{english below} Libros del océano es una nueva editorial dedicada a los fotolibros sobre el surf. Libres en el mar es su primera referencia. La verdad es que esto es un acontecimiento realmente singular, no solo por la aventura que conlleva montar una editorial, sino también por su primera referencia. Libres en el mar es un libro genuino que de una forma muy natural ha acercado el lenguaje fotográfico más contemporáneo a la fotografía del surf y esto es algo muy importante. Libres en el mar es un libro vibrante que rezuma vida y pasión, es algo auténtico. Una obra que seguro se convertirá en una referencia para todos los fotógrafos interesados en la cultura del surf.
¿Cuáles son tus primeros recuerdos del océano?
Pues posiblemente dándole vueltas al globo terráqueo que tenía en mi habitación. Mi padre fue marino mercante y ha navegado por todo el mundo. Sus campañas duraban 5 meses, por lo que durante ese tiempo el contacto que teníamos con él era básicamente por carta (te hablo de los años 80 y 90, anteriores a la telefonía móvil e internet). Cuando sus cartas llegaban a casa buscábamos en el globo desde dónde las había enviado: Australia, Japón, Singapur, el Pérsico, Hawaii, México… Así que pronto tomé conciencia de la dimensión del mundo y de los diferentes océanos y mares que lo conforman.
Por lo demás, no fui muy acuático hasta que cumplí 14 años, ya que habitualmente pasaba los veranos en el interior. Pero a esa edad descubrí el windsurf, y con mis amigos me volví un loco de las olas y el viento. Años después llegué al surf, y así hasta hoy.
foto: eloy taboada
Hay muchas formas de acercarse a la fotografía ¿cuál fue la tuya?
Un día unos compañeros de la universidad me hablaron de una cámara de fotos rusa que se vendía en internet por 15 euros. Una cámara muy básica, todo absolutamente manual. Hasta para disparar había que “activar” antes el obturador con la ayuda de un muelle. Con aquella cámara empecé a hacer fotos sin mucho criterio. Pero a base de disparar, fui descubriendo lo que me gustaba. También cómo uno se ha de adaptar no sólo al tipo de fotografía que busca, sino también a la cámara que tiene, y a las condiciones de luz en las que puedes sacar a esa cámara todo el partido. También de la importancia del encuadre y la composición. Y así, a base de probar, llegué a la fotografía que no sólo me gusta hacer, sino que me sale.
Libros del océano es una de las pocas editoriales dedicadas a la fotografía de surfing ¿crees que es necesario renovar el lenguaje fotográfico respecto a la cultura del surfing?
La fotografía de surfing, al menos la primera con la que tuve contacto a través de las revistas, era una fotografía en la que primaba la “maniobra”. Pero a mí lo que me interesa es todo lo demás: el ambiente que se respira en ese lugar, el paisaje, el detalle.…
Yo no hablaría de una necesidad de renovación, ya que fotógrafos de surf “clásicos” ya ofrecían una visión poco convencional: Leroy Grannis, Jeff Divine, John Severson… Hoy, al menos en mi opinión, las propuestas más interesantes, y que están en la vanguardia, son las que vienen en esta línea.
Pero el objetivo con el que nace Libros del Océano es más simple y local. Queremos crear una plataforma que ayude a fotógrafos, ilustradores, escritores…, que están realizando un trabajo de gran calidad, a ver editada su obra. Y para ello no sólo les ofrecemos el “medio” (la editorial), sino también apoyo en el proceso de diseño, selección de contenidos…, animándoles a asumir riesgos sin tener que preocuparse de la parte más árida de editar un libro.
Libres en el mar es uno de los intentos más importantes de renovación de la fotografía relacionada con el surfing ¿cómo fue el proceso de creación de este libro?
‘Libres en el mar’ existe desde hace dos años, aunque sólo se habían editado dos ejemplares. Me daba pena que las fotos que hacía estuviesen sólo guardadas en el disco duro del ordenador. Yo siempre he sido muy de álbum de foto. El archivo digital tiene para mí menos valor. A través de la pantalla disfruto de las imágenes a un nivel inferior a cómo lo hago con las fotos que sí tengo en álbumes. Me gusta el papel, notar su textura, y eso un archivo digital no te lo ofrece.
Para que la selección de imágenes no fuese una simple recopilación de fotos, decidí acompañarlas con algunas de las notas que venía apuntando en mi libreta. Textos breves de diferentes autores que, como explico al principio del libro, fui modificando, mezclando, añadiendo párrafos…, como si estuviese componiendo una canción a la que voy añadiendo capas de instrumentos y samplers. Los textos no son míos, pero a algunos les he dado tantas vueltas que los siento como si lo fueran.
De los dos libros que edité hice varias fotos y las publiqué en mi blog. Varios amigos me animaron a editarlo, pero tenía dudas de si realmente aquella colección de fotos tenía valor como para sacar un libro. Hasta que un día leí un poema de Luis Tejerina que fue definitivo: “Entre pensarlo y no hacerlo, a no hacerlo ni pensarlo, no va ni una microcentésima molecular. Por lo tanto es el mismo fracaso, si no más”. Si lo había pensado, tenía que hacerlo.
‘Libres en el mar’ nos serviría además como experimento y prueba para lanzar Libros del Océano y aprender el oficio de editor. Queríamos hacerlo además desde la visión del autor, para así poder ayudar con nuestra experiencia a los siguientes artistas que publiquen en Libros del Océano. Con Carlos Lorenzo, que se encarga de la imagen y el diseño de la editorial, y el resto de la estructura del Océano Surf Club, nos gustaría seguir el modelo de sellos discográficos creados por grupos como Merge, Dischord o Rock Action, por poner sólo tres ejemplos.
En tu blog Desde la croa das cabida a hablar de una cara del surf que quizás es menos conocida ¿qué es lo que te interesa de la cultura surf?
Me interesa todo, aunque evidentemente hay aspectos que me llaman más la atención que otros. Por ejemplo, la historia del surf y su cultura me apasiona. Pero no la vertiente oficial, sino aquella que tiene en cuenta las visiones “alternativas”. Por ejemplo, la historia del surf en Hawaii contada por los hawaianos, y no por “haoles” llegados a las islas desde el continente. Me gusta preguntarme cosas, y en cuanto a la historia, soy consciente que no siempre los acontecimientos sucedieron como nos los han contado. Investigar sobre ello, me ha ayudado a profundizar en el sentido que el surf, y por extensión el océano, tiene en distintas partes del mundo. Porque el surf es mucho más que simplemente coger olas.
Has estado involucrado en la creación del museo de surf de Valdoviño ¿cómo surgió la posibilidad de crear un museo?
Surgió precisamente de esa pasión por la historia. El Océano Surf Club, al que pertenezco, fue el primer club de surf que se creó en Galicia en 1988. Desde su fundación siempre ha tenido especial sensibilidad por el arte y la cultura, lo que ha llevado a que disponga de un archivo que entendimos de interés para ser mostrado. Además, llevo más de 12 años investigando sobre los orígenes del surf en Galicia, lo que me ha permitido recopilar una buena cantidad de testimonios, fotografías, cartelería, vídeos… del periodo 1967-1985. Ofrecimos al Concello de Valdoviño todo ese material y nuestro asesoramiento si afrontaban el proyecto de crear un Museo centrado en el surf. Tras tomar ellos la iniciativa, el Museo se hizo realidad a finales de 2017.
¿Qué función te gustaría que desempeñara ese museo?
Conocer y entender la Historia es fundamental para crear conciencia social. Un profesor, Carlos Guijarro, lo explicaba muy bien en una carta a un periódico: “aunque no seamos conscientes, con nuestra vida se nos hace entrega de un valioso testigo que debemos custodiar y ceder después a otros. La Historia nos enseña cómo cumplir con ese cometido, mostrándonos ejemplos de la negligencia de unos y del buen hacer y valentía de otros. Todos estamos llamados a dejar un mundo mejor al que se nos entrega, y para eso es fundamental conocer lo que se nos confía”. Este sería el objetivo: nos gustaría que el Museo fuese un transmisor de los valores que representan a este deporte, y que de algún modo sirviese de influencia e inspiración para los proyectos vinculados con el surfing que surgen en nuestra comunidad.
¿Qué crees que es lo singular de la historia y de la cultura surf en Galicia?
Producto de la dispersión de la población a lo largo de su territorio, de la gran cantidad de olas que existen, y de nuestra orografía y situación geográfica, el factor singular, sobre todo durante los primeros años, fue el aislamiento de los surfistas gallegos con respecto al resto de comunidades. Pero no sólo con las del exterior, sino también entre las del interior. Pasaron años hasta que los surfistas del Norte y el Sur de Galicia entraron en contacto. La influencia extranjera, tan importante en los inicios en otras regiones, aquí fue mínima. Extensas zonas de nuestra costa no se han conocido desde la perspectiva de un surfista hasta hace escasos 20 años. Aún hoy se están descubriendo olas en nuestros más de 1400 kilómetros de costa.
Volviendo a la fotografía, hay una serie de fotos al principio que me recuerda al trabajo de Pérez Siquier en Almería, con esas escenas en la playa y los encuadres de las fotos ¿qué buscabas al usar un lenguaje fotográfico que no es el usual en el mundo del surfing?
En principio no había una intención, sino una adaptación a las herramientas de las que disponía. Nunca he tenido un teleobjetivo de calidad ni de distancia focal superior a 300 mm. Esa limitación técnica me llevó a buscar otro tipo de fotografía, en la que el entorno y el ambiente fuesen los protagonistas sobre el surfista. No me importaba la “maniobra”, sino el encuadre y la composición. Después comencé con la fotografía acuática, y el proceso fue parecido. Sin un objetivo gran angular, me centré en el detalle, con una visión más “micro” de lo que ocurría a mi alrededor. Desde el agua busco capturar lo que vemos cuando estamos tumbados sobre nuestra tabla: la superficie cambiante del mar, su textura, la silueta de alguien que pasa por delante de nosotros a toda velocidad sobre una ola…, renunciando de nuevo a la “maniobra” y al surfista, que aparece cortado en la mayoría de las imágenes. Ambos tipos de fotografía se complementan bien, y me permiten mostrar esa visión de detalle que tengo desde el agua, a la vez que tomar distancia y ofrecer una visión más amplia con las fotos hechas desde tierra.
¿Cómo ha sido el proceso de edición de esas imágenes?
Tenía una carpeta con más de 200 fotos “elegidas”. En 2016, cuando me planteé el proyecto, seleccioné de éstas las que más me gustaban. A veces me arrepiento de haber excluido algunas, pero no soy persona de darle demasiadas vueltas a las cosas, y la primera selección es la que he mantenido hasta el final.
Las fotos no las elegí en función de los textos, ni al revés, sino que lo puse todo sobre la mesa y lo fui ordenando hasta que las distintas partes encajaron. Hay textos que inicialmente formaban una unidad, y que después acabaron separados. Fotos que se movieron de un capítulo a otro. El resultado final me parece coherente, y aunque no se explique en el libro, es fácil relacionar lo que se lee con las fotografías que llegan a continuación.
Veo que últimamente hay una reacción al exceso del comercialidad en el surf y por otro vemos que el surf es más popular que nunca, hay proyectos de piscina de olas, el surf como deporte olímpico ¿cuál es tu opinión de estos nuevos derroteros del surfing?
En cuanto a las piscinas, las veo alejadas de mi idea de surfing, aunque reconozco que también llaman mi curiosidad. De profesión soy ingeniero, por lo que los diferentes mecanismos que se han ideado para la generación de olas me parecen interesantes. Pero las piscinas nunca podrán sustituir la experiencia de coger una ola en el océano. No creo que su “proliferación”, si es que algún día realmente ocurre, vaya a suponer un aumento mayor del número de surfistas del que ya se está produciendo. Afortunadamente el surfing en el océano tiene un punto de sacrificio y sufrimiento que no todo el mundo está dispuesto a asumir, sobre todo si vives en un lugar en el que la temperatura del agua no invita a entrar a darte un baño durante buena parte del año.
Por lo que respecta al surf como deporte olímpico, si el “espíritu olímpico” no estuviese pervertido por los intereses políticos y económicos, no sería un mal reconocimiento. Pero tal y como están las cosas, no creo que vaya a aportar nada a la historia ni a la cultura del surf.
Ahora mismo vivimos un boom del fotolibro y de la autoedición ¿estás al corriente de lo que se edita?
Más o menos. La oferta es inmensa, y aunque prestemos especial interés a todo aquello que se publica y tiene que ver con el océano y el mar, hay tanta gente en el mundo haciendo cosas interesantes que es inevitable perderse propuestas que merecerían nuestra atención. Buscamos volcar todas esas influencias a través de las “Notas” de nuestra web, en las que hay hueco no sólo a noticias de la editorial, sino también a propuestas en el ámbito de la literatura, el vídeo, la ilustración, la música…, que casan con nuestro proyecto.
¿Cuáles son los fotógrafos que más te han influido?
Mi amigo Eloy Taboada es sin duda mi mayor influencia y quien, a través de sus fotos y consejos, me ha enseñado a seguir mi propio camino. También Willy Uribe, no sólo por sus fotos, sino también por el modo de conectar imagen y palabra. Después he encontrado otros fotógrafos que se acercan a mi idea de la fotografía y con los que me siento totalmente identificado como son Morgan Maassen, Thomas Lodin o César Ancelle-Hansen.
Comentas que fotografiar en el mar tiene algo de fortuito, obviamente estar flotando te resta control ¿qué es lo que has aprendido fotográficamente de ese dejarse llevar? ¿crees que influye en tu trabajo fuera del agua?
Supongo que en todo lo que hacemos hay un reflejo de nuestra personalidad. En mi caso, y tal y como digo en el libro, he descubierto que en muchas ocasiones basta con guardar una distancia suficiente, y tener paciencia, para que el mar se exprese y las cosas ocurran frente a ti. Las fotos “buscadas” no me suelen salir, pero sí las que de pronto pasan ante mis ojos. Confío en la efectividad de lo fortuito. Me exige estar muy atento y alerta para sacar partido a esa situación que tal vez no vuelva a suceder. Me da una rabia inmensa cuando una foto pasa ante mí y no tengo la cámara o no me ha dado tiempo a encuadrar. Lo siento como una oportunidad perdida que a lo mejor nunca más se volverá a presentar. Pero también es lo que lo hace más interesante, porque cualquier día, puede ser ese día.
Una cosa que me gusta mucho de tu libro es la forma en la que representas el surfing, es un libro muy sensorial ¿cómo te gustaría que se “leyera” tu libro?
Me gustaría que se sintiera, y que se volviese a él siempre que apeteciese estar en contacto con el mar. También para buscar esa calma que sólo el mar es capaz de transmitir. Mucha de la gente que ha comprado el libro me ha contado esto precisamente. Y esa valoración representa el mejor logro: compartir con los demás lo que siento y veo cuando estoy en el mar.
toda la info en: www.librosdeloceano.com
English:
Jesus Busto. The rhythm of the ocean.
Libros del océano is a new editorial dedicated to photobooks about surfing. Libres en el maris its first reference. The truth is that this is a truly unique event, not only because of the adventure involved in setting up an editorial, but also because of its first reference. Libres en el maris a genuine book that in a very natural way has brought the most contemporary photographic language to surf photography and this is very important. Libres en el maris a vibrant book that oozes life and passion, is something authentic. A work that will surely become a reference for all photographers interested in the surf culture.
What are your first memories of the ocean?
Well possibly turning the globe I had in my room. My father was a merchant seaman and he has sailed all over the world. His campaigns lasted 5 months, so during that time the contact we had with him was basically by letter (I’m talking about the 80s and 90s, prior to mobile telephony and the internet). When his letters arrived home, we searched the globe from where he had sent them: Australia, Japan, Singapore, the Persian, Hawaii, Mexico … So I soon became aware of the dimension of the world and of the different oceans and seas that make it up.
For the rest, I was not very aquatic until I turned 14, since I usually spent summers indoors. But at that age I discovered windsurfing, and with my friends I became crazy with the waves and the wind. Years later I got surfing, and so on until today.
There are many ways to approach photography. Which was yours?
One day some colleagues from the university told me about a Russian camera that was sold on the internet for 15 euros. A very basic camera, everything absolutely manual. Even to shoot, the shutter had to be “activated” beforehand with the help of a spring. With that camera I started taking pictures without much judgment. But by shooting, I discovered what I liked. Also how you have to adapt not only to the type of photography you are looking for, but also to the camera you have, and the light conditions in which you can get that camera out all the way. Also of the importance of framing and composition. And so, based on trying, I came to the photography that I do not only like to do, but I get it.
Libros del océanois one of the few publishers dedicated to surfing photography. Do you think it is necessary to renew the photographic language regarding the culture of surfing?
Surfing photography, at least the first one I had contact with through magazines, was a photograph in which the “maneuver” prevailed. But what interests me is everything else: the atmosphere that is breathed in that place, the landscape, the detail …
I would not speak of a need for renewal, since “classic” surf photographers already offered an unconventional vision: Leroy Grannis, Jeff Divine, John Severson … Today, at least in my opinion, the most interesting proposals, and that are in the vanguard, are those that come in this line.
But the objective with which Libros del océanois born is simpler and more local. We want to create a platform that helps photographers, illustrators, writers … who are doing a high quality work, to see their work edited. And for this we not only offer them the “means” (the publisher), but also support in the process of design, selection of contents …, encouraging them to take risks without having to worry about the driest part of editing a book.
Libres en el maris one of the most important attempts to renew photography related to surfing. How was the process of creating this book?
‘Libres en el mar’ exists for two years, although only two copies had been published. I felt sorry that the photos I made were only stored on the hard drive of the computer. I have always been in favour ofphoto album. The digital file has less value for me. Through the screen I enjoy the images at a lower level than I do with the pictures I do have in albums. I like the paper, notice its texture, and that a digital file does not offer it.
So that the selection of images was not a simple compilation of photos, I decided to accompany them with some of the notes that I had been pointing in my notebook. Brief texts from different authors that, as I explained at the beginning of the book, I was modifying, mixing, adding paragraphs …, as if I were composing a song to which I am adding layers of instruments and samplers. The texts are not mine, but to some I have given so many laps that I feel them as if they were.
Of the two books I edited, I made several photos and published them on my blog. Several friends encouraged me to edit it, but I had doubts if that collection of photos really had the value to take out a book. Until one day I read a poem by Luis Tejerina that was definitive: “Between thinking and not doing it, not doing it or thinking about it, there is not even a molecularmicrocentesima. Therefore it is the same failure, if not more “. If he had thought about it, he had to do it.
‘Libres en el mar’ would also serve as an experiment and test to launchLibros del océanoand learn the trade of editor. We also wanted to do it from the author’s point of view, in order to help with our experience the following artists that publish in Libros del océano. With Carlos Lorenzo, who is responsible for the image and design of the publishing house, and the rest of the structure of the OcéanoSurf Club, we would like to follow the model of record labels created by groups such as Merge, Dischord orRock Action, to put only three examples.
On your blog Desde la croa you can talk about a face of surfing that is perhaps less known, what is it that interests you about surf culture?
I’m interested in everything, although there are obviously aspects that grabs more my attention than others. For example, the history of surfing and its culture fascinates me. But not the official side, but that which takes into account the “alternative” visions. For example, the history of surfing in Hawaii told by Hawaiians, and not by “haoles” arrived on the islands from the continent. I like to ask myself things, and as for the story, I am aware that events did not always happen as they have not been told. Investigating about it, has helped me to deepen in the sense that surfing, and by extension the ocean, has in different parts of the world. Because surfing is much more than simply catching waves.
You have been involved in the creation of the Valdoviño surf museum. How did the possibility of creating a museum come about?
It arose precisely from that passion for history. The Océano Surf Club, to which I belong, was the first surf club that was created in Galicia in 1988. Since its founding it has always had a special sensitivity for art and culture, which has led to its having a file that we understood of interest to be shown. In addition, I have been researching the origins of surfing in Galicia for more than 12 years, which has allowed me to compile a large number of testimonies, photographs, posters, videos … from the 1967-1985 period. We offered the Valdoviño City Council all that material and our advice if they were facing the project of creating a museum focused on surfing. After taking the initiative, the Museum became a reality at the end of 2017.
What function would you like the museum to play?
Knowing and understanding History is fundamental to create social awareness. A teacher, Carlos Guijarro, explained it very well in a letter to a newspaper: “although we are not aware, with our life we are given a valuable witness that we must guard and then cede to others. History teaches us how to accomplish this task, showing us examples of the negligence of some and the good work and courage of others. We are all called to leave a better world to the one that is given to us, and for that it is fundamental to know what is entrusted to us “. This would be the goal: we would like the Museum to be a transmitter of the values that represent this sport, and to somehow serve as an influence and inspiration for the projects linked to surfing that arise in our community.
What do you think is the uniqueness of surf history and culture in Galicia?
Product of the dispersion of the population throughout its territory, the large number of waves that exist, and our orography and geographical situation, the singular factor, especially during the first years, was the isolation of Galician surfers with with respect to the rest of the communities. But not only with those of the exterior, but also with those of the interior. Years passed until the surfers of the North and the South of Galicia came into contact. The foreign influence, so important at the beginning in other regions, was minimal here. Extensive areas of our coast have not been known from the perspective of a surfer until scarcely 20 years ago. Even today, waves are being discovered in our more than 1400 kilometers of coastline.
Returning to photography, there are a series of photos at the beginning that remind me of the work of Pérez Siquier in Almería, with those scenes on the beach and the framing of the photos, what did you look for when using a photographic language that is not the usual one? the world of surfing?
In the beginning there was no intention, but an adaptation to the tools that were available. I have never had a telephoto lens of quality or focal length greater than 300 mm. That technical limitation led me to look for another type of photography, in which the environment and the environment were the protagonists on the surfer. I did not care about the “maneuver”, but the framing and the composition. Then I started with aquatic photography, and the process was similar. Without a wide-angle lens, I focused on the detail, with a more “micro” view of what was happening around me. From the water I seek to capture what we see when we are lying on our table: the changing surface of the sea, its texture, the silhouette of someone who passes in front of us at full speed on a wave …, renouncing again the “maneuver” and the surfer, who appears cut off in most of the images. Both types of photography complement each other well, and allow me to show that vision of detail that I have from the water, while taking distance and offering a broader view with photos taken from the ground.
How has the process of editing those images been?
I had a folder with more than 200 “chosen” photos. In 2016, when I considered the project, I selected the ones I liked the most. Sometimes I regret to have excluded some, but I am not a person to give too many things, and the first selection is the one that I have kept until the end.
I did not choose the photos according to the texts, nor the other way around, but I put everything on the table and I ordered it until the different parts fit together. There are texts that initially formed a unit, and then ended up separated. Photos that moved from one chapter to another. The final result seems coherent, and although it is not explained in the book, it is easy to relate what is read with the photographs that come next.
I see that lately there is a reaction to the excess of commerciality in surfing and on the other hand we see that surfing is more popular than ever, there are wave pool projects, surfing as an Olympic sport, what is your opinion of these new surfing courses? ?
As for the pools, I see them far from my idea of surfing, although I recognize that they also call my curiosity. By profession I am an engineer, so the different mechanisms that have been devised for the generation of waves seem interesting to me. But the pools can never replace the experience of catching a wave in the ocean. I do not think that its “proliferation”, if it ever happens, will mean a greater increase in the number of surfers that is already occurring. Fortunately surfing in the ocean has a point of sacrifice and suffering that not everyone is willing to take, especially if you live in a place where the temperature of the water does not invite you to take a bath for a good part of the year .
Regarding surfing as an Olympic sport, if the “Olympic spirit” was not perverted by political and economic interests, it would not be a bad recognition. But as things are, I do not think I will contribute anything to the history or culture of surfing.
Right now we live a boom of the photobook and self-publishing, are you aware of what is being edited?
More or less. The offer is immense, and although we pay special attention to everything that is published and has to do with the ocean and the sea, there are so many people in the world doing interesting things that it is inevitable to miss proposals that deserve our attention. We seek to dump all those influences through the “Notes” of our website, where there is room not only for news from the publisher, but also for proposals in the field of literature, video, illustration, music … who matches our project.
Which are the photographers that have most influenced you?
My friend Eloy Taboada is undoubtedly my greatest influence and who, through his photos and advice, has taught me to follow my own path. Also Willy Uribe, not only for his photos, but also for the way of connecting image and word. Then I found other photographers who come close to my idea of photography and with whom I feel totally identified as Morgan Maassen, Thomas Lodin or César Ancelle-Hansen.
You said that photographing in the sea has something fortuitous, obviously being floating you have control over what is it that you have learned photographically of that letting go? Do you think that influences your work out of water?
I suppose that in everything we do there is a reflection of our personality. In my case, and as I say in the book, I have discovered that in many occasions it is enough to keep a sufficient distance, and be patient, so that the sea expresses itself and things happen in front of you. The “wanted” photos do not usually leave me, but the ones that suddenly happen before my eyes. I trust the effectiveness of the fortuitous. It requires me to be very attentive and alert to take advantage of this situation that may not happen again. It gives me a huge rage when a photo passes before me and I do not have the camera or I have not had time to frame. I feel it as a missed opportunity that may never be presented again. But it is also what makes it more interesting, because any day, it can be that day.
One thing I like very much about your book is the way you represent surfing, it is a very sensory book, how would you like your book to be “read”?
I would like it to be felt, and that you want to turn to it whenever you want to be in contact with the sea. Also to look for that calm that only the sea is able of convey. Many of the people who bought the book have told me this. And that represents the best achievement: sharing with others what I feel and see when I am at sea.