{english below} Comenzando por su propia revista “While You Were Sleeping” (“Mientras dormías”) y continuando con su impresionante lista de películas documentales, Roger Gastman, ha reunido méritos suficientes como para consagrarse como un experto sobre la contracultura de Washington DC. Su interés por la cara B de la capital de la nación, su exploración insaciable del punk, el harcore, el graffiti y todo lo relacionado con la contracultura le abrieron un camino oculto repleto de callejones, clubes oscuros y hasta los mismísimos santos muros de Smithsonian.
Sus dos últimos proyectos son cartas de amor a sus amantes más callejera. La primera, un libro y un documental sobre el 9:30 Club. Una inmersión por aquel tiempo y aquel lugar en el que los artistas de muro se cruzaron con el hardcore, punk, el indie y su inconfundible huella en el linaje artístico del DC. Y la segunda, “Wall Writer “, que abarca la temprana, vasta e indocumentada historia del graffiti en Washington, todo ello narrado por la leyenda del video John Waters.
Pocos tienen el conocimiento y la comprensión para hacer frente a proyectos de una naturaleza tan diversa y muchos menos, han tenido la posibilidad de vivirlo en primera persona. Roger ha sido uno de ellos y se nota.
Sobre ambos proyectos ha versado la conversación que he mantenido con Gastam, además de sobre sus intenciones de inmortalizar y poner algo de orden en este gran cajón de sastre que es la cultura alternativa.
BAMA poses in front of his painting “Orange Juice”, Razor Gallery, 1973. foto: Herbert Migdoll
Háblanos del porqué de tu compromiso por documentar la contracultura de D.C y su relación con el graffiti. ¿Es algo personal o existe una historia más profunda que deber ser contada?
Crecí en Bethesda MC, justo en la frontera con Washington D.C. Pasé mi juventud explorando los barrios bajos y por 1991, ya conocía de sobra su historia musical y estaba empezando a aprender sobre sus graffitis y subculturas. A través de estos proyectos me he permitido el seguir explorando todas las cosas que me encantan y que tanto han influido en otras cosas que he hecho.
¿Y cuál crees que podría ser ese gancho que suscitara el interés de toda esa gente que no está tan enterada?
Pues lo mismo que para cualquier otra contracultura. Son algo privado hasta que la gente empieza a prestársele atención en los medios: un artículo en una revista que precede a otro en otra revista y así.
No es ninguna locura decir que 9:30 Club comenzó como un local pequeño para eventos alternativos que ha crecido hasta llegar a ser uno de los clubes más conocidos y respetados en el mundo en el que las bandas vuelven una y otra vez para tocar. Sobre el graffiti… ¿qué puedo decir? Es una cultura muy amplia con muchas subuculturas satélite. El clubbing y el graffiti son dos mundos muy distintos pero que han jugado un papel importante en mi vida.
¿Tus mejores momentos en el 9:30?
Hay tantos que solo recuerdo unos pocos. Trabajar en el libro ha catapultado mi culo a innumerables momentos, ¡no era consciente de haber ido tantas veces! Un recuerdo que tenía totalmente olvidado y que me alegró recordar, fue el ir al 9:30 en vez de un gran baile de fin de curso en limusina. En el epílogo del libro hablo sobre ello. También el volver a casa después de un concierto de Gwar cubierto de sangre de mentira en séptimo u octavo grado, el ir a la prueba de sonido de Urge Overkill…muchos momentos. Pero sin duda algo que nunca, nunca voy a olvidar es del olor de F Street. Daba igual lo que hicieses porque no te lo podías quitar de encima.
¿Qué has aprendido profundizando en la historia de cada materia y cómo han cambiado tus miras sobre ellas?
Trabajar en el proyecto “The 9:30 Club” me ha hecho ver que era mucho más que un negocio y que de verdad quería alimentar la escena musical de la capital con algo bueno.
De algún modo, el 9:30 era como un equipo de baseball, ya que mucha de la gente que disfrutó allí también fue parte del staff o incluso bandas que han crecido bajo el ala de la compañía matriz I.M.P. Es horrible pensar en lo aburrida que hubiera sido la escena si Seth y Rich no hubieran cogido el club y lo hubieran llevado de la manera que lo hivieron. Creo que muy poca gente conoce la parte trasera de la historia y el gran respeto que tenían por la comunidad.
Husmeando por el grafdfiti y demás temas ilegales, me chocó mucho el ver la escasez de influencias externas que había en su época más temprana y cómo, aun sabiendo que la cultura era mayor en otras ciudades, los chavales simplemente divagaban como podían. Me hizo darme cuenta del duro trabajo que tuvieron que desempeñar hasta llegar a donde llegaron.
En el caso del graffiti, ¿cuán complicado es encontrar ese “punto de partida”? ¿O es que directamente no existe?
Es una pregunta muy difícil de contestar. Para la gran mayoría no es quién empezó primero, si no quién hizo la primera pintada en su vecindario. He investigado muchísimo sobre el tema y, como ya se sabía, comenzó en Philly y NYC alrededor de 1967. Mientras que podríamos afirmar, con mucha seguridad, son ellos los que conocieron a esa persona X que emepzó todo, no fue hasta después de 1967 cuando empezó a ese comienzo real y a verse a niños que escribían su nombre en las paredes de su barrio solo por fama. Sobre este tema, he escrito un libro y grabado un documental llamado “Wall Writers” que saldrá durante este año. ¡Merece la pena echarle un vistazo!
Para alguien que no haya estado nunca en 9:30Club, ¿qué sensación esperas que se lleven consigo?
Quiero que hacerles saber a través del libro que no era un “club de rock”, si no, más bien, un lugar de encuentro para todos los tipos de música que puedas imaginar. El 9:30 ha apoyado y continúa apoyando a la comunidad local del D.C. Sus empleados son como una gran familia y eso se nota en el trato hacia los clientes.
Creo que hay una generalización en cuanto a que en el punk lo importante es la credibilidad y en el del graffiti, la fama. Tú que has estado involucrado en ambas, ¿cuál es tu opinión?
Buen pregunta, ¡la mejor que me han hecho en mucho tiempo! Estoy totalmente de acuerdo con tu afirmación. El graffiti va de la fama, sin importar lo que el graffitero diga. Y el punk va de a quién creerse. Ojalá pudiera darte una mejor respuesta, pero es que ¡lo has clavado! Te voy a robar el concepto. Sí, es mío. Olvida todo lo que acabas de leer…
¿Cuál es tu mayor preocupación a la hora de enfrentar un proyecto?
Eso es fácil: la búsqueda. El encontrar esas fotos que nadie ha visto, el encontrar a esa persona sobre la que nadie ha oído hablar.
Pump Me Up: DC Subculture of the 1980s
COCO at UGA. 1973. Foto: Michael Lawrence
CORNBREAD. 1971
LEWIS in the military. 1973
MIKE 171 y SJK 171
Mike 171. 1971
Philadelphia, 1971
ROCKY 184 y STITCH 1, 1972
SJK 171 en UGA, 1971. Foto: Herbert Migdoll
Snake 1
SNAKE 1, STATIC 5, FLASH 191 y STITCH 1 PS 189 school, Washington Heights, New York. 1973
TAKI 183
TAKI 183
JON NAAR
The Bronx. Nixon and CHARMIN 65 tag. 1973
English:
CAPTURING CAPITAL CULTURE WITH ROGER GASTMAN.
From his DIY magazine While You Were Sleeping to his impressive list of documentary films, Roger Gastman’s established himself as an expert on the subcultures of Washington, D.C. Gastman’s interest in the underbelly of the nation’s capital, stem from his youthful explorations into punk, hardcore, graffiti, and all things counter culture. Those passions led him down a path, from the alleyways and grimey nightclubs, to the hallowed walls of the Smithsonian.
His two latest projects are billboards and love letters to his subculture heritage. A book and a documentary, The 9:30 Club: A Time and a Place and Wall Writers delve into the cross pollination of hardcore punk, indie music culture, graffiti, and their unmistakable mark on D.C.’s rich artistic lineage. Few have such an interest, knowledge, and understanding to tackle such projects, and also understand how they’re connected and dramatically different. Wall Writers proves to be a landmark work for Gastman, as it tackles the early, largely undocumented history of D.C. graffiti, and is also narrated by the legendary filmmaker John Waters.
I spoke to Gastman about both projects and his drive to immortalize these rich pockets of creativity and outsider culture.
Why are you so committed to documenting D.C. subcultures and cultural history of graffiti in general? Is it the personal connection or is there a larger story there that he feels needs to be told?
I grew up in Bethesda MD, right on the border with Washington, D.C. My youth was spent going downtown and exploring. By 1991 I was fully aware of D.C.’s music history and was starting to learn about its graffiti history and other subcultures. By doing these D.C. projects it allows me to keep exploring all the things I loved growing up and that influenced so many things I have done.
Outside of those connected to these two topics, what does you see as the larger “hook” to those who might not be aware of them?
Same thing with any subculture – it’s private and small until people start paying attention. One magazine article leads to another and so on. It is safe to say that the 9:30 Club started off as a tiny club for alternative acts and has grown in to one of the most well known and respected clubs in the world where bands come back time and time again to play there. Graffiti… what can i say? It’s a huge culture with so many subcultures that have spun off of it. The club and graffiti are two very different worlds but both have played a major role in my life.
Best memories of the 9:30 Club.
There are so, so many that I don’t have just a few. Working on the book really kicked me in the but and reminded me how many times I went to the club. Seems like i was there a few times a month until I moved away from D.C. in 2004. One memory I had totally forgot and am so happy I remembered was going to the 9:30 instead of a fancy school dance in 9th grade in a limo. Read the foreword of the book – I talk about it. Coming home after a Gwar show covered in fake blood in 7th or 8th grade—hearing Urge Overkill soundcheck, Ice Club in the old club. So, so many. But of course one thing you can never, ever forget is the smell from F Street. No matter what you do did you could not get rid of it.
What have you learned in diving back into the history of each subject and how did it change his views of them?
Working on the 9:30 Club project, I really learned it was much more of a fly by night operation that ended up with a huge game plan and really continued to feed the D.C. music scene. In a way 9:30 Club was like a AA baseball team. So many people have stuck with the 9:30 from staff to nbands and so on and have grown with the parent Company I.M.P.. It is scary to think how boring the D.C. scene would have become if Seth and Rich did not take the club over way back when and run it the way they did. I don’t think most people know the behind the scenes back story and how much respect they have for the community.
Digging up D.C. graffiti and other illegal things I am always shocked to learn about the lack out outside influence in the early scenes and how even though the culture was large in other cities these kids were just “figuring it out.” It has made me appreciate a lot of early crude work much much more.
In the case of graffiti, how difficult is it to find a true “starting point” of the art and practice and do we think that will ever change or is there no true beginning?
It is a very hard question to answer. To most people it is not who started first its what they saw first in their neighbourhood. I have done serious research on the topic and graffiti as we know it today starts in Philly and NYC around 1967. While it’s safe to say each city can claim they had X person something earlier or first, 1967 is when the culture really begins and kids start to take notice and leave their neighbourhoods to write their names for the sake of fame. I have a new large format book and documentary film that are out this year all about the subject called Wall Writers—check it out!
For someone who has never been to the 9:30 Club, what would their takeaway be from the book and what do you hope for them to learn?
I want people to come away from the book knowing this is not a “rock club.” This is a venue that for over 35 years has played home to every kind of music you can think of and taken chances over and over. 9:30 has supported and continues to support the local D.C. community and various charities. Its employees are treated as family and that trickles down to how the patrons are treated. Oh yeah… they put on a lot of amazing shows and there is a good chance it’s the smallest venue some of your favorites will play in.
I think there’s a generalization that punk has always been about credibility and graffiti is about fame. Being so involved with both, what’s your take on this?
Good question. One of the best in a long time! I completely agree with your statement. Graffiti is about fame. No matter what a writer tells you that is the end game. Punk is about credibility. I wish I could say more here. But you nailed it. I should steal this concept. Yeah it’s mine. Forget you read this …
Biggest rush for you in working on each project
That is a simple answer. It is the thrill of the dig and the hunt. Finding those few photos that no one has ever seen, digging up that person that no one ever found but always heard about. The crazy spiral that the research takes you down is the rush.
www.930book.com
www.wallwritersthemovie.com