Ha tardado pero ya está aquí el debut de una de las más prometedoras bandas británicas de los últimos años. Liderados por una gran frontman lleno de encanto como es Jacob Scott y que se siente influenciado por artistas tan diversos pero todos ellos muy interesantes como Neil Young, Half Japanese o Elliott Smith. Le ayuda muy bien con su guitarra solista Graham Poole y están producidos por Chris Potter que ha trabajó en el “Urban Hymns” de The Verve y por Paul Butler que ha trabajado con Michael Kiwanuka o con Devendra Banhart.
En este último lustro han ido sacando espaciados singles, varios de los cuales están presentes aquí en renovadas grabaciones. Y es que se fueron a grabar a un remoto paraje medieval perdido en la Isla de Wight. Los resultados han merecido la pena y van desde el electro-pop relajado de “In A Past Life” con destacadas guitarras, también, a los aires progresivos del “Blood Return” o del tema titular. Recuperan también con magia “My Own Mind”, uno de sus primeros y más brillantes singles. Antes abren con las buenas voces, ambientes y guitarras que van creciendo de “Into the Night”. No faltan preciosistas melodías como las de “Someday” o la de “Bodies” que a mí me recuerda, para bien, a los Echo & The Bunnymen. Otro momento espectacular es “Heal Slow” con su melodía parsimoniosa y con las guitarras y detalles psicodélicos un poco a lo George Harrison y otro poco a lo Elliott Smith. El final es poderoso, oscuro y grave con unas guitarras épicas que hacen de “Evil Is Always One Step Behind” un tema realmente amenazador. ¡A apuntar su nombre!. (7,5)