¡Nunca segundas partes fueron buenas! En este caso también se cumple el refrán, pero no porque sean malas, sino excelentes. 20 años le ha llevado a uno de los mejores guitarristas de rock sureño y hard rock de todos los tiempos el hacer la continuación de su “Book Of Shadows” del año 96.
Su popularidad, no obstante, le viene más por estar al frente de la banda de rock sureño, Black Label Society. Pero sobre todo le viene de ser el guitarrista de la banda de Ozzy Osbourne durante casi 25 años. Aquel disco del 96 fue fruto de una profunda depresión particular. Este nuevo disco también viene de una crisis personal que le ha permitido excavar en lo más profundo de sus sentimientos para entregarnos su vida a jirones a lo largo de casi 80 minutos con intimistas y, mayormente, acústicas canciones.
Por eso no esperes encontrarte aquí efluvios a Black Sabbath o a Lynyrd Skynyrd y Molly Hatchett. Piensa mejor en Bruce Springsteen, John Mellencamp, Mark Lanegan, John Hiatt o Chris Cornell. Lo bueno también es que no solo demuestra un grandísimo dominio de las guitarras, sino que se sale con el órgano Hammond y también con el piano. Así el Hammond domina el arranque lento pero potente de “Autumn changes”. Tiene algo de las baladas más épicas de Bob Seger o John Hiatt en la triste “Tears of december”. Pero tiene más aún del Bruce Springsteen de temas como “Point blank” o “The river” en muchos momentos a lo largo del disco como “The King”, “Lap me down” o la sublime y nocturna “Darkest hour” que de verdad nos lo muestra al borde de la desesperación. En todas ellas y muchas más tenemos sus característicos punteos que te cortan el hipo. En “Sorrowed regrets” y otros momentos, además del lado más íntimo del Boss se aprecian también influencias de Mark Lanegan o Chris Cornell. Entre los 3 jugosos extras emocionantes revisiones al piano y voz como la de “Tears of december”. Debió ser muy duro aquel diciembre para Zakk. ¡Emocionante, pasional y con muchísimo jugo!. (8,5)

Caroline. Music As Usual