Brian Vernor

12 February 2015 Texto: Stephane Merand. Fotografía: Brian Vernor & Stephane Merand (*).

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Cuando se trata de viajar, ya sea en bicicleta, escalando, corriendo o patinando en los lagos helados de Suecia, Brian Vernor es un experto. Yo mismo he viajado durante los últimos 16 años como azafato de vuelo para una gran compañía aérea. Los dos vivimos en un viaje constante, pero a niveles distintos. Brian se gana la vida documentando sus experiencias, y yo aprovechaba mis viajes cortos pero constantes para perseguir mis pasiones: el skateboarding, el ciclismo y la fotografía entre otras. Así que cuando tuve la oportunidad de conocerle conectamos instantáneamente. Nuestras vidas en movimiento nos han convertido en las personas que somos hoy. Aquí os dejo la historia del punto de encuentro entre dos trayectorias distintas. Espero que disfrutéis el viaje.

 

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Conocí a Brian hace algunos años en las oficinas centrales de BFF en Nueva York. En ese momento sólo le conocía de las películas de ciclismo Pure Sweet Hell y Where Are You Go. Entonces tuve la oportunidad de trabajar con él en una película sobre ciclismo llamada The Commentator. Esa película, que se estrenará este año a través de BFF y ha sido dirigida por el director del festival Brendt Barbur, trata de una de las carreras más difíciles de la historia: Paris Roubaix, siguiendo al director de la ahora clásica Sunday in Hell, de Jorgen Leth.

A lo largo de estos años he podido conocer mejor a Brian y he descubierto que es también un fotógrafo con mucho talento, además de escritor, corredor y, por supuesto, un amante de la bicicleta. Le ofrecí hacer una entrevista para Staf Magazine y aceptó a hacer algo diferente a la clásica entrevista de pregunta y respuesta. Se ofreció a llevarme a un viaje en bicicleta para que pudiera presenciar cómo hace su trabajo.

 

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A Brian le han gustado las bicicletas desde que era un niño. Cuando tenía veintipocos años descubrió el ciclocross y comenzó a competir en carreras locales. La pasión por este tipo de ciclismo le llevó a grabar una película sobre ciclocross en película de 8 mm llamada Pure Sweet Hell. En esta película Eric no trabaja de manera estática, sino que se acerca al ciclista y corre junto a él cuando éste carga la bicicleta sobre sus hombros. Su visión de infiltrado refleja la esencia del deporte, el dolor, la fatiga, las caídas.

Así es como Brian se acerca a los sujetos. No es un mero testigo, vive cada experiencia al máximo. Ese es el caso también de la épica película Where Are You Go, donde participa en un viaje en bicicleta increíble a lo largo de África, desde El Cairo hasta Cape Town. Para documentar el viaje Brian recorrió 5000 millas con un remolque donde llevaba todas sus cosas. Podéis imaginaros cómo de difícil fue esto teniendo en cuenta las dificultades que los otros ciclistas tenían sin llevar ningún tipo de remolque.

 

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Esa visión de “infiltrado” está presente en cada parte del trabajo de Brian. Así que para entenderlo mejor decidimos que, aprovechando una parada de mi trabajo en San Francisco, iríamos a hacer camping a uno de los muchos parques naturales que rodean Santa Cruz, su ciudad de origen. El área de Santa Cruz es una de las mejores de Estados Unidos para hacer ciclismo de montaña, ofreciendo a los apasionados de este deporte un gran número de rutas. Así que el pasado Septiembre me recogió en el aeropuerto de San Francisco y condujimos directamente hacia la casa de su madre en Santa Cruz.

Pasamos esa tarde ajustando las bicicletas, preparando lo necesario para hacer camping y cargando nuestras bicis. Brian me prestó una de sus bicicletas, una Black Cat Cycles de montaña hecha por Todd Ingermanson, que también nos acompañó en el viaje. Todd es un artesano increíble y un ávido ciclista al igual que Brian, ya sea haciendo rutas en bici, ciclismo de montaña o en carretera. Puedes ver su genial trabajo en www.blackcatbicycles.net.

 

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La mañana siguiente quedamos con Todd para finalizar los últimos detalles. En teoría mi amiga Serena iba a acompañarnos desde San Francisco esa mañana, pero finalmente no pudo. Nos dijo que nos alcanzaría cuando estuviéramos dirigiéndonos hacia el norte. Así que alrededor de mediodía nos marchamos a la costa de California, tomando una ruta entre el océano y los campos de calabazas y coles de Bruselas en las afueras de Santa Cruz, para tomar después la autopista 1, conocida como PCH Pacific Coast.

Por el camino nos paramos en Davenport, un pequeño pueblo costero conocido por ser un punto de avistamiento de ballenas, y compramos cervezas y burritos, la cena para esa noche. Con ese peso extra tomamos de nuevo la carretera. He olvidado comentar que desde que comenzamos estábamos sufriendo un viento muy fuerte que nos obligaba a pedalear incluso en las cuestas para mantener un ritmo de 15 millas por hora (comprobamos el radar). Continuamos hacia el norte para llegar al parque Big Basin State. Justo antes de acceder al sendero paramos y acordamos ignorar a cualquier persona que nos encontráramos y no entablar conversación con nadie, ya que se suponía que no podíamos acampar en el parque en esa época del año.

 

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Justo cuando dejamos la carretera principal para entrar en el camino escuchamos algunas voces detrás nuestra, así que planeamos ignorarlas según lo acordado. Sin embargo en un momento escuchamos el nombre de Brian y obviamente tuvimos que mirar para ver de quién se trataba. Resultó que eran Serena y su amiga Erika, que acababan de encontrarnos justo en el último momento que estábamos a la vista en la carretera. Si hubieran pasado dos minutos más no hubieran podido encontrarnos o incluso llamarnos, porque estábamos ya en una zona en la que no había cobertura.

Encontrarnos con las chicas cambió nuestros planes y decidimos ir un poco más hacia el norte hasta Butano State Park. Nos paramos en la última estación de servicio antes de coger el camino y rellenamos nuestras cantimploras. Entramos en el parque, primero a través de un camino de gravilla y luego por una pendiente que nos llevaba al lugar de acampada. Aquí fue cuando las cosas empezaron a ponerse difíciles para mí. Aunque voy en bicicleta cada día en París, no estaba ni siquiera cerca del nivel de entrenamiento de mis amigos. Empecé a tener calambres al mismo tiempo que la cuesta se iba haciendo más pronunciada. Serena, Erika y Todd continuaron y los perdí rápidamente de vista, mientras que Brian tuvo la amabilidad de esperarme.

 

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El sol estaba cayendo y la luz naranja de la puesta de sol le dio un toque mágico al ya increíble paisaje. La noche llegó pero afortunadamente la bici de Brian estaba equipada con una intensa luz delantera, así que pude continuar siguiendo la luz de su bici. Ni que decir tiene que los calambres seguían ahí, por lo que me bajaba de la bici y la empujaba cuando no podía continuar pedaleando. Finalmente alcanzamos la cima y llegamos al camping, donde pudimos tomarnos unas merecidas cervezas y comimos. Brian tenía también bourbon para mantenernos calientes, aunque era más bien una excusa, ya que ya hacía bastante calor. Así que disfrutamos la tranquila y apacible noche californiana debajo de una luna tan clara que tuve que poner mi saco de dormir debajo de un árbol para poder dormir.

Después de una noche corta nos despertamos al amanecer y fue ahí cuando me di cuenta de las maravillosas vistas que teníamos. Aquellas vistas hicieron que todo el sufrimiento de la noche anterior mereciera la pena. Podíamos ver varias montañas alzarse por encima de las nubes y expandirse sobre el horizonte. Despertarse con el único sonido de los pájaros cantando es algo que no tiene precio, y poder compartir ese momento con mis amigos lo hizo incluso mejor.

 

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Cargamos nuestras cosas y volvimos al camino, esta vez fue mucho más fácil. Bajar la pendiente fue increíble, podíamos sentir la brisa de la mañana en nuestras caras mientras descendíamos hacia las nubes. Cuando estábamos al final de la colina paramos en el camping de Costanoa y nos regalamos un buen desayuno. Serena y Erika recogieron su coche, nos despedimos de ellas y volvimos a la carretera con viento de cola esta vez, lo que facilitó bastante nuestro viaje de vuelta a Santa Cruz.

Paramos de nuevo en Davenport para beber unas cervezas y disfrutar el sol de la tarde. Al final del día estábamos ya en la casa de la madre de Brian de nuevo. Al día siguiente visitamos el taller de Todd. Fue increíble ver lo buen artesano que es y ser testigo de algunas de sus creaciones. La atención que pone en cada detalle es realmente impresionante, y hace de cada bicicleta que produce una obra única.

 

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Lo bueno siempre se acaba, y después de comer Brian me llevó a la estación de tren de Santa Clara para que pudiera volver a San Francisco, recoger mis cosas y volver al trabajo. Esos tres días fueron geniales, sólo tengo buenos recuerdos. No puedo agradecer lo suficiente a Brian que me ofreciera la oportunidad de hacer este viaje, y por supuesto también a Todd, Serena y Erika por unirse a esta aventura. Estoy dispuesto a volver en cualquier momento.

Este viaje también confirma lo que ya sabía. Que el acercamiento de Brian a la fotografía y el cine está arraigado en participar en lo que está documentando, y esto hace su punto de vista no sólo exacto, también íntimo y hermoso. Visitad su web si tenéis la ocasión. Merece la pena.

 

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Filmografía seleccionada:
“Pure Sweet Hell” (2004)
“We Just Work Here” (2006)
“Goodbye Tomorrow” (2008)
“Where Are You Go” (2009)
“The Cyclocross Meeting” (2010)
“Talkdemonic” (2011)
“Finding Strong” (2013)
“Midnight Half” (2014)

 

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Pure Sweet Hell:

 

Midnight Half (complete):

 

Talkdemonic (complete):

 

 

ENGLISH: 

 

BRIAN VERNOR.

When it comes to travel, whether by bike, hiking, running or skating on iced lakes in Sweden, Brian Vernor is the man. I’ve been travelling myself for the last 16 years as a flight attendant for a major airline company. We were both on a constant journey but on different levels. Brian was making a living documenting his experiences, as I was taking advantage of my short but constant travels to pursue my passions: skateboarding, biking and photography among others. So when I got the chance to meet him it instantly clicked. Our lives in motion have made us what we are today. Here’s the story of the meeting point of our two different trajectories. I hope you enjoy the ride.

I met Brian a few years back at BFF headquarters in NYC. At that time I just knew him from his bicycle films “Pure Sweet Hell” and “Where Are You Go”, and then I got the chance to work with him along with many others on a bicycle film called “The Commentator”. That movie, which will be released this year through BFF and is directed by the founder of the festival Brenbdt Barbur, is about one of the hardest races in bike race history: Paris Roubaix, following the director of the now classic “Sunday in Hell” Jorgen Leth.

Through these years I got to know Brian more and more and discovered that he’s as well a very talented photographer, writer, runner, and of course a bike enthusiast. I offered him an interview for Staf Magazine and he agreed to do something but not in the formal question and answer format. He offered to take me on a bike camping trip so I can experience in person how he’s making things.

Brian has been into bikes since his childhood. In his early 20’s he discovered cyclocross and entered local races. His love for this very particular type of bike racing led him to put out “Pure Sweet Hell”, a cyclocross film all shot in 8mm. In this movie Brian’s camera is not static, he gets close to the racer and runs when the bike is being shouldered. His insider eye reveals the essence of the sport, the pain, the fatigue, the crashes.

This is how Brian approaches the subjects. He doesn’t just witness things; he lives them to the fullest. This is as well the case in the epic “Where Are You Go” film, where he takes part of an incredible bike trip across Africa from Cairo to Cape Town. He rode the 5000 miles with a trailer carrying all his gear, while documenting the whole trip. You can imagine how hard this was when you see the other riders’ difficulties without the trailer.

This insider view shows in every part of Brian’s work. So to understand that better we decided that while on a layover from my job in San Francisco, we would go camping in one of the many natural parks that circle Santa Cruz, his hometown. The Santa Cruz area is one of the best for mountain biking in the States, offering bike aficionados a wide range of trials. So last September he picked me up at San Francisco airport and we drove right away to his mum’s house in Santa Cruz.

We spent the evening adjusting the bikes, packing essential camping stuff and loading our rides. Brian lent me one of his bikes, a fabulous Black Cat cycles mountain bike made by Todd Ingermanson, who would join us for the trip. He’s an amazing craftsman and like Brian an avid biker, whether it will be bike touring, mountain bike or road. Check www.blackcatbicycles.net to witness his great work.

The next morning we gathered with Todd to set up the last details. My friend Serena was supposed to drive from San Francisco that morning but she couldn’t make it. She told us that she would try to catch up with us while we were riding up north. So around noon we were off to the California coast taking the trails in between the ocean and the Brussels sprout and pumpkin fields in the outskirts of Santa Cruz, and then to the scenery highway 1, known as PCH Pacific Coast highway.

Along the way we stopped in Davenport, a small village on the coast known to be a whale spotting point. There we got some beers and burritos, our diner for that night. Having added that little extra load to our bikes we took the road again. I forgot to mention that since the beginning we were facing a strong head wind that forced us to even pedal in the descents to keep a ridiculous 15 miles per hours speed (radar checked). That said we continued our way north to Big Basin State park. Just before entering the trail we had a small briefing: we agreed on ignoring anybody we might cross path with and not engaging in any conversation because we weren’t supposed to be camping in the park at that time of the year.

Just when we left the main road to enter the trail we heard some voices behind us, so as planned we decided to ignore them. At one point the name of Brian was called so we obviously had to check who was behind us and, guess what? That was Serena and her friend Erika who just happened to have found us at the very last minute we were in sight from the main road. Two minutes after and they wouldn’t have been able to find us or call us, because we were already out of range from the cellphone network.

Having met with the girls we changed our plans and decided to head up a little bit further north to Butano State park. We stopped at the last gas station before the trail and got the water bladders filled, of course there will be no water where we’re going. We entered the park, rode through a gravel road for a few miles and then took a trail that climbed up to our campsite. This is where things started to get hard for me. Even when I ride my bike everyday in Paris I’m not even close to the level of training of my friends. I started to get cramps as the grade of the trail increased. Serena Erika and Todd took off and were quickly out of sight while Brian was kind enough to wait for me.

The sun was now going down and the orange evening light was giving the already great scenery a magical twist. It gave me some kind of Wild West feeling. The night came but fortunately Brian’s bike was equipped with a strong head light so I could keep on climbing by following the beam of light of his bike. Needless to say that the cramps weren’t going away, so I had to walk and push the bike when I couldn’t keep on pedaling. Eventually we arrived to the top and got to enjoy our well needed beers and food on the campsite. Brian even had some bourbon to keep us warm. Well it was just an excuse because the evening was really warm already. So we enjoyed the quiet and mild Californian night under a moon so bright that I had to set my sleeping bag in the shadow of a tree to get some sleep.

After a short night, we woke up to the sunrise, and this is when I realized how fantastic the view was from the camp. That sight made all the pain worth it. We could see several ranges rising above the clouds and spreading until the horizon. Waking up with the birds singing as the only sound around us was priceless, and being able to experience that moment with my friends made it even better.

We packed our gear and headed back to the trail, this time it was way easier. Ridding downhill was awesome; we could feel the morning breeze on our faces while we were descending toward the clouds. When we were at the bottom of the hill we stopped at the Costanoa camp ground and treated ourselves with a great breakfast. Serena and Erika picked up their car, we said our goobies as they were heading back to SF, and went back on the road with tailwind this time, which of course made our ride back to Santa Cruz way easier.

On the way back we stopped again in Davenport for a beer or two and enjoyed the afternoon sun. By the end of the day we were back at Brian’s mum’s house. The next day we visited Todd’s workshop. It was amazing to actually see the great craftsman he is and witness some of his creations. The attention he puts in every detail is impressive and makes every bike he produces a unique piece.

Good times always come to an end. Brian took me to Santa Clara’s train station after lunch so I could go back to San Francisco, pack my stuff and go back to work. These three days were great; all I have is great memories. I can’t thank Brian enough for offering me the chance to do that camping trip, and of course Todd, Serena and Erika for joining the adventure. Good friends are what make a trip good. I’m ready to go back whenever.

What I can also confirm is what I already knew before. Brian’s take on photography and film is deeply rooted in fully taking part of what he’s documenting, and this makes his point of view not only accurate, but intimate and beautiful. Take the time to check his website and his movies if you have the chance. It’s more than worth it.

Selected filmography:
– Pure Sweet Hell (2004)
– We Just Work Here (2006)
– Goodbye Tomorrow (2008)
– Where Are You Go (2009)
– The Cyclocross Meeting (2010)
– Talkdemonic (2011)
– Finding Strong (2013)
– Midnight Half (2014)

 

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