Gema Polanco

16 February 2025 Texto: Juanjo M. Fuentes. Fotografía: Archivo Gema Polanco, excepto (*) y foto portada por Cristina Esperanza.


"Mi obra es un collage de todo lo que me mantiene viva"

Gema es una artista que convierte su práctica en un espacio de transformación y refugio. A través de su trabajo, que abarca desde instalaciones textiles hasta intervenciones en espacios inesperados, su obra se ha convertido en un lenguaje propio, un collage de influencias musicales, estéticas y emocionales.

En esta echarla, nos habla de cómo su formación en Londres y su experiencia en diferentes ciudades han moldeado su visión artística, de su relación con la música y la moda, y de la importancia de la autogestión en su carrera. Nos cuenta cómo fue su reciente exposición en la Wurlitzer, donde llevó su obra al epicentro de su universo personal, y reflexiona sobre su método de trabajo, la necesidad de establecer límites para mantenerse en equilibrio y su búsqueda de espacios donde sentirse libre.

Desde la magia y el ritual en sus piezas hasta su conexión con lo cotidiano, Gema Polanco se mueve entre el instinto y la disciplina, la exploración y la introspección. Su arte es resistencia, es juego y es una forma de vivir. Nos encanta Gema, lo QUE hace, COMO lo hace y CUANTO hace, pura magia DIY! Y por eso esta en Staf.

 

 

Hola Gema, ¿cómo estás? ¿Este año estás a tope, verdad? Coméntanos los proyectos que has llevado a cabo este 2024…
Hola Staf, ahora mismo estoy en medio del bosque, rodeada de caballos y aves rapaces, recuperando la energía, pensando e invocando la magia.
Este año que acaba de empezar lo estoy enfrentando de manera diferente a los anteriores… Digamos que, de momento, estoy asimilando el 2024 y dándole espacio. Ha sido una locura y un frenesí.
Brevemente, te diría que he participado en cuatro exposiciones colectivas, he tenido dos solo shows, he dado charlas y talleres, he colaborado con instituciones y músicos y he hecho varios happenings y cosas site-specific efímeras y cósmicas.

 

(*) foto: milton bananas

 

¿Eres de Madrid o de otra ciudad? Cuéntanos de dónde viene tu pasión por la escena DIY y el punk rock. ¿Cómo recuerdas aquellos años?
Soy valenciana, pero a los 18 años recién cumplidos me fui y nunca he vuelto. Actualmente, vivo en Madrid, pero también he vivido largas temporadas en Barcelona y Londres. En cuanto a mi pasión por el DIY y el punk rock, viene desde el principio. Es una fuerte influencia en mi trabajo, tanto por su estética como por su discurso y sus valores.
Soy una persona de ceremonias y rituales, y una de las que llevo haciendo desde que me dejaron salir de casa sin ir acompañada, alrededor de los 14 años, fue ir sola a conciertos. Ir sola me permite moverme libremente por el espacio. Me abro paso entre la gente, descubro los setlists pegados con cinta americana al suelo, siento la batería sacudiendo mi cuerpo, los latidos de los altavoces y veo a la gente en comunión. Unas botas de rock se mueven alrededor de un bellísimo y caótico cableado que se arrastra por el suelo. Admiro la bandera detrás de la batería, donde un dibujo, una frase o el nombre de la banda lucen con fuerza.
Observo fijamente las guitarras e instrumentos: la madera de la que están hechos, si llevan cosas dibujadas o grabadas, marcas y/o pegatinas. El merchandising de la banda está al otro lado del escenario, justo detrás del público. Casi siempre había sido creado por uno de los miembros de la banda o por algún amigo cercano. Pronto me di cuenta del universo tan fascinante que era la cultura del DIY y su relación con la música. Más tarde, a los 25 años, viví unos años en una comunidad squatter donde básicamente todo lo que hacíamos era 100% DIY, y esto se grabó en mí.

 

 

¡Tu obra integra instalaciones, textiles, dibujo, música y fotografía! ¿Cómo decides qué medio utilizar para expresar una idea específica?
No decido yo, más bien decide la idea o el proyecto. Es decir, intento no censurarla con mis conocimientos y limitaciones. Si tengo que aprender una nueva forma de hacer o pedir ayuda, lo hago. Normalmente, viene una imagen y lo más seguro es que no tenga ni idea de cómo hacerlo. ¡Es algo que me pasa constantemente!
Al principio, me crea frustración, pero luego siempre me lanzo. Me encierro en el taller a experimentar, pregunto a amigos que han trabajado con esos materiales y técnicas, y me pongo con ello.

 

 

En tu proyecto “Como Dios manda” abordas las opresiones sociales que afectan a las mujeres. ¿Qué te motivó a explorar esta temática y cómo fue el proceso de creación de esta serie?
Lo que me motivó es que vengo de ahí. No hablo de nada que no haya vivido, sentido en mi cuerpo o soñado.
El proceso de creación fue largo y catártico. Después de eso, dejé la fotografía. Sentía que ya había cerrado ese círculo. Ahora he vuelto a sacar fotografías, pero para mi intimidad e inspiración.

 

 

Has mencionado que tu trabajo es 100% autobiográfico. ¿Cómo equilibras la exposición de tu vida personal con la creación artística?
Hasta dónde exponerse es algo complejo cuando tu trabajo gira en torno a estar viva y lo que va pasando en el camino. Creo que es algo que se aprende y que todas las que trabajamos desde lo autobiográfico deberíamos hacer; si no, puede hacerte daño. Al menos, es lo que yo he aprendido e ido trabajando.
Hay muchas formas de que tu trabajo sea autobiográfico y muchas formas de contar. Yo, por ejemplo, ya no cuento mi mierda, pero sí que lo he hecho y he tenido que pasar por ahí para encontrar mi lugar y mi forma de contar. Quizá una de las razones por las que paré con la fotografía era que era demasiado real, dolía demasiado y siempre había una relación medio voyeur y morbosa con mostrar la intimidad, y eso no es para mí.
Yo estoy más en generar e invocar el mundo que quiero y hablar desde una preocupación y urgencia, claro, pero no desde la catástrofe, sino más desde la esperanza.

 

 

Eres fundadora de Navaja Automática, un sello desde el que editas libros y desarrollas proyectos culturales. ¿Qué te llevó a crear esta plataforma y cómo complementa tu práctica artística?
Desde muy pequeña me han interesado mucho las grietas y resistencias a las que puedo acudir para ser quien quiera, refugiarme, desahogarme o experimentar. Por eso la música y los universos que construye, su espontaneidad, trance, velocidad y estética siempre me han interesado e influenciado tanto.
De ahí nace Navaja Automática, buscando la manera de hacer piezas más accesibles y para todos, con ediciones muy pequeñas y piezas únicas que protejan y hablen de esos mundos donde ser fiel a uno mismo es posible.

 

(*) foto: nacho lópez

 

Tu formación en Londres y tu experiencia en diferentes ciudades han influido en tu obra. ¿De qué manera estas vivencias internacionales han moldeado tu visión artística?
¡En todo! Jajaja. Vengo de una familia tradicional y conservadora, digamos que he sido una rara avis siempre y salir de mi casa en busca de gente similar a mí ha sido vital. Londres me dio alivio, fuerza y sueños.

Has trabajado como directora de arte para músicos y en el diseño de moda. ¿Cómo influyen estas experiencias en tus proyectos actuales?
Trabajar en la industria de la música y la moda para mí es devolver toda la inspiración que me dan. Es una centrifugadora. He acabado formando parte de lo que me da tanto, así que todo es increíble.
La estética de la música y la moda es algo que está presente en mi obra y mi ser desde la adolescencia, por lo que a veces me resulta un poco complicado separarlo; forma parte de mi lenguaje. Mi obra es un collage de todo lo que me mantiene viva.

 

(*) foto: nacho lópez

 

En la exposición “Al no encontrarlo decidió crearlo y quedarse a vivir allí” presentada en Picnic, ¿qué mensaje principal buscabas transmitir y cómo fue recibido por el público?
En los dos últimos años he estado invocando la vida de mis banderas y textiles, construyendo un universo que empezó como una puesta en escena para poder transitar procesos internos fuertes. Después de tanto ir y venir, y pasar tiempo allí, al volver a las piezas y a esos espacios, les han empezado a salir colas, escamas azules; se han tornado vulnerables y fuertes, y ocupan el espacio, se meten en mis botas de rock, me sacuden y abrazan.
H.R. Giger en su documental Dark Star dice algo así como que, al no encontrar lo que le daba la vida, decidió crearlo y quedarse a vivir allí. Esto fue algo que me marcó fuertemente, por lo que he estado invocándolo. Ahora no sólo se mueven, tienen vida propia.

 

 

Tu exposición “The alter ego took my hand and brought me here” en la galería de Jorge López fue reconocida con el premio del público en Abierto Valencia. ¿Qué significó para ti este reconocimiento y cómo influye en tu carrera?
Un chute de amor y respeto a mi trabajo. No es fácil ser artista y mantenerse. Más bien es súper complejo, por lo que recibir amor y reconocimiento a mi trabajo me llena de gratitud. En cuanto a cómo influye en mi carrera, todo sigue igual. Yo siempre digo que la mía es una carrera de resistencia y transformación constante, así que todo sigue igual: nuevos proyectos y pulsiones, pero todo sigue como estaba. Mi relación con mi trabajo es de máximo respeto y amor.

 

 

Háblanos de tu proyecto en la Wurlitzer, que creo fue este año también…
Mi intención aquí nació de llevar mi trabajo y mis piezas a donde empieza todo para mí. Llevar mis piezas al lugar de donde vienen. Mezclarlas con lo que me inspira e invitar a amigos no sólo a que lo vean, sino a que participen.
¡Fue una auténtica locura! Ocupe e intervine la Wurlitzer con mis piezas. Hubo amigos que me hicieron piezas sonoras para los baños, el camerino, para el hueco que aísla de la calle a la sala… Ariadna de Los Punsetes estaba entre el público paseándose con un traje que hizo con una pieza que le estampé. Estrella Fugaz, Goulash, Sonsoles y Paula JJ de Las Odio tocaron en directo, pusimos una mesa de merch… La familia de la Wurli me dejó su casa por un día y es de lo más bonito y tierno que me ha pasado.

 

 

En estas recientes exposiciones, ¿has incorporado nuevas técnicas o enfoques que difieran de tus trabajos anteriores?
Siempre suelo meter cosas nuevas, si no me aburro. Al igual que yo cambio, mis obras también. Mi trabajo investiga mucho la idea de transformación. Por ejemplo, en mis piezas más recientes aparecen referencias de obras antiguas y futuras. Me explican cómo hacerse a sí mismas y anticipan a modo oráculo las nuevas que van a venir.
Les han ido apareciendo unos apliques en los lados de la parte superior a modo broche/amuleto que juega con dos funciones: estética y ritual. Están formados por restos de telas que voy guardando con elementos naturales, piedras y objetos que me hacen conectar con la energía del tapiz. Lo mágico, lo oculto, los altares y el tarot han sido algo que siempre me ha acompañado y que poco a poco está cada vez más presente en las piezas.

 

 

Tras este período de intensa actividad expositiva, ¿qué proyectos o temáticas tienes en mente para el futuro cercano?
Seguir con varias piezas grandes, sacar nuevos artefactos con Navaja Automática, abrir mi estudio más a la gente, dar clases, meditar, cuidarme y hacer música.

www.gemapolancoasensi.com

 

(*) foto: mel seser

 

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