El dicho dice que la manzana no cae lejos del árbol, y eso es lo que podría pensarse cuando echamos un vistazo a la familia del virtuoso de la batería, productor, compositor y cantante Ronald Bruner Jr.
El hecho es que el nombre Bruner carga a sus espaldas con mucha historia y grandeza, especialmente cuando se habla de música negra, lo que es un catalizador para las intensas composiciones de Bruner Jr. Su padre, Ronald Bruner Sr, fue durante mucho tiempo el batería de muchos artistas influyentes, como Diana Ross, y bandas como The Temptations.
Los hermanos de Bruner Jr por otro lado cayeron hechizados por otros instrumentos, pero mantienen la misma energía salvaje que su padre: Stephen Bruner, mas conocido como Thundercat, es un reputado bajista, mientras que Jameel “Kintaro” Bruner, ex miembro de The Internet, es un mago de los teclados. Como el mayor de los hermanos, Ronald Bruner Jr ha seguido mas de cerca los pasos de su padre y ha crecido convirtiéndose en un talentoso batería, que comparte estudio de grabación y escenarios con artistas de la talla de la banda de Kenny Garret, Stevie Wonder, Q-Tip, Erykah Badu, Prince o Suicidal Tendencies. El talento corre por las venas de esta familia de una manera tan peculiar que todos los hermanos Bruner han estado nominados a un Grammy en uno u otro momento.
Ahora, tras un largo proceso de 8 años, Ronald Bruner Jr ha lanzado finalmente su primer proyecto en solitario “The Triumph”, un álbum de 11 temas, lanzado por World Galaxy/Alpha Pup Records, y en el que cuenta con estelares colaboraciones como las de Kamasi Washington, Thundercat, “Kintaro” Bruner, Mac Miller, y el icónico teclista fallecido en 2013 George Duke. Un tentador y rítmico reino trasladado desde la mente de Bruner Jr al estudio a través de los años. “The Triumph” celebra la visión creativa del de Compton a través del rico tapiz del jazz fusión, el soul y el R&B.
Tu álbum debut “The Triumph” ha tardado 8 años en hacerse. ¿Cuál es la sensación una vez que has completado este largo y personal proyecto?
Ha sido un tiempo fantástico. Todo este momento y esta sección de mi vida ahora mismo ha creado un montón de nueva humildad en mi mismo como lider y me ha ayudado a valorar la estructura de la amistad. Ahora me siento mas libre. Antes de sacar este disco tenía una batalla en mi cabeza sobre dejarlo salir, pero una vez que lo hice me permitió liberar un gran espacio en mi mente y me permitió poder usar ese espacio para otra cosa. Fue una guerra tumultuosa sobre que debía hacer y como debía hacerlo. Una vez que lo deje ir, se liberó todo ese espacio.
¿Esa guerra fue la razón por la que te llevó tanto tiempo sacar el disco?
Me llevo tanto tiempo porque soy un poco perfeccionista. Al tiempo que voy creando y progresando con una canción siempre oigo algo nuevo que me gustaría incluir. Todos estos años he tenído el disco hecho, todas las canciones estaban terminadas. Luego me sentaba a escucharlas y, quizás un par de semanas antes de lanzarlo, escribía una canción completamente nueva, “She´ll Never Change”, y sacaba otra. Quería asegurarme, en la progresión del disco, que aun ibas a escuchar lo que tenía en la cabeza justo antes de lanzar el disco. Soy un tipo muy progresivo, siempre estoy escuchando, escribiendo y creando cosas. Justo ahora estoy trabajando en la continuación de “Triumph”. Por eso es por lo que una vez que he sacado el disco se me libera el espacio en mi cabeza.
¿Y cómo esta saliendo ese nuevo proyecto?
Casi lo he terminado. Este nuevo álbum probablemente tenga un tono diferente porque hablo de como me siento ahora mismo, que es muy feliz, realizado y contento con la vida. Siento que estoy en el momento adecuado en el sitio adecuado, y esa es la energía que voy a poner en mi nuevo disco.
¿Y qué dirección en particular tomaste com “Triumph”?
En este primer disco escuchas absolutamente todas mis facetas. Oyes mi jazz fusión, rock, rap e influencias vocales. Son todos los componentes que hacen a Ronald Bruner Jr capturados en un disco, así que realmente es solo lo que soy. Es completamente honesto. Todas las canciones tratan sobre situaciones que he experimentado.
Como persona tienes que ser capaz de aceptar la responsabilidad sobre las cosas que haces, no te guardas nada, y esa es la prueba de que eres honesto contigo mismo. Y la gente aprecia el conocer quien eres realmente. Quiero construir una relación con mis fans en mi viaje a través de mis discos en los próximos 10 o 15 años. Quiero que la gente respete lo que digo y confie en mi y en mi música.
A lo largo de estos 8 años has trabajado regularmente con un montón de artistas diferentes, tanto en el estudio como en directo. ¿En que manera crear un álbum personal rquiere un tipo de pensamiento diferente que cuando colaboras?
Crear un disco realmente necesita de disciplina, tiempo y un montón de energía. Tambien se necesitan habilidad y fuerza para poder verlo en perspectiva. Para mi, escribir un disco es tener la habilidad de decir: “está acabado”. Eso es duro para mi. Veo la música en colores, así que constantemente hay nuevos colores cuando escucho un cambio o una estructura harmónica en alguna de mis canciones. Mi mente siempre esta inmersa en nuevas ideas, lo que proviene de mi pasado en el jazz. Mientras toco jazz estoy en intento constante de recrear cualquier estructura que tengo delante mía en la batería. Pero es un factor importante simplemente ser capaz de saber cuando parar y decir: “siguiente, esta ya esta”.
“Triumph” es también un trabajo familiar. Tus hermanos Steve (Thundercat) y Jameel Bruner (The Internet) fueron cruciales para este trabajo. ¿Cómo fue vuestra dinámica en el estudio?
Mi familia es mi familia, nos conocemos los unos a los otros. No necesitamos hablar, podemos mirarnos e indicarnos cualquier cosa. Dios nos ha puesto aquí con este don musical, y cuando tenemos la oportunidad de juntarnos simplemente ocurre. Eramos hermanos, y lo siguiente que aprendimos fue a escribir canciones y a tocar instrumentos. Cuando nos reunimos en una habitación escuchamos nuestra música y vemos lo que esta pasando en la vida de los otros. Cuando estaba escribiendo mis cosas mis hermanos sabian de donde venían rítmicamente, así que podían tocar encima sin ningun problema. Cuando Stephen dió su primer concierto nos sentamos a escucharlo y sabiamos de donde venian todas sus ideas, eso hacia que fuese capaz de acomodarme a ellas porque sabía de donde provenían. Con Jameel, cada vez que escucho alguna frase o estribillo determinado se de donde viene. Es la naturaleza, somos hermanos y vivimos los unos para los otros.
Cuando creas algo nuevo, ¿son los primeros en escucharlo?
Cuando grabo nuevas ideas, conceptos e historias la primera persona a la que le suelo preguntar si le gusta es a mi padre. Si a el le gusta luego se las enseño a Stephen y a Jameel, y ellos me ayudan a completarlas. Mi padre es mi musa, mi mejor amigo. El realmente se sienta en el coche y lo escucha todo (risas). Es mi mayor influencia, es a quien primero llamo con cualquier asunto, con cada parte de mi vida. Es una persona muy lógica y muy inteligente. Además no juzga, y eso es lo que le hace ser tan cercano com mis hermanos y conmigo. El tiene sus propias opiniones y te hace saber lo que el cree que es lo correcto en cada circunstancia. Su manera de proyectar su energía es diciendo la verdad, sin importarle lo que tu digas. De ahí es de donde he sacado mi honestidad, porque el simplemente te dice lo que hay. Puede que no haga caso a sus consejos a veces, pero el siempre esta ahí para mi. Siempre escucho su voz, incluso cuando no puedo hablar com el.
Tienes una impresionante lista de artistas invitados en “Triumph”. Uno de ellos ha sido la leyenda del teclado George Duke. ¿Cómo te ha ayudado a explorar tus ideas musicales?
El fue una gran guía, porque me decía: “haz exactamente lo que haces”. Ya sabes, el tocó conmigo en mi primer concierto cuando lance el disco de mi proyecto con Stephen, The Bruner Brothers, en 2008. Habiamos escrito este tema, “Geome Deome”, para “Triumph”, el vino a un concierto, se sentó y toco conmigo. Fue lo mas motivador, porque este hombre creía tanto en mi que lo dejó todo aquel día y vino a tocar con nosotros.
Una cosa que siempre me decía era: “eres un batería que sabe cantar, así que hazlo”. También decía: “piensa en la gente que te ha influenciado y conseguirás lo que quieras hacer”. Desearía haber tenido la oportunidad de que hubiese podido escuchar el disco entero. Cuando lo acabé, fuí a visitar su tumba, le deje una copia sobre su tumba y le di las gracias.
El siempre me animó a ser yo mismo. Me dejaba cantar pequeñas partes en sus conciertos, era muy inspirador. El me apreciaba por mi manera de expresarme con la música. Cuando tocabamos juntos , podíamos hacer cualquier cosa. Hemos tocado rock, canciones de Frank Zappa, canciones suyas, jazz fusión, etc… Podiamos tocar cualquier cosa porque el apreciaba el nivel de mi vocabulario musical. De pequeño yo estaba loco, pero el se tomó el don musical que tenía y lo apreciaba. El me dió lo que necesitaba exactamente para hacer “Triumph”.
¿Hay algún recuerdo especial que tengas de cuando estuviste en el estudio con el?
Muchos recuerdos. El día que vino al estudio, los Lakers habían perdido los play offs y estaba como loco. Así que cuando llegó en su nuevo Mercedes Benz, vió que el coche de Tony Austin, el otro batería de la banda de Kamasi Washington, ocupaba dos plazas de parking. George dijo: “quita ese pedazo de mierda de enmedio”, y empujó con su coche al de Tony para poder aparcar. Luego salió del coche con una botella cerrada de vino y dijo: “vamos a grabar” (risas). Me encantaba. George Duke era amable y humilde, y no necesitaba disculparse por ello, el simplemente hacía lo que quería. Eso es lo que mas apreciaba de el.
Aunque no aparece en “Triumph” también has trabajado con Prince. ¿Cómo sucedió aquello y que aprendiste de tocar com el?
Trabajar com Prince fue fruto del boca a boca, ya que le habían hablado de mi. Nos conocimos cuando hice la audición para tocar con el. Tocamos una canción y ya esta, lo siguiente que sabía era que teníamos un concierto la semana siguiente. Disfruté mucho del tiempo que pase con Prince, salimos juntos, ensayamos y aprendí mucho de el sobre la ética del trabajo. Pero quiero decir que he aprendido de mucha gente, y todos ellos son parte de mi. Hay muchas historias, muchos componentes que me hacen ser quien soy.
Muchas de las canciones de “Triumph” fueron grabadas en un periodo de 30 días en los que los miembros de West Coast Get Down se reunieron para trabajar los unos en los proyectos de los otros. El “The Epic” de Kamasi Washington nació en una de esas sesiones. ¿De que iba todo eso?
Simplemente nos estabamos divirtiendo, todos nosotros. Creo que habiamos unos 10 o 12. Nos organizamos para que cada uno tuviera una oportunidad en el estudio. Yo soy bastante noctámbulo, así que fuí muy afortunado por poder contar con todos los turnos nocturnos. Pero también hubo momentos en los que estabamos todos en la misma habitación y todos trabajabamos juntos para completar las ideas de cada uno. Si querías vientos, o cuerdas, o teclados, o guitarras, todos estabamos allí y haciamos realidad nuestros respectivos sueños musicales porque todos estabamos allí para todos.
Por la mañana temprano estaban el trombonista Ryan Porter y el saxo tenor Kamasi Washington. A mediodía podían estar el contrabajista Miles Mosley, el batería Tony Austin y la cantante Patrice Quinn. Luego, al final del día solía estar yo. Los fines de semana estaba allí hasta que salía el sol. Teniamos un sistema al que fijarnos y nos lo pasamos extremadamente bien mientras lo hacíamos. Incluso cuando no estabamos trabajando en nuestros proyectos particulares estabamos muy contentos de tocar en los proyectos de los otros.
Lo que es fantástico es que la West Coast Get Down realmente parece una gran familia. Muchos de vosotros fuisteis juntos a la escuela y os conoceis desde que erais pequeños. Así que hay esa sensación de que sois una verdadera comunidad. ¿Por qué decidisteis empezar esto?.
Todo este asunto empezó con Kamasi, Thundercat, Cameron Graves y conmigo. Lo que hicimos fue reunirnos y tocar la música con la que mas nos expresabamos. Hemos sido así desde pequeños. Kamasi y yo nos conocemos desde sexto o séptimo grado, nos reuniamos cada fin de semana y practicabamos durante horas. Nos sentabamos allí desde el viernes por la noche hasta la hora de la iglesia el domingo. Pasamos días y días tocando, queríamos ser como Elvin Jones y John Coltrane. Con Cameron y Stephen simplemente unificamos eso.
Luego, cuando Miles Mosley montó un concierto en el Piano Bar, fue como: “hey tios, tengo un sitio donde podemos tocar nuestra música”. Así que pudimos montar nuestra propia unidad musical gracias al la relación que tenía Miles Mosley con el Piano Bar. Conforme iba creciendo, todos decidimos que aquello era lo que haciamos y al final se acabo convirtiendo en un movimiento. Todo el mundo en nuestro grupo tienes grandes ideas musicales, y cuando nos reunimos, podemos expresarlas todas. Y todos tocamos en las bandas independientes de los demas. Es algo muy interconectado, y lo que la gente esta viendo, es que esta unión de gente, a través de las relaciones que vienen desde su infancia, han llegado hasta el punto de estar creando y cultivando su propia idea de la felicidad, la paz y el placer a través de la música y de un grupo.
El jazz há cambiado mucho en la última década, com un montón de gente experimentando con el. Para ti, ¿cuál es el rol del jazz hoy en día y como sigue manteniendose relevante a través del tiempo?
Se sigue manteniendo relevante por lo que nosotros estamos haciendo. La gente se reune, se expresa a través de su música y acaban creando un movimiento. Cuando era joven, la gente podía decir que el jazz estaba muerto, pero la razón por la que lo decían era porque había perdido su progresión, porque la gente que hacia sus incursiones en la musica mas mainstream era bastante mediocre. La manera que tiene de mantenerse vivo es a través de la expresión, la progresión y el movimiento hacia adelante. Eso es lo que pasa, eso es por lo que el jazz se esta moviendo cada vez mas hacia Los Angeles, porque este grupo, junto con otros grupos de la ciudad, lo están empujando hacia adelante.
No nos quedamos encallados en lo que la gente piense, o en un formato de radio, hacemos exactamente lo que queremos hacer. Es honesto y eso a la gente le encanta. El jazz esta ahora mismo saliendo de un coma porque la gente esta diciendo: “hey, simplemente expresemos como nos sentimos”.
Desde sus comienzos, el jazz se alejo del mainstream, de lo que la gente consideraba comercial, y se centro en la expresión. Y había mucha gente que apreciaban la forma particular de expresarse del jazz. Empezó con el blues, pero el jazz es una de las auténticas formas musicales propias de America, porque fue creado a partir de lo que pasaba allí. El blues se acabó diluyendo en la comercialidad y la gente se lo acabó llevando hacia otros sitios. Luego, los que habían estado tocando blues dijeron: “mira, queremos seguir manteniendo este formato expresivo y progresivo, hagamos algo mas”, y se transformó en el jazz. Lo que estamos haciendo ahora es recuperar esa energía original para la que esa musica era tocada. Era para expresar sentimientos amables. Eso es lo que es la improvisación. Expresar sentimientos en el momento, en tiempo real.
English:
FAMILY, HONESTY AND PROGRESSIVE JAZZ: RONALD BRUNER JR ON HIS DEBUT ALBUM “THE TRIUMPH”.
The saying goes that the apple doesn’t fall far from the tree and that’s the immediate thought when we glance over the family background of drum virtuoso, producer, composer and singer Ronald Bruner Jr.
The fact is that the name Bruner carries a lot of history and greatness, especially when it comes to black music, which is a catalyst to Bruner Jr’s intense compositions. His father, Ronald Bruner Sr., was, for several years, a drummer for influential artists like Diana Ross and bands such as The Temptations. Bruner Jr.’s brothers, on the other hand, fell under the spell of different instruments, but kept the same fiery drive as their father: Stephen Bruner, who’s best known as Thundercat, is a reputed bassist, while Jameel ‘Kintaro’ Bruner, a former member of The Internet, casts his magic on the keyboard. As for the eldest of the brotherhood, Ronald Bruner Jr, he followed more closely the musical footsteps of his father and grew to become a gifted drummer that shared the studio and the stages with artists like Kenny Garrett’s band, Stevie Wonder, Q-Tip, Erykah Badu, Prince and Suicidal Tendencies. The talent runs in the family in such a peculiar way that the Bruner’s brothers have all been nominated for a Grammy at some point.
Now, after an 8-year long process, Ronald Bruner Jr. has finally released his first solo project, “The Triumph”, an 11-tracked album on World Galaxy/Alpha Pup Records featuring stellar collaborations artists like Kamasi Washington, Thundercat, ‘Kintaro’ Bruner, Mac Miller, and the late, iconic key player George Duke. An enticing groovy realm translating the mindset of Bruner Jr as he jumped into the studio along the years, “The Triumph” celebrates the Compton native’s creative visions through a rich sonic tapestry of jazz fusion, soul and R&B.
In a recent chat with Staf Magazine, Ronald Bruner Jr. broke down the process of creating his first record, putting out his experiences in life and music and how the collective movement West Coast Get Down is reshaping the jazz scene.
Your debut album “Triumph” was 8 years in the making. What’s the feeling like once you complete such a long, personal project?
This has been an amazing time – this whole moment and section of my life right now. It created a bunch of new found humility in myself as a leader and helped me value the structure of friendship. This time I feel freer. Before I put this record out, I was battling inside my head with letting it go: once I let it go and the people sitting down waiting got out of my hand, it allowed me to just take that space out of my mind and use it for something else. It was a tumultuous war about what and how I should do it. Once I let it go, it freed all that space.
That tumultuous war was the reason why it took you such a long time to put the record out?
It took that long because I’m a bit of a perfectionist. As I’m progressing and creating a song, I always hear something new that can go on it. All these years, I had the record done, all the songs finished. Then I sat back and listened to it and maybe two weeks before I released it, I wrote a completely new song – “She’ll Never Change” – and took another off. I wanted to make sure, in the progression of this record, that you still heard where my head was at at the end of the line, right before releasing the album. I’m a very progressive guy, I’m always listening and writing and creating stuff. Right now, I’m working on a follow up [of “Triumph”]. That’s why, once “Triumph” came out, it just freed space to move.
And how’s the new project coming along?
It’s almost don. This new album is probably going to have a different vibe because I’m speaking on how I’m feeling now, which is very happy, accomplished, and good about life. I feel I’m in the right place at the right time and that’s the energy I’m going to put on my new record.
And what particular direction did you follow with “Triumph”?
In this first record, you are absolutely hearing all of my facets. You’re hearing my jazz fusion, rock, rap and singing influences. It’s just all the components that make Ronald Bruner Jr, I feel I capsulated it in one record, so it’s really just who I am. It’s completely honest. All the songs are about situations that I experienced.
As a person, you have to be willing to accept responsibility for anything you do, you don’t hold anything back, and that’s just proof that you are honest with yourself. And people appreciate knowing about who you really are. I want to build a relationship with my fans on my journey through all my records in the next 10 or 15 years. I want people to respect what I’m saying and trust me and my music.
Along these 8 years, you’ve worked regularly with a lot of different artists, both in the studio and on stage. In what way creating a personal album requires a different mindset then when collaborating?
Creating an album really takes discipline and time and a lot of energy. It also takes ability and strength to step-away. For me, writing a record is having the ability to say. ‘it’s finished’. That is hard for me. I see music in colours, so there’s constantly a new colour when I hear a core change or a harmonic structure in one of my songs. My mind is always morphing new ideas., which comes from my jazz background. While playing jazz music, I’m always constantly trying to recreate whatever core structures are in front of me on the drum. But it’s an important factor to just be able to let go the record and say, ‘next, we’re done’.
“Triumph” is also a work of family. You brother’s S (Thundercat) and Jameel Bruner (The Internet) were very crucial for this work. How’s your dynamic in the studio?
My family is my family, we know each other. We don’t need to speak, we can look at each other and indicate anything that happens in life. God put us here with this gift of music and when we have the chance to get together, it just happens. We’re brothers and the next thing we know to do is write songs and instruments. When we get in a room, we hear [each others music and] the goal of what’s happening with each person’s adventure. When I was writing my stuff, my brothers knew where I was rhythmically coming from, so they were able to tap on whatever I was on. When Stephen did his first record, we sat in the room and while his ideas were coming up with, I was able to accommodate them because I know where he was coming from. With Jameel, whenever I hear him play certain phrases and chorus, I know where he’s coming from. It’s just nature, we’re brothers, we lived with each other.
When you create something new, are they the first people that get to hear it?
When I new track, ideas, concepts and stuff I want to do, the first person I usually call asking for approval is my dad. If he digs the idea, then I go to Stephen and Jameel and they help me accomplish the idea. My father is my muse, my best friend. He’s actually sitting right here in the car listening to you [laughs]. He’s my biggest influence, I call him first with every issue, every part of my life. He’s a very logical person, very smart and intelligent. He’s also very non-judgmental, and that’s the part that makes him so close to me and my brothers. He has his points and he’ll let you know when he feels what is the right thing to do. But the way he projects his energy is by speaking the truth – no matter what you say. That’s where I get my honesty from, because he just says how it is. I might not dig his advice, but he’s always there for me, I always hear his voice, even when I don’t get a chance to call him.
You have some really special feature artist in “Triumph”. One of them was the keyboard legend George Duke. How did he help you explore your musical ideas?
He was a guidance because he said, ‘do exactly what you do’. You know, he played with me on my first show right after releasing an album from my project [The Bruner Brothers] with Stephen in 2008. Way we had the chance to write the track “Geome Deome” [from “Triumph”], he came to a gig, sat there and played with me. It was the most encouraging thing, because this man believed in me so much that he stopped his day and came to play with us.
The thing that he would always stress to me was like, ‘you’re a drummer that can sing, so do you’. He’d say ‘think of the people that influence you and accomplish what you want to do’. I wish to this day that he had the chance to hear the full record. When I finished it, I went visiting his grave and put the album on the grave side and said thank you.
He was always encouraging me to do ‘you’. He’d let me sing a little part in his shows, he was just very encouraging. He appreciated me for my expression in music. When we played together, we could do anything. We’d play rock music, Frank Zappa tunes, George’s tunes, jazz fusion. We would just play anything because he appreciated the level of vocabulary I was able to speak [in music]. I was crazy as a kid, but he took the gift that I had very seriously and appreciated it. In that, he gave me the information to do exactly what I did in this “Triumph” record.
Is there a special memory that you hold to from being in the studio with him?
So many memories. [The day he came to the studio], the Lakers had lost in the playoffs and he was mad. So when he arrived with his new [Mercedes] Benz, he saw that the car of Tony Austin, the other drummer from Kamasi Washington’s band, was parked in two spaces. George said, ‘get this piece of trash out the way’ and he just backed his Benz into Tony’s car and pushed it away so that he could get the parking space. Then got out of the car with a closed bottle of wine and said, ‘let’s record’ [laughs]. I loved it. George Duke was kind and humble and did not apologise, he just did what he wanted to do. That’s what I appreciate about him.
Although he’s not on “Triumph”, you also worked along the way with Prince. How did that happen and what did you learn from playing with him?
Me working with Prince was just the result of word of mouth, him hearing about me. We got together when I first auditioned to play with him. We played one song and it was over, next thing we had a gig in the following week. I had a great time with Prince, I got to hangout and rehearse and learn a lot with him about work ethic. But I mean, I learn from so many people, they’re all part of my DNA. There’s too many stories, so many different components that make me being me.
Many of “Triumph”’s tracks were recorded on a thirty-day period in which the West Coast Get Down crew got together to work on each other’s projects. Kamasi Washington’s “The Epic” was born out of those sessions. What was that all about – arranging a series of days for all to work on your recordings?
We just had fun, all of us – I think we were like 10 or 12. We all organised times to have our opportunity in the studio. I’m a night owl, so I was lucky because I got all the night times. But there were times when we were all in the room and everybody worked to accomplished the ideias anyone wanted [to complete]. If you wanted horns or strings or keys or a guitar, we were all there and made all our musical dreams come together because we all stayed in the room for each other.
Early in the morning was [trombonist] Ryan Porter and [tenor] Kamasi. In the middle of the day would be [upright bassist] Miles Mosley and [drummer] Tony [Austin] and [singer] Patrice [Quinn]. Then at the end of the night would be me. On weekends, I’d be there until the Sun came up. We just had a system and we stuck to it and had extreme fun while doing it. Even when we weren’t working on our individual projects, we were happy to be playing on each other’s ones.
What’s amazing is that the West Coast Get Down seems really a big family. Many of you went to school together and know each other since you were kids. So there’s a community-like sort of vibe. Why did you guys decide to start this?
This whole thing started with me, Kamasi, Thundercat and Cameron Graves. What we did was come together and play the music that was most expressive to us. We brought this together as kids. Me and Kamasi met at 6 or 7th grade, we were coming together every weekend and practicing for hours. We’d sit there from Friday night until church time by Sunday. We’d spend days and days playing, we wanted to be like Elvin Jones and [John] Coltrane. With Cameron Graves and Stephen, we all unified that together.
Then when Miles Mosley put together a gig at the Piano Bar, he was like, ‘he fellas, I’ve got a place where we all can play our music’. So we were able to build musically as a unit also through Miles Mosley’s relationship with the Piano Bar. As we grew, we all just decided that this is what we do and it became a movement. Everybody has a great ideia of music in our group and when we all come together, we can express them all. And we all play with each other’s independent bands. It’s an interwoven thing and what is happening, what people are seeing, is that this unit of people, through their relationships of childhood, have come to the point where they are creating and cultivating the ideia of happiness, peace and pleasure through music as a unified group.
Jazz has been changing a lot in the last decade, with a lot of guys experimenting with it. For you, what is jazz’s role today and how does it keep relevant throughout the times?
It’s by what we’re doing. People coming together and expressing their music and creating a movement. Back when I was younger, people would say jazz was dead, but the reason they said that is because they lost its progression, because the people that were making strides in mainstream music were mediocre. They way that it stays alive is by expression, progression and forward movement. That’s what’s happening, that’s why jazz is moving heavily in Los Angeles. Because this group here, along with other groups in Los Angeles, is trying to push it forward.
We are not stuck on what people think or on radio format, we’re just doing exactly what we wanted to do. It’s honesty and people love that. Jazz now is breathing out of its coma because people are saying, ‘hey, let’s just express how we feel and just do it’.
From its beginning, jazz got away from the mainstream, from what people thought was commercial and being expressive. And were crowds of people that appreciated jazz’s particular expression. It started with the blues, but jazz is one of America’s true musical art forms because it was created out of what was happening with everything. Blues was diluted with commerciality and people taking it to other places. Then those who were playing blues decided that, ‘look, we want to keep this format expressive and progressive, let’s do something else’ and it morphed into jazz. What we’re doing now is bringing back they’re original energy, what the music was played for. It was to express kind feelings. That’s what improvisation is. Expressing current feelings, in realtime.
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