Aunque el cartel de este año volvía a ser de una calidad abrumadora sí que había una sensación en el ambiente de que había habido mejores nombres en otras ocasiones. También ayudaba el hecho de que dos de los tres cabezas de cartel repetían actuación como era el caso de los Depeche Mode y The Killers. El otro, los Die Antwoord eran muy esperados por servidora para comprobar a uno de los nombres más incontestables de ese fenómeno reciente que es el trap. Al final hubo lleno total el día de The Killers y entre los 3 días, pasaron por Kobetamendi más de 112.000 espectadores a pesar de tener la competencia directa del Mad Cool. Musicalmente el éxito fue también considerable y todo en general mejoró la edición del año pasado. ¡Consolidación total pues para un festival que es ya referente europeo!
Lo bueno de estos eventos es que siempre te llevas muchas sorpresas agradables. Sobre todo, si no estás al tanto de los últimos nombres de moda o emergentes. En la primera jornada optamos en el arranque por el pop actual euskaldun de Zazkel en el Escenario Heineken. Sin más. Saltamos luego a unos magníficos Rufus T. Firefly que cantaron desde Aranjuez, con amor, las canciones de su nuevo disco. Dobles guitarras y dobles teclados a menudo. Buenos momentos de euforia y otros más melódicos y más que apreciables. Dejaron su hueco para el amor en una preciosa balada y llegaron a un estado eufórico total con la colaboración de otro bailarín teclista. Regresamos al Heineken para Circa Waves que antes de su concierto se habían paseado y fotografiado entre la gente la mar de agradables y cercanos. Arrancaron contundentes y guitarreros, aunque también hicieron bailar y saltar. Por momentos se acercaron hasta a los más frenéticos Parquet Courts.

Fleet Foxes. Foto: Rock In Focus
Regresamos al escenario principal, “Bilbao”, para flipar con la sorpresa absoluta del día y probablemente del festival. Desde Nashville, pero alejados totalmente del country fue toda una revolución el show de Cage The Elephant. Ya arrancaron de manera potente y con un hiper-excitado frontman que se hizo pronto con los favores y los fervores del público. Combinaron con aunténtica magia y energía el sonido del pop y rock garagero de los 60 con los sonidos más actuales. En algunos temas tocaban hasta 3 guitarras a la vez. Otros momentos los teclados y la locura parecía la de los Fuzztones o los Cynics. Pronto se mezcló con el público su líder y cantante y la cosa siguió en ascenso. Se atrevieron con hip-rock casi a lo Beastie Boys y hasta fusilaron el riff de “The Land of 1000 Dances”. Su guitarrista principal también se encaramó al lado de los encendidos fans y de los sorprendidos descubridores de sus virtudes. Luego el que llegó de nuevo fue el gran showman y cantante ya sin camisa y sin zapatos que caminó sobre los brazos de la gente y hasta se fue cojeando por algún mal golpe. ¡Brutales!
Después de esa tremenda exhibición de fuerza y calidad la propuesta de The 1975 nos pareció insulsa y blanda, a pesar de sus bonitas luces rosas de entrada. A veces sumaron hasta 3 teclistas con sintetizadores a la vez y nos gustaron algo con un lento bonito que remitía a los Depeche Mode. Como la cosa no rulaba nos fuimos a ver el final del cuarteto canadiense Austra, liderados por la magnética y operística Katie Stelmanis. Dos chicos a los teclados y una potente chica a la batería sirvieron para dar rienda suelta a sus ataques contra Trump. Fue con los temas de su tercer y buen disco político, “Future Politics”. Electro, house y singles bailables como el radiante “Future Politics” que titula su nuevo disco. En otros momentos, con su voz recordaba a propuestas más antiguas como Björk, Kate Bush y hasta Lene Lotvich. Algunos temas relajados podrían encandilar a seguidores de propuestas de éxito como Beach House. Se acabó en el mejor momento y corrimos a coger una buena posición para ver a mi banda más esperada del día.

Los Punsetes. Foto: Rock In Focus
Depeche Mode lo bordaron de principio a fin. Todo el día habíamos estado viendo docenas y docenas de camisetas diferentes de los de Gahan y compañía. La mayoría de ellos coincidían que era el mejor concierto que les veían. Les ayudó el fantástico y potente sonido, algo que fue habitual en toda la primera jornada (después también a lo largo de todo el festival). La puesta en escena fue sobria pero efectiva con un Gahan increíble y con algunos vídeos realmente bonitos. Antiguos y también de su reciente “Spirit”, aceptable disco sobre el que hicieron algunas merecidas paradas. Lógicamente la gente gozó más con sus clásicos más populares. Gore ayudó en algunas ocasiones con su voz solista y brilló en el “Somebody” ayudado solamente por el piano. Fue bonito verle buscando a “Alguien con quien compartir el resto de su vida”. Extenso bis de 4 canciones para un total de más de 20 que no podía acabar más que con el “Personal Jesus”. A algunos de los seguidores más viejos (de ambos sexos) nos faltó su inmortal y saltarín “Just Can’t Get Enough”. Eso no impidió que hiciéramos el camino hasta los autobuses, pues había que trabajar al día siguiente, con gran alegría y una amplia sonrisa a pesar de dolernos, sobre todo, perdernos a los estupendos Spoon, aunque Justice también la liaron parda por lo que nos contaron al día siguiente.
Con el cuerpo sin el descanso suficiente, pero con ganas de disfrutar acudimos el día de San Fermín, con nuestro pañuelo rojo y todo, ya que no podíamos estar a la vez en Pamplona. La 2º Jornada del Bilbao BBK Live colgó el cartel de no hay entradas con 40.000 almas que, mayormente, querían ser “Asesinados suavemente” (que cantara Roberta Flack) por “Los Asesinos” de Las Vegas, The Killers. A nivel musical la jornada no me pareció tan redonda aunque hubo muchísimos momentos muy buenos. Por “Imperativos legales” no pudimos llegar hasta la hora de Explosions In The Sky. ¡No importa, era la hora y la primera banda que teníamos marcada como obligatoria de ese día! Y la marcamos por algo. Comenzaron realmente explosivos con sus tres guitarras haciéndose excelentes contrapuntos. Luego fue una hora casi sin interrupciones con subidas y bajadas, pero también con muchos matices preciosistas. Demostraron con creces lo apropiado de su nombre con muchos momentos explosivos y con bastantes, también para elevare hasta el cielo. Llegamos justo para ver el final de los catalanes Anìmic que han firmado uno de los discos nacionales del año. Suenan en disco, y lo hicieron en directo, más electrónicos que nunca pero con canciones llenas de sentimiento y humanidad como “Inhuman”, “TV”, “Glass”, o la preciosa “Whales”. Por momentos Louise y los suyos recordaron a la mejor Nina Hagen o a Björk pero con doble ración de sintetizadores. Les teníamos muchas ganas a los Fleet Foxes y nos encantaron, aunque no sonó tan bien como el día anterior. tuvieron excelentes momentos de folk progresivo del siglo XXI. También sonaron hasta dos flautas al unísono y nos vino a la mente el nombre de los Traffic. En otros momentos deambularon más campestres y ácidos como unos Jefferson Airplane pasados de vueltas. Las voces resonaron celestiales en algunos momentos y se acercaron más aún al mejor Morrissey al frente de los Smiths y hasta al Cat Stevens más hippy. Demostraron que su último disco, recibido con muy diferentes opiniones, también tiene muy buenas canciones.

Basoa por Dena Flows
La lluvia y el reponer fuerzas alimenticias nos empujaron a ver a Jens Lekman en lugar de a los Phoenix que debieron preparar un excelente y muy visual show. ¡Tampoco nos importó! Lens tuvo buenos momentos de soul sintético que hubiera hecho las delicias de los fans de James Blake. También tuvo excelentes tonadas pop en onda Belle And Sebastian que le hubieran encantado a mi amigo, el gran crítico y escritor musical (gran libro sobre los Steely Dan, el suyo), Txus Iglesias. También me acordé agradablemente y en varios momentos del precioso “Boat To Bolivia” de Martin Stephenson. Era el turno para las estrellas y the Killers cumplieron con creces. A mí me gustaron más de lo que esperaba y Brandon demostró ser un excelente y elegante frontman, aunque compararlo con Bowie será siempre excesivo. Me encantó su lograda versión de los Joy Division, en teoría en las antípodas de su sonido. Si, hasta coreé alguno de sus celebrados estribillos. Luego quería ver a los Royal Blood pero la inercia me volvió a cambiar de dirección. Gran banda y gran actuación de Coque Malla en la que lo único que eché en falta fue alguna canción más de Los Ronaldos, por la cosa de la nostalgia. Pero bueno, Coque tiene muchas emocionantes canciones firmadas en solitario y con ellas deleitó a más público del esperado. Tras los últimos tragos de rigor nos quedamos para ver a los siempre efectivos y efectistas, Los Punsetes. Nueva lección de filosofía barata envuelta en traje imposible de Ouka Lele con su hieratismo habitual, pero que consigue mover emociones y músculos en los demás. ¡Buen remate de jornada!

Explosions In The Sky. Foto: Dena Flows
La última jornada comenzó en Barco promocional del que no daremos nombre. El coctel nos removió por dentro y gozamos con las tres y totalmente diferentes propuestas de la música electrónica de la vasca Rrucculla, el one man band rockero y crápula Kiong Cayman y el hip hop kamikaze de Kaixo que moló con su “Fuck Kurt Cobain”. Luego en la calle Delorean hicieron bailar a mogollón de peña con la calidez y calidad que les caracteriza desde hace más de una década. ¡Sólo les faltó alguna de Mikel Laboa!
Ya por la tarde y en Kobetas genial arranque con el desatado dúo maño, Los Bengala. Sudaron e hicieron sudar de lo lindo al respetable. Cantaban con rabia “Esoty jodidamente locomo por tu amor” e hicieron que yo estuviera jodidamente loco por Los Bengala. Hasta en inglés macarrónico se atrevieron con excelentes y agresivos resultados. Saint Motel desde Los Ángeles, molaron con su saxo de armos latinos y con su cantante mezclándose entre el público. Concierto inter-generacional e inter-oceánico con funk-rock inter-galáctico que combinaba a Prince con Jamiroquai y Kid Creole, pero también a Kraftwerk y Queen con el saxo no wave de James Chance. Los madrileños The Parrots también dieron un auténtico fiestón de garage-punk vía Sonics y sonando también como los primeros Beatles, pero más macarras y con saxo garajero. A medio concierto se subió King Cayman con su loca guitarra que también nos había sorprendido a la mañana con su buena actuación como One Man Band en el barco que navegó la ría con música. Nuestro amigo y experto aficionado nos apuntó con buen tino que recordaron por momentos a otros maños garajeros como Los Mestizos. ¡Cierto! Pudimos ver el buen final de The Orwells con un final muy de “Naranja Mecánica” y con arranques en castellano como muchas fucking gracias mercy.

Two Door Cinema Club. Foto: Rock In Focus
Era la hora de una de las actuaciones más esperadas del festival para mí. Se trataba de Brian Wilson y su banda gigante interpretando el “Pet Sounds” al completo. Pero es que hubo mucha más magia aún. A Wilson lo tuvieron que ayudar a salir pero flipamos también con la buena presencia y voz del fundador Al Jardine que lo bordó en un divertido “Help Me Rhonda” también con gran saxo. Con joyas inmortales como “California Girls”, la hermosa y coral “I Get Around” o la tierna “Wouldn’t Be Nice”. También magia con los aires casi góspel de “Sloop John B.”. Nos deleitó con sus buenos solos a la guitarra eléctrica el gran Blondie Chaplin, habitual tanto de los Beach Boys como, en otras ocasiones, de los Rolling Stones. Además de todo “Pet Sounds”, pues, tuvimos un montón de buenas y nostálgicas propinas. El hijo de Al Jardine cantó realmente bien y brilló también entre la gigante banda con una docena de músicos. Brian se emocionó al presentar su mejor canción, una preciosa “God Only Knows”. Seguimos ya la fiesta embalados con los !!! (Chk Chk Chk). Muy guapo su funk actual que cruzó a los Ike & Tina Turner con Chic. Con las habituales ropas playeras de su cantante, por cierto, y muy bien respaldado por su fantástica y volcánica cantante negra. Las guitarras también dieron su juego. Al tener que recuperar fuerzas no pudimos ver del todo bien ni muy cerca a los Two Door Cinema Club, pero no creo que hiciéramos una mala elección. Me tocó ver en solitario a mis queridos Primal Scream a los que tenía muchas ganas ya que el año pasado me los perdí en el Azkena debido a un accidente previo de Gillespie. Bueno no estaba del todo sola porque la lluvia me acompañó a raudales y me empapé de arriba a abajo. También me empapé con su “Swastika Eyes” y con sus muy buenos momentos de un “Screamadelica” muy protagonista en el set-list. Momentos sublimes: el soulero “Movin’ On Up”, el psicodélico “Come Together” y la siempre emocionante y muy góspel, “(I’m Gonna) Cry Myself Blind”. Estuvieron muy bien pero faltó algo más de pasión y alguna explosión final mayor. The Lemon Twigs debieron montárselo muy bien a la misma hora. Luego comprobamos lo que ya imaginábamos. El trap, aunque con la atractiva líder de Die Antwood, en primera fila, no es lo nuestro. Demasiada tralla, pero con poco sentido para mí. Mucha violencia y sexo en imágenes y la gente saltando sin parar. Por eso optamos por acabar el festi con la revelación punk del momento. Fue una excelente elección pues con Biznaga secamos toda la empapada anterior, hicimos pogo muy a gusto y sin excesivos agobios y fue un gran final para un repleto festival con mucha calidad, gran sonido y mejor ambiente. ¡Nos vemos en el próximo!

Blonde Redhead. Foto: Dena Flows

Primal Scream. Foto: Dena Flows

chk chk chk: Foto: Tom Hagen

Depeche Mode. Foto: Tom Hagen

Justice. Foto: Tom Hagen

Los Bengala. Foto: Tom Hagen

Nina Coyote eta Chico Tornado. Foto: Tom Hagen

Vulk. Foto: Tom Hagen