“Doc Caribbean. Memoria viva del Monopatín”. Entrevista con el autor, Hugo Clemente

13 August 2024 Texto: Juanjo M. Fuentes. Fotografía: Archivo Doc Caribbean.

En las propias palabras de los creadores de esta joya de libro:

“En el otoño de 1975, mientras un país despierta de una pesadilla, un joven se pasea por Nuevos Ministerios en un Seat 133 cargado de material de colores imposibles y plásticos ultradeslizantes como si cargara el cofre del otro lado del arco iris. Hace poco tiempo que el monopatín acaba de llegar a España, pero José Antonio, al que nadie todavía llama Doc Caribbean, ya lleva tiempo patinando y lo sabe todo sobre aquel extraño objeto llegado de California. No tardará en cambiar el utilitario por un pequeño espacio en la calle Columela que con el tiempo se convertirá en Caribbean Shop, la primera tienda dedicada al skate de nuestro país y una de las más longevas del mundo. Ya sea subido a una tabla o detrás de un mostrador, Doc asistirá al desarrollo de una subcultura fundamental y convertirá su tienda en un santuario para todo tipo de tribus urbanas de convivencia improbable, como raperos, pijos y bakalas.

En este ensayo, Hugo Clemente rastrea la trayectoria de Doc y Caribbean para construir una historia oral de la cultura del monopatín en nuestro país. El resultado es una genealogía subcultural patria, pero también un testimonio de la fuerza inextinguible de la pasión. Hoy, Doc sigue patinando. Porque como dijo Jay Adams: «No dejas de patinar cuando te haces viejo, ¿vale?; te haces viejo cuando dejas de patinar».”

 

 

Hugo Clemente, autor del libro

 

Hugo Clemente (Salamanca, 1973) ha sido orientador laboral en un programa de metadona, monitor de surf y snowboard, psicólogo social y basurero nocturno. También ha impartido clases de español como lengua extranjera y estudios culturales en Boston College, Boston University, Tufts University y Universidad de Santiago de Compostela.

Ha publicado Cuaderno de Agua, de temática surfista, que ha agotado su tercera edición y se ha traducido y publicado en EE.UU. y Fast, su segunda novela. También ha sido guionista y productor del documental de surf The Blinking Island, galardonado con el Best Documentary Film Award en Procida International Film Festival (Italia).

 

¿Cómo te iniciaste en la escritura y qué te motivó a seguir esta carrera?

Mi abuelo tenía una máquina de escribir y cuando iba a su casa me sentaba a pasar a limpio cosas que traía escritas a mano y con dibujos. Historias malísimas de detectives con códigos, fichas de animales que quería ver cuando fuera mayor, ese tipo de cosas. El sonido de la máquina de escribir me dejaba un poco en trance. Luego siempre he leído mucho y he ido a todas partes con un cuaderno. Escribir es algo que hago.

 

¿Qué te inspiró a escribir “Doc Caribbean. Memoria viva del monopatín”?

En realidad fue un encargo de la familia a través de Nacho, uno de sus hijos. Me entusiasmó la idea porque conocía desde hacía años a Doc y lo que representaba, y porque parte de mi trabajo se centra en la cultura del surf y el skate. Después de hablar con Nacho no pegué ojo pensando: ¡Quiero ser yo el que escriba ese libro!

 

 

 

 

¿Cómo conociste a José Antonio, más conocido como Doc Caribbean?

A Doc lo conozco desde hace años, primero como cliente cuando arrastraba a mis padres a Caribbean con la esperanza de que me compraran algo allí de crío. Después coincidí en varios eventos, sobre todo de la International Slalom Skate Association. Allí fue speaker y Dj en un par de eventos que hicieron en Mallorca donde nos conocimos algo mejor y también empecé a conocer más a Nacho y su mujer Paula.

 

¿Qué te llamó la atención de la historia de Doc Caribbean y Caribbean Shop?

Lo primero que tanto Doc como la tienda siempre han estado ahí y que juntos forman una especie de línea temporal del desarrollo del skate en nuestro país. Después, la capacidad de adaptarse e inventarse la manera de mantener un negocio que era completamente nuevo en una España que cambiaba a toda velocidad.

 

¿Qué importancia crees que tiene Caribbean Shop en la historia del skate en España?

Mucha. Cumplió la función de las skateshops originales que es la de convertirse en un punto de encuentro de personas, tendencias y novedades. Fueron prescriptores analógicos dentro de la cultura del monopatín y de la cultura juvenil de diferentes generaciones.

 

 

 

 

¿Puedes hablarnos sobre el proceso de recopilación de testimonios y anécdotas para el libro?

Ha sido un proceso de casi tres años entrevistando regularmente a Doc y su familia, pero también a personas destacadas de esta cultura como a algunas de las mujeres pioneras en el skate en nuestro país como Ángells Borrell, Mercedes Resino o Cristina Lacouture o a Danny León y Dani Lozano, actualmente técnico deportivo del equipo olímpico español de skateboarding, o figuras de la música como Javier Corcobado, Dj Nano o Panko Gabás que formo parte del grupo Ojos de brujo. En total han sido más de treinta entrevistas.

 

¿Cuál fue el mayor desafío que enfrentaste al escribir este libro? ¿Hubo alguna anécdota o historia en particular que te impactara más durante tu investigación?

Una de las partes más difíciles de este proceso ha sido decidir qué historias se quedaban fuera del libro. Daba para una trilogía, pero una de las cosas que me importaban mucho es que fuera un texto muy rápido, dinámico, casi vertiginoso, como una buena sesión de skate.

Aún a veces en alguna presentación cuando alguien comenta algo que sé pero no aparece en el libro pienso:  mierda, igual esto tenía que haber entrado pero se me pasa enseguida. Creo que está lo fundamental y lo más simbólico que los editores de Colectivo Bruxista han hecho un gran impecable de destilado.

 

 

 

 

En tu libro mencionas que Doc Caribbean comenzó su viaje con un Seat 133 lleno de material de colores imposibles y plásticos ultradeslizantes. ¿Qué significado tiene este momento inicial en la narrativa de su vida y carrera?

Pues es bastante representativo de un espíritu libre que sabe lo que quiere hacer aunque aún no ha averiguado cómo hacerlo. Un poco DIY sin saberlo. Veo mucha mucha decisión en ese gesto además en un momento en el que históricamente se esperan cambios tras muchos años de dictadura y aislamiento en España, pero nadie sabe muy bien cómo se van a producir esos cambios.

 

¿Cómo describirías el impacto de Caribbean Shop en la formación de la cultura del skate en España, y qué elementos específicos de la tienda la hicieron única? ¿Y cómo influyó la llegada del monopatín a España en la juventud de aquella época?

Como dice Doc, cuando le entregas un monopatín a alguien, le estás dando la libertad. Al haber sido la primera tienda de skate en España (aunque el hábilmente nunca la llamara skateshop, sino tienda de deportes y moda californiana, dándole margen cuando en alguna de las crisis que le dan de vez en cuando al skate, pudiera subsisitir vendiendo camisetas, cometas acrobáticas o cosas tan sorprendentes como boomerangs para zurdos). Caribbean ha sido referente, catalizador, punto de información y el lugar en el que testear el material nuevo recién llegado.

Como dicen dos personas entrevistadas en el libro, Caribbean ( y otros más) empezaron a poner color a una sociedad que llevaba demasiado tiempo en blanco y negro y eso la juventud del momento lo comprendió rápidamente.

 

 

 

 

Durante la investigación para tu libro, ¿qué descubrimiento sobre la vida de Doc Caribbean te sorprendió más y por qué?

Que siempre estuvo ahí. Y eso significa que ha estado en algunos momentos claves en la vida de nuestro país. Por ejemplo le tocó desfilar en el entierro de Carrero Blanco porque estaba haciendo la mili, siendo un testigo de excepción de cómo se transformaba nuestro país y como tomaba forma nuestra propia cultura del skate asistiendo al primer Campeonato de Arenys de Munt o colaborando con otros skaters en la construcción del Parque Sindical  en Madrid (el primer skatepark público que hubo en España).

 

¿Cómo crees que ha evolucionado la cultura del skate en España desde los años 70 hasta hoy?

Pues ha pasado del underground y ser considerado un actividad poco cívica practicada por chavales un poco descarriados a formar parte del deporte base y los juegos olímpicos. Una trayectoria que muy pocos sospechábamos cuando empezábamos a patinar. Eso ha traído muchas cosas buenas, por supuesto, pero ha hecho que se lo haya zampado la cultura hegemónica y eso ya no mola tanto.

 

 

 

 

El libro es una historia oral de la cultura del monopatín en España. ¿Cómo estructuraste los testimonios y relatos para que se integraran coherentemente en la narrativa general del libro?

Esa fue una de las partes más difíciles de resolver. También soy guionista y he participado en varios documentales y esa fue un poco la referencia, que una vez presentadas las personas que parecen en el texto pudiéramos identificarlas fácilmente y que sus testimonios pudieran mezclarse con datos curiosos y reflexiones de los distintos puntos de vista que existen en la comunidad del skate sobre cualquier cosa.

También era muy importante para mí que el libro arrancara en la actualidad cuando José Antonio ya es es Doc Cariben esa eminencia del monopatín con el pelo blanco y hacer avanzar el texto hacia atrás en el tiempo.

 

En tu obra, mencionas la frase de Jay Adams: «No dejas de patinar cuando te haces viejo, ¿vale?; te haces viejo cuando dejas de patinar». ¿Cómo crees que esta filosofía se refleja en la vida y en la trayectoria de Doc Caribbean?

Menciono esta frase porque es buenísima y también porque Doc la ha convertido un poco en su lema vital.  Es verdad que la primera vez que vi a Doc patinar hará ya unos 15 o 20 años, lo primero que pensé fue:  Joder, hay esperanza. Se puede cumplir años y patinar. Creo que ninguno imaginábamos cuando conseguimos nuestro primer skate y nos destrozábamos las espinillas contra los bordillos de debajo de nuestras casas que acabaría formando una parte tan importante en nuestras vidas y que nuestra devoción  se mantendría en el tiempo.

 

 

 

 

El libro destaca diversas tribus urbanas que convergieron en Caribbean Shop. ¿Podrías profundizar en cómo estas interacciones influenciaron la evolución del skate en Madrid? ¿o anécdotas como los raperos y los pijos, esa conexión con la tienda Doc Caribbean?

El skate fue una ventana por la que acceder a diferentes expresiones culturales, primero al punk, el thrash o el hardcore y después al hip-hop a través, sobre todo, de los videos que se devoraran en grupo antes de salir a imitar lo que habíamos visto por las calles de nuestros barrios.  El surf y el skate son movimientos que atraen muchísimo al postureo y a gente que nunca los ha practicado. En el libro se cuenta por qué, de pronto, a principios de los noventa  los más bakalas empiezan a comprar en Caribean camisetas ultra ajustadas de Powell Peralta aunque no se hubieran subido a un patín en su vida.

 

En “Doc Caribbean. Memoria viva del monopatín”, tocas la importancia de ciertos eventos y competiciones en la promoción del skate. ¿Podrías mencionar alguno en particular y su impacto en la comunidad local?

Creo que uno de los mayor impacto fue la exhibición que hizo Pepsi en el antiguo Palacio de los Deportes de Madrid (hoy WiZink Center), que reunió a 18.000 espectadores.  En la época fue una locura, pero hay otros momentos que también parecen en el libro como que algunas exhibiciones se hacen en las fiestas de los pueblos, junto a otras atracciones como los coches de choque o los ponis amarrados que daban vueltas alrededor de una rueda de madera (ya desaparecida, por suerte). Allí iban unos chavales patrocinados por las marcas nacionales de monopatín,  montaban unas rampas pesadísimas atornillándolas a mano, hacían su exhibición y después les  dejaban a los mozos del pueblo sus monopatines para que probaran y les picara el gusanillo del skate. Los orígenes aquí fueron bastante disparatados.

 

 

 

 

La escena del skate ha cambiado mucho desde los años 70. ¿Qué aspectos del legado de Doc Caribbean crees que todavía están presentes en la comunidad del skate actual en España?

El skate como comunidad creo que sigue existiendo, han cambiado algunas de las razones por las que los más jóvenes patinan, ahora se puede ver como una manera potencial de ganarse la vida con un poco de suerte. Algunos pros americanos están cobrando fortunas por patinar. Como dice Danny León en el libro, antes los chavales iban a patinar por el placer de patinar y ahora muchos van porque creen que pueden labrarse una carrera deportiva.

Es muy interesante el debate que surge sobre todo esto en las presentaciones que estamos haciendo. Por ejemplo en la de Málaga salió la distinción entre la gente que habla del skate como deporte y la que lo hace del skate como cultura. Aunque ,al final, la sensación de patinar siempre es increíble, única y transformadora.

 

¿Qué otros temas o subculturas te interesa explorar en tus futuros trabajos? ¿Y qué autores o libros han influido más en tu estilo y enfoque como escritor?

Ahora estoy en fase de producción con  un documental sobre el vertido de una  pellets que hubo a principios de año en las rías gallegas con Marcos Montiel de Kakum Filmes. Nos conocimos allí trabajando en la recogida del vertido y pudimos grabar todo el proceso y hacer entrevistas a la gente que participó en toda la limpieza y, aparte, estoy acabando un libro de relatos que empecé antes de ponerme con Doc Caribbean, memoria viva del monopatín.

Me interesan mucho los libros que tratan de “otra cosa”, que hablan de un tema para abordar muchos otros como El evangelio de las anguilas de Patrick Svenson. Para este libro me  interesaron mucho  The Answer is Never de Jocko Weiland, Por favor mátame, la historia oral del punk de Legs Mc Neill y Gillian MC Cain,  Open de André Agassi (escrito por J.R. Moehringer) o Frank Sinatra Has a cold de Guy Tallese Cada libro tiene sus propios referentes y hay que salir a buscarlos.

 

¿Qué nos puedes contar de la vida futura de este libro y de paso de otros proyectos, tanto tuyos como de Doc?

En verano vamos a hacer algunas presentaciones en festivales de surf y skate  como O´Marisquiño en Vigo y Surf, music and Friends en Asturias y para septiembre y octubre presentaremos en Sevilla (Moments festival), Mallorca y, si todo va bien, en Canarias.  Mientras el libro siga generando interés estamos encantados de viajar juntos Doc y yo para presentarlo. Además, cada vez nos comenta más gente que se lo ha leído dice que esta historia se merece un documental y la verdad es que el archivo audiovisual que tienen en la trastienda es muy increíble así que estamos abiertos a propuestas…

Doc por su parte, promete celebrar por todo lo alto los 50 años de su tienda, Caribbean, por todo lo alto.

 

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