Aunque su título pueda indicar que han puesto toda la sangre en su nuevo y décimo disco, yo no lo veo así. Este grupo que tuvo enorme popularidad las dos décadas pasadas en el rock alternativo más mainstream ha querido hacer una especie de repaso a su mutante trayectoria. Un camino que comenzó cercano al hardcore y al horror punk pero que fue mutando saltando al pop alternativo más comercial, con espacio para arreglos electrónicos y hasta para el rock gótico más épico.
Al frente de los actuales A Fire Inside sigue la potente y versátil voz de Davey Havok, pero ahora no suenan tan metal como en su anterior “Burials“. comienzan con “1” de manera potente y ya nos cuelan el primero de sus muchos estribillos atractivos pero bastante facilones y, algunos. hasta inofensivos. Me gusta más el de “2” con sus tonos épicos y me gusta que el tema discurra veloz a pesar del dominio circunstancial aquí de las guitarras acústicas. Algunos de los buenos momentos son la lenta “8” con su potencia sonora y otro buen estribillo. Flojean en el punk de estadios de “9”. “11” suena comercial pero es un bonito y melódico tema con sus tintes épicos. Finalizan el excesivamente largo disco con “14” y sus aires más góticos para completar toda su paleta estilística que, para mí, suena algo dispersa, aunque quizás satisfaga más a otros que les siguen desde sus tiempos en Nitro Records (The Offspring), cuando se codeaban con Swingin’ Utters o les producía el gran Butch Vig. (6)
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