Preparando esta entrevista me he dado cuenta que muchos reconocemos más la obra que el autor. Me imagino a Mick Rock, el súper fotógrafo de los años 70, sonriéndonos tras sus gafas oscuras meditando en una de sus posturas habituales de yoga. No importa, seguro. Su trabajo siempre ha sido así de bueno: nos ha colocado en su pellejo, ha hecho la foto y ha incluido nuestros ojos en una lente colectiva de su cámara, situándonos en el momento exacto en el que la cultura musical del momento estaba explotando, haciéndonos testigos del esplendor casi mitológico de estrellas como David Bowie y su Ziggy Stardust, Lou Reed y la Velvet, Iggy Pop o Queen… En la atemporalidad de cada foto está la magia de Mick. Ahora gracias al documental producido por RockEye prod., Vice Films y Straight Up Films, podemos conocer como se hizo el hechizo.
Junto al director y documentalista Barnaby Clay, hemos podido charlar un poco con él y Mick sobre sus carreras y la preparación del documental “Shot! The Psycho Spiritual Mantra of Rock”.
Mick, ¿Cuál fue el primer disparo de cámara en el que pudiste pensar algo así como “joder, jamás podré dejar de hacer esto”?
Cogí una cámara en medio de un viaje de LSD y me obsesioné. Y nunca eché la vista atrás.
¿Qué te atrajo principalmente del retrato?
Me gusta fotografiar a la gente. Me encantan los rostros. Cada uno es diferente. Pero no tiene por qué ser un retrato, puede ser en cualquier parte. Cualquier circunstancia.
Viviste y formaste parte del movimiento hippie. Con tu cámara eras uno de los ojos mas atentos del cambio social y cultural. ¿Cómo fue el choque cultural visto desde la calle?
Fui una especie de estudiante hippie cuando estuve en la Universidad de Cambridge. Fui sin duda un hijo de mi época. ¡Pero más que nada me metí en todo aquello por las chicas y las drogas! La mayor parte de la gente me asocia con los movimientos glam y punk de los setenta, aunque todavía fotografío. Nunca le di muchas vueltas a eso de las ramificaciones culturales. Simplemente viví como quise. Y fotografié a la gente que me intrigaba.
Tu trabajo con músicos sigue estando en la vanguardia de estilos y tendencias. Como testigo de la explosión del rock y la cultura en los 60 y 70 ¿qué comparaciones “odiosas” (o no) encuentras con la cultura actual?
Yo no fui un fotógrafo de los sesenta. El único sujeto al que fotografié fue en otoño de 1969, Syd Barrett. La gente me ha llamado a menudo “El hombre que fotografió los setenta”. Mi cámara, ciertamente no dejó de trabajar en los setenta ni en los primeros ochenta. No analizo demasiado esas cosas. No soy un crítico. Acepto los tiempos tal y como son. Ciertamente, disfruto la compañía de músicos. Hace poco he fotografiado a Karen O de Yeah Yeah Yeahs, Father John Misty, Lenny Kravitz, Janelle Monaie, Pharrell, Snoop Dogg etc, etc. Simplemente me encanta “disparar”.
¿Te has planteado alguna vez que no solo los músicos que has conocido, sino la imagen en tu arte que has captado de ellos, ha podido ser estudiada al milímetro por las nuevas generaciones o sus productores en un intento de replicar algo de su formula mítica? Quiero decir, veo por ejemplo tu foto de Madonna de 1980 y pienso que hay muchas recién forjadas estrellas de la música de hoy intentando emular la potencia de lo recogido en tu fotografía.
Nunca he pensado mucho en eso. He estado muy ocupado. Hago lo que hago. Eso de interpretar o explicar lo que hago o como he influido en los tiempos o en el trabajo de otros… de eso se encargan otros. No me es posible separarme de mi vida de ese modo. Y, sinceramente, no quiero quedarme atrapado en lo que esperan otros de mí. Intento permanecer en el presente, en mis sentimientos y obsesiones. Mis obsesiones terapéuticas alternativas, el yoga, la meditación, etc., me permiten mantener frescas mi mente y mi imaginación.
Barney presentó en 2011 en la instalación de Vice Media en el Intel´s Creators Project su “Life on Mars Revisited”, basado en el mítico video original rodado por Mick con Bowie en 1971. Supongo que os conocisteis y hablasteis el uno con el otro a través de vuestros trabajos. ¿Cómo fue?
Quizá unos seis meses después de conocerle, Barney vino a mí con esta propuesta y me pareció que podría ser un buen modo de descubrir si podíamos trabajar juntos. Él trajo al proyecto a un señor con mucho talento llamado Rob Roth. ¡Rob hizo todos los efectos especiales raros en mitad del trabajo! Me encantó el resultado final, así que el documental poco a poco se puso en marcha.
Barney, ¿Cómo surgió el proyecto de re-imaginar el Life on Mars en 2011?
La primera vez que me senté con los de Vice contemplando su posible implicación en la película, me preguntaron si estaba interesado en usar algo del trabajo de Mick para crear algo nuevo para el Creators Project. Este estaba bastante poco definido y me dieron manga ancha para hacer lo que quisiera, lo que fue genial.
Desde que sales del London International Film School en 1996 no has parado de trabajar y principalmente relacionado con la música. ¿cómo fue unir ambas pasiones, la música y el cine, en tu trayectoria profesional?
Siempre me han gustado los vídeos musicales y esto me aportó un medio ambiente excelente para experimentar con la grabación cinematográfica. Entré en la industria al final de la “era dorada” de los vídeos musicales, cuando había presupuestos lo bastante altos como para que pudieras realmente ganarte la vida. Esto no duró mucho, pero en cuanto me puse en marcha empecé a trabajar con artistas que realmente me interesaban, y eso fue lo bastante motivador.
Cuando te relacionas con un trabajo de videos musicales ¿cómo los abordas?
Normalmente escucho el corte muchas veces. A veces una idea puede llegarte al poco de haber empezado, pero a veces tienes que seguir poniéndola hasta que algo te llega (aunque esos días intento limitarme, ya que puedo acabar odiando la música). Normalmente empieza con una imagen sencilla. Para “You” de TV On The Radio, tenía esta imagen del cantante, Tunde, caminando por una calle suburbana, pedaleando sobre una BMX y vestido como Prince. El resto del vídeo salió de eso.
Has dirigido y escrito el corto de fantástico Finkle’s Odyssey con el que recibiste varios premios. ¿Tienes en mente más proyectos que combinen tu faceta de escritor y director?.
Me gustaría, pero escribir es duro y requiere muchísima motivación. Normalmente no es necesario que escriba; no es fácil encontrar grandes guiones que te atraigan, así que acabas teniendo que escribirlos tú. Tengo algunos proyectos en los que he estado trabajando mientras “Shot!” estaba en post-producción. Espero poder lanzarlos el año que viene.
Has seguido y documentado bandas, mostrando las bases de su cultura más allá de los escenarios, como en el documental de la BBC sobre los Menlo Park en Rusia. Has tenido se podría decir una carrera paralela a Nick y ambos sois británicos. ¿Cómo interpretas tu a grandes rasgos la cultura musical que vives?
Bueno, no solo somos ingleses, somos expatriados ingleses; los dos hicimos el movimiento de Londres a Nueva York y creo que eso da mucho norte acerca de quiénes somos. Mick, obviamente, estuvo allí en el surgimiento del punk en Inglaterra y Nueva York y yo fuimos arrastrados de una forma similar a las bandas de post-punk que empezaron a surgir en Nueva York a principios de la década de 2000.
¿Y cómo ves la cultura del rock actualmente y en su evolución después de haber profundizado en sus raíces de los 60 y 70 con Mick?
El rock está sufriendo una auténtica crisis de identidad estos días. Cuando lo comparo con la época que documentó Mick, creo que uno de los problemas tiene sus raíces en una falta de verdaderos frontmen como Iggy, Lou, Bowie, Debbie Harry, Freddie Mercury… todos poseen un carisma único que es raro ver estos días. Vivimos en una cultura donde los DJ son estrellas del rock, lo que supongo que está bien, pero eso hace que se pierda esa espectacularidad sin adulterar que venía con los músicos de épocas pasadas.
Tu trabajo de Mick está unido a la historia del rock n´roll. A la vez que recorremos tu vida y carrera vemos a Syd Barret, Bowie, Lou Reed, etc…¿Cómo fue trabajar y diseñar esa línea de historia de la música dentro del documental?
Mick: Obviamente el documental no habría interesado a nadie si no fuera por mi trabajo. Esta es la sustancia principal de lo que trata. Fue muy importante para mí que no se limitase a tratar de las personalidades icónicas con las que he trabajado y las imágenes que he creado a partir de ellas. Necesitaba reflejar y mostrar la totalidad de mi obra, incluyendo mi foto arte, mis fotos Kabuki, erótica, el trabajo de ilustración no basado en personalidades, incluso mis naturalezas muertas con cocaína preciosamente iluminadas, etc.
¿Cómo os encontrasteis y empezasteis a fraguar el proyecto de “Shot! The Psycho Spiritual Mantra of Rock”?
Barney: Mick había estado interesado en hacer una película sobre su vida y su obra durante un tiempo. Empezó a reunirse con algunos directores para eso y yo fui uno de ellos. He sido un gran fan de su obra durante mucho tiempo y cuando nos conocimos conectamos a muchos niveles.
Mick: Nos conocimos por medio de Liz Vap, una de los productores de la película, que ha trabajado conmigo durante los últimos veinte años. Estaba buscando a alguien que nunca hubiera hecho un documental antes, que no llegara a los cuarenta (cuando empezó tenía treinta y ocho y ahora tiene cuarenta y dos), que al igual que yo hubiera vivido la mitad de su vida en Londres y al menos una década en Nueva York. Que tuviera una sensibilidad afín a la mía. Y que, al igual que yo, no viese la necesidad de pontificar de forma pretenciosa y vacía que se ve en el 99% de los documentales. ¡Y que personalmente me cayera bien! Tenía que ser algo muy diferente. ¡Estoy contento de decir que realmente lo es!
¿Cómo apareció Vice en el proyecto?
Mick: Los patrocinadores originales fueron una compañía llamada Straight Up film. Aparecen acreditados al principio del documental junto con Vice. La primera persona en implicarse con eso de alimentar el Proyecto fue otro de los productores, Sal Scamardo. Habíamos estado hablando de ello durante al menos tres años. Él tenía una amiga llamada Marisa Polvino, que estaba buscando un nuevo Proyecto en el campo del documental. Ella estaba muy entusiasmada y accedió a desembolsar un buen presupuesto. Barney ya conocía a uno de los cabecillas del proyecto llamado Eddy Moretti. Obviamente fueron los principales productores del Creators Project. A Eddy también le gustaba la manera en que el Creators Project surgió y decidió poner también algo de dinero. Le gustaba el hecho de que Barney y yo tuviésemos ideas originales acerca de cómo debería desarrollarse.
Barney: Conocí a Eddy Moretti de Vice y me preguntó en qué andaba. Le hablé del documental sobre Mick Rock e inmediatamente dijo “Vamos a hacerlo”. Eso es lo que me encanta de Vice, sin andarme con gilipolleces: si tienen intención de algo van a por todas y antes de que te des cuenta ya está la película hecha.
¿Habéis trabajado también conjuntamente en la parte más técnica del film?
Barney: Eddy estuvo muy implicado en la edición. Tiene una enorme intuición para las historias y fue realmente útil cuando se llegó al apartado de montar la narrativa. Es como un Robert Evans moderno, muy apasionado y con intención de ayudar al director para que haga realidad su visión.
Mick: Ese es principalmente trabajo de Barney. Lo conocía de estudiarme y tratar conmigo, y mi obsesión con el yoga, los cánticos y la meditación, los aparatos cerebrales y los estados de la mente alterados, lo cual debía tener un fuerte sabor psicodélico/punk. Hizo un gran trabajo. ¡Después de todo era el director!
Mick, ¿Cómo es tu sensación personal de estar en el punto de mira central del documental?
Mick: Es una respuesta difícil de contestar. Las Compañías filmográficas han estado pidiéndome realizar un documental sobre mí durante los últimos doce años. Finalmente las circunstancias se dieron, y creo que el momento es el correcto. No pienso en el hecho de que se trate de mí. Es un proyecto y obviamente lo importante es que esté satisfecho con el resultado. Para ser franco, no lo estuve durante cuatro años (lo que duró el proceso). Cada vez que salía en pantalla, escribía larguísimas notas acerca de los cambios que necesitaba que se hicieran. Quería estar más libre y ser más punk. Más como el metraje al final. Quería que tratara más acerca de todo el trabajo que he realizado a lo largo de los últimos 20 años, desde que me hicieron la operación de bypass en 1996… y menos acerca de los 70. Al final se convirtió en una mezcla entre mi visión y la de Barney. Y a decir verdad se produjo algo muy original. Está teniendo una gran respuesta. Y Barney y yo estamos ahora firmemente unidos en esa fusión de este resultado final.
Barney: La primera vez que hablé con Mick acerca de la película mencionó una imagen de él mismo en la mesa del quirófano durante su operación de corazón, para ponerle un bypass. Fue un momento clave de su vida y también marcó el final de aquel particular período de su obra. El período que le dio su nombre, así que parecía merecer la pena explorarlo. No pude quitarme esa imagen de la cabeza, parecía muy dramática; la desarrollé en el concepto de Mick contándose su vida a sí mismo mientras se encuentra en plena operación. Nunca había hecho antes algo así y abrió muchísimas posibilidades en cuanto a estilo. Encontrarse en medio de una experiencia cercana a la muerte puede resultar muy psicodélico y eso cuadraba perfectamente con la naturaleza de Mick.
Mirando el buen resultado del documental ¿os habéis quedado con ganas de trabajar algo más juntos?
Barney: Aunque me encanta tanto Mick como su carrera, cinco años es mucho tiempo para dedicar a una sola persona, y es momento de hacer algo más. Algo puramente ficticio esta vez (¡Aunque estoy bastante seguro de que habrá buena música en ello!).
Mick: Ya veremos. A decir verdad, tenemos una gran amistad y sentimos respeto el uno por el otro. Y hemos producido algo único juntos. Por el momento estamos conduciendo el asunto, el cual esperamos que crezca ahora que Magnolia Pictures son los distribuidores y están poniéndose en marcha para una campaña de promoción seria.
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