Para su expedición desde Alaska hasta Brasil, Charles y Lucie decidieron que en vez de ser ellos los fotógrafos del viaje, dejarían esa tarea a los habitantes de los distintos lugares por los que irían pasando. Y para ello entregaron una cámara desechable a cada una de esas personas y les pidieron que capturaran con ella su día a día. El resultado es Local Eyes, una joya visual que hará las delicias de cualquier aventurero.
Detrás de Local Eyes estamos Charles Antoine De Sousa y yo, Lucie Bascoul. Charles es director de arte en publicidad y yo soy diseñadora gráfica en una revista. Como parte de nuestro oficio, trabajamos conjuntamente en nuevas ideas que Charles transforma en anuncios y yo en diseños.
Este proyecto surgió de combinar la pasión que Charles y yo compartimos por la fotografía junto con nuestras experiencias previas viajando.
En previos viajes nos dimos cuenta de que nuestros viajes eran mucho mejor cuando gente local se nos unía. Descubres lugares donde comer, información única, y detalles graciosos. Lo que quisimos durante este viaje es formar parte de sus vidas por un momento. A través de sus fotografías podemos ver una pequeña parte todo esto, todo un privilegio que no habría sido posible de no haber sido por ellos.
Estando en Perú tuvimos la oportunidad de conocer a dos miembros de las comunidades que viven en el Valle Sagrado de los Incas. Nos llevó casi dos horas de tortuoso y peligroso camino hasta llegar allí. Uno de los lugareños pensó que había terminado el carrete de la cámara desechable, cuando en realidad solo había gastado el primer disparo. Cometimos el error de dar por hecho que sabía cómo utilizarla, así que tuvo que empezar de nuevo.

Creamos una campaña de Crowdfounding que nos ayudó a comprar el material fotográfico y de vídeo, pero más que nada, a comprar, enviar y revelar las cámaras. Una vez conseguimos el dinero mandamos las cámaras a cada uno de los lugareños y nosotros viajamos a Alaska para empezar desde allí nuestro viaje hacia Norteamérica y Sudamérica seguidamente. La parte más difícil fue a la vuelta, cuando tuvimos que editar, traducir y subtitular todos los videos. Para la web tuvimos la suerte de contar con Valentín Marmonier.
En ningún momento consideramos utilizar cámaras digitales. Queríamos que todos tuvieran las mismas limitaciones a la hora de fotografiar sin importar dónde vivían. Cada cámara desechable tenía 39 disparos forzándoles a pensar sobre lo que querían enseñarnos. La otra razón concierne la propia identidad del proyecto ya que al utilizamos el mismo tipo de cámara, la calidad de las fotos es siempre la misma. En definitiva, la fotografía analógica ha hecho que el proyecto cobre más interés.
Con esta experiencia he aprendido a ser más organizada y apasionada, sobre todo cuando trabajas en un proyecto tan grande y con tanta gente involucrada. La gente que vas conociendo te enseña mucho, su día a día es muy diferente al tuyo, y eso es algo increíble.
Ahora estamos trabajando en un libro impreso sobre el proyecto y puede que también continuemos el proyecto, pero con algún que otro cambio. Estad atentos.
















www.localeyesproject.com