Una vez mas dos de los gigantes japoneses vuelven a verse las caras cual clásica pelea entre Godzilla y Mothra en un disco que, como poco, es una de las escuchas mas desafiantes con las que nos hemos encontrado en lo que va de año (y me atrevería a decir que de siglo, e incluso de milenio). Los contendientes no son otros que Boris, representantes máximos del drone mas elegante, y Merzbow, rey indiscutible del ruido, o del noise, o del harsh noise, o de cómo se llame esta semana. El disco se presenta en un formato a priori bastante interesante de doble cd o cuádruple lp, donde cada banda ocupa un tiempo de alrededor de 70 minutos (lo cuál para los que son de letras hace un total de unos 150 minutos), en el que Boris nos presentan nueve de sus grandes éxitos reimaginados como canciones etéreas, sin ninguna percusión, pero con toda la profundidad y alcance de sus monolíticas guitarras y las fantasmagóricas voces susurrandonos desde una nube de reverb y delay, mientras que Merzbow nos trae cuatro piezas originales, que en duración cubren los mismos minutos que Boris, donde da rienda suelta a toda su oscuridad y maldad electrónica carente de cualquier tipo de ritmo, estructura o, ya puestos, cordura. Lo realmente interesante de este lanzamiento es la posibilidad de escuchar ambos trabajos de forma simultanea, dando así lugar a una tercera parte donde la profundidad y belleza de Boris queda salpicada, si no enterrada, bajo la agónica, desquiciante y fría electrónica de Merzbow, o viceversa. En definitiva este es un disco (o un conjunto de ellos) no apto para no iniciados en los oscuros caminos del drone mas profundo, de escucha dura pero cuyas recompensas están garantizadas por la amplia y espectacular trayectoria de estos gigantes japoneses. Como se dice en la última película de Gozdilla que hemos podido ver: “Dejadlos que peleen”. Muy recomendable. (9)
Relapse