Autor: Hiroko Oyamada
Editorial: Impedimenta
Para llegar a fin de mes, Asa forma parte del equipo de contratados temporales de una empresa que les paga una miseria a pesar de que trabaja, prácticamente, a jornada completa. A su marido, que es indefinido en otra empresa, le ofrecen un puesto mejor remunerado a las afueras de la ciudad, cerca del lugar donde este nació. De manera ‘supuestamente’ casual, el joven matrimonio acaba viviendo en la casa que tienen al lado de la residencia familiar los padres del marido de Asa. Esta decide dejar su trabajo temporal y mientras encuentra otro cerca de su nueva residencia, suceden hechos insólitos.
Un aspecto que me ha parecido fundamental a lo largo de toda la historia es la enorme capacidad que tiene Hiroko Oyamada para sumergir al lector en una sensación de parálisis; es decir, a medida que avanza la trama, los sucesos se narran de tal forma que parece que la historia no avanza; sin embargo, la velocidad y la rareza de todos y cada uno de los hechos que se van revelando demuestran todo lo contrario. Nos encontramos ante una novela que describe muy bien una parte del sistema cultural japonés. Una novela que no teme saltar de lo real a lo onírico y de lo onírico a lo mitológico. Pero, sobre todo, una novela que, a pesar de fundir todos estos elementos, consigue ser coherente.