Paco: "Málaga al baile"

Cartel de la ultima expo comisariada por Paco: “Málaga al baile”

 

Expo MF. Visita de Rober. 2001

Expo MF. Visita de Rober. 2001

 

Libro de La Repompa

Libro de La Repompa

 

Los Vargas en el Refugio. 1954

Los Vargas en el Refugio. 1954

 

Paula Garcia Fdez "La Paula". Taberna Gitana. 1969

Paula Garcia Fdez “La Paula”. Taberna Gitana. 1969

 

Pepito Vargas

Pepito Vargas

 

Trinidad Huertas "La Cuenca"

Trinidad Huertas “La Cuenca”

 

El Jaleo en 1973

El Jaleo en 1973

 

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