Tim Kerr es un músico/escritor/productor/artista/skater nacido y criado en Texas. Hacer una nota escueta a modo de introducción de una de las figuras más influyentes en la cultura subterránea es tarea difícil, pero si a grandes rasgos te digo que es admirado por artistas de la talla de Thurston Moore, Ian MacKaye o Henry Rollins, que es uno de los creadores de la banda punk Big Boys (que tanto influiría a bandas como los Red Hot Chilli Peppers y precursora de skate punk) o que, además, con Poison 13 (otro de sus grupos ) sentaría las bases del posterior movimiento grunge, creo que la cosa va quedando un poco más clara. Además de todo esto, Tim Kerr es un reconocido artista plástico y ha producido los discos de muchas de tus bandas favoritas. Si todo esto no es suficiente, sólo decirte que no te he contado ni una millonésima parte de la historia de esta gran figura, aunque esta entrevista desvela algunos de sus secretos. El resto forma parte de la leyenda.
foto: Bill Daniel
Empecemos la entrevista hablando sobre el presente más estricto a modo de “carpe diem”. ¿En qué proyectos estás involucrado actualmente?
Las cosas que ocupan la mayor parte de mi tiempo son la pintura, hacer fotos y tocar música irlandesa. Los únicos compromisos cerrados que tengo son una exposición de fotografía en el festival Chaos In Texas, que se celebrará en Austin, y una muestra colectiva en Denver con Lindsey Kuhn y Scott Stanton que se inaugurará en septiembre. También estoy intentando organizar una exposición para este verano en el estudio de Jack White en Nashville y me gustaría que coincidiese con la grabación del disco de Lee Bains & The Glory Fires en esa ciudad. La idea sería grabar algo en directo en el estudio de Jack durante la exposición. Esto aún no está cerrado, así que no puedo confirmarlo. A principios del año próximo habrá una exposición en un museo en Texas, con las mismas obras que ya mostré en la Webb Gallery de Waxahachie. Así mismo, estoy involucrado en un nuevo proyecto musical que se llama Up Around The Sun, que el sello Monofonus editará en los próximos meses. Se trata de Jerry Hagins, Michael McCullough al violín y un servidor. Todo es en acústico y estoy muy ilusionado. Dicho esto, ¿alguien se anima a montarme una exposición en España?
Ahora que el mundo está hundiéndose gracias a la mayor crisis de la historia del capitalismo, ¿mantienes la fe en algo concreto o no crees en las utopías?
Creo en las personas que celebran la autoexpresión de una manera positiva. También en la naturaleza cíclica de las cosas y en el poder de atreverse a hacer algo, aunque estés tú solo.
Big Boys
Eres músico, escritor, artista, productor e intérprete… con todas estas facetas profesionales podríamos decir que te has convertido en una especie de hombre del Renacimiento. ¿Qué te apasiona de cada uno de estos “trabajos” y en qué disciplina te sientes más cómodo?
¡Gracias! Tomaré todo esto como un cumplido, pero me resulta complicado diferenciar las actividades que hago. En este sentido, la música siempre tiene un papel muy destacado, aunque solamente se trate de la banda sonora del momento. También tengo tendencia a ver las cosas desde un punto de vista gráfico y visual. Y, como skater, veo las cosas como algo en lo que se podría patinar. Todo está conectado y sería difícil elegir solamente una disciplina.
Los tiempos han cambiado, a veces para bien y otras muchas para mal. Después de tantos años de carrera, ¿cómo valoras la mutación de la escena musical? ¿Te sientes cercano a ella?
Actualmente ya no estoy tan metido en la escena musical como en el pasado. Antes de involucrarme en otras facetas, ya me daba cuenta que la escena musical volvía a centrarse, principalmente, en los conciertos, con todo lo que eso comporta. Por ejemplo, las bandas siempre están en el escenario y el público en la parte inferior. La gente va a los shows para entretenerse, en lugar de ir como parte de una comunidad y con voluntad de autoexpresión. Hay mucha gente haciendo cosas sin importarles las reglas o los estereotipos, simplemente tienes que ser abierto de mente para verlo y apreciarlo cuando lo tienes delante. No soy de los que piensa que las cosas fueran mejores en el pasado. Por mucho que fuera divertido y que agradezca haber formado (y seguir formando) parte de todo eso… espero no haber visto lo mejor aún.
Recordando todas las bandas en las que has tocado, ¿cuál crees que ha tenido un mayor impacto en tu manera de vivir?
¡Lord High Fixers! Esta banda me enseñó que NUNCA sabes lo que sucederá a continuación y que lo mejor que puedes hacer es disfrutar el momento, el aquí y el ahora de cada suspiro que hagas. Si disfrutas con lo que estás haciendo, en lugar de moverte dentro de los márgenes establecidos, entonces se te abrirán puertas y ventanas hacia posibilidades que están relacionadas con lo que realmente te apasiona. Y eso es lo único que te lleva a ser TÚ mismo.
El sello Light In The Attic ha reeditado “Where’s My Towel/Industry Standard”, el icónico álbum de debut de Big Boys. ¿Podrías contarnos alguna anécdota sobre la grabación o alguna curiosidad de la banda que no sea habitual (como la controversia con Bad Brains en el concierto de Austin)?
No estoy seguro de que aún quede algo nuevo que decir, sobre todo relacionado con el incidente con los Bad Brains. Piensa que sucedieron muchas cosas durante aquella época con los Big Boys… así que seguramente aún queda mucho para contar. (nota: en este momento se pone a reír de la paradoja). Ahora mismo es complicado pensar en alguna historia que destaque y que no haya contado a nadie. Pero estoy muy contento con la reedición que ha hecho Light In The Attic, porque son una gente que disfruta mucho lo que hace y trabajan con el corazón.
Vuestra música siempre ha estado vinculada al mundo del skate. ¿Qué significa actualmente para ti esta escena y qué ha representado en el pasado?
Crecí practicando surf en la costa del Golfo de Texas, así que el tema del skate era y sigue siendo una prolongación del surf. Me siento muy honrado de haber formado parte de la historia de esa comunidad. Creo que de todas las escenas en las que he participado, la del skate es la que sigue más vinculada al sentido de autoexpresión del aquí y del ahora, y no está tan preocupada por intentar recuperar la gloria del pasado. Evidentemente tiene un respeto saludable por su historia, pero esto no consume ni limita su vida y su manera de crear cosas nuevas. Aún sigo patinando cuando tengo tiempo.
¿Qué puedes contarnos de la colaboración con Stereo Skateboards?
Es algo que nos llevó muchísimo tiempo hasta que se hizo realidad, pero estoy muy contento de cómo ha quedado. Espero poder hacer más cosas con ellos en el futuro, porque parece ser que Stereo quiere seguir colaborando conmigo.
En las últimas tres décadas, el hardcore y el punk siempre han mantenido una estrecha relación con el skate. ¿Cómo definirías la magia de esta música y del fenómeno del patín?
La libertad que tienes cuando expresas quien eres realmente es algo que va intrínseco en estas dos culturas. Ésta es la magia.
En los años 80 aparecisteis en la revista Thrasher y en varios de sus videos. ¿Cómo fueron aquellos desmadrados rodajes? ¿Os sentíais identificados con la Bones Brigade?
En aquellos días, Trasher era un fanzine de skate y no tanto una revista corporativa. Aquellas cintas de video eran recopilatorios que hacían ellos mismos. No se parecen en nada a los videos que existen actualmente, que cuentan con productoras especializadas, grandes equipos y un buen presupuesto. Yo empecé a patinar muy temprano y creo que DogTown y los Z-Boys tuvieron más influencia en mi y en toda mi generación. Aunque era amigo de algunos miembros de la Bones Brigade y creo que es asombroso y genial que alguien como Rodney Mullen, con toda la mierda que pasó mientras crecía, ahora sea el padrino del skate moderno. Ésta es mi humilde opinión.
Buscando en el baúl de los recuerdos, ¿qué discos te han marcado realmente en los últimos 30 años? ¿Eres un adicto al vinilo o llevas el iPod a todas partes?
Soy fan de la música y no me limito a un único proceso. Ahora, mientras respondo estas preguntas, estoy digitalizando unos vinilos en el ordenador. Creo que, en la mayoría de casos, los vinilos suenan mejor. John Coltrane, Pharoah Sanders, Fugazi y Steve Reich son, probablemente, los artistas y bandas que más me han marcado con sus álbumes. La música tradicional irlandesa y el “oldtime” provienen de una tradición oral y esto también me ha influido mucho. Cuando tocas en grupos, olvidas el poder que tiene la música en la vida de la gente.
Para esta pregunta te propongo hacer un viaje en el tiempo… ¿cuál es tu primer recuerdo del punk en Texas? ¿El primer álbum que compraste? ¿Alguna anécdota sobre ser un adolescente punk en tu ciudad?
Cuando iba al “college”, trabajaba en una tienda de discos en Austin. Entonces me gustaba la música acústica como, John Martin y Nick Drake, y el soul. Recuerdo que mi amigo Rob pagó casi 20 dólares por un álbum de Jonathan Richman. En aquellos días, cualquier lanzamiento de esta nueva ola musical tenía el mismo precio que un disco de importación. No podía creer que hubiera pagado tanto y me reía de él y de aquella música, pero también quería escucharla una vez tras otra. Creo que The Clash o el primer álbum de Wire fueron los primeros que compré. Austin tiene una gran universidad, pero cuando esta música empezó a sonar aquí, era como si llegara de un planeta tan lejano como Saturno (como Sun Ra). La gente parecía amenazada por esta música y los hippies, que durante tanto tiempo habían predicado la “aceptación para todo el mundo”, fueron los peores y los más críticos respecto a esta “cosa nueva”.
¿Crees que en aquellos días existía un sentimiento de comunidad con otras bandas de Texas como MDC y The Dicks?
Por supuesto que había una comunidad. Cuando todo empezó, aquí no había ningún tipo de división: el punk y la new wave eran la misma cosa. Era como un gran paraguas que englobaba todo lo que fuese distinto, como el rockabilly, la electrónica, la música mod… no fue hasta 1979 o 1980 que empezaron a establecerse divisiones y todo eso que no tenía normas, de repente, estaba totalmente regulado. El hardcore se posicionaba en contra de esas normas y también tuvo mucha relevancia a la hora de crear una comunidad basada en el DIY para todas las edades, con la idea de que todo el mundo pudiera estar involucrado. Pero en 1983 o 1984 también se volvió un estilo preestablecido. Aunque la filosofía del DIY no tiene fecha de caducidad, porque ya estaba aquí antes de que nosotros llegáramos y permanecerá durante mucho tiempo, incluso después de que nosotros no estemos.
Aunque Big Boys erais una banda de punk, también introdujisteis elementos de funk en vuestras canciones. ¿Qué os llamaba la atención de ese estilo? ¿Crees que ese atrevimiento inspiró a bandas como Fishbone o los Red Hot Chili Peppers?
Cuando empezamos NO había normas y tocabas lo que más te apetecía. Nos gustaba el funk, así que era evidente que se acabara colando en lo que hacíamos. Realmente, no pensábamos en lo qué hacíamos porque escuchar soul o funk siempre te pone de buen humor. Era la música que escuchábamos mientras patinábamos y, cuando estábamos preparando los conciertos a principios de los años 80, eso era lo que pinchábamos entre banda y banda, puesto que animaba al público. Sólo puedo hablar por mi, no sé por qué los Chili Peppers y Fishbone, dos bandas increíbles en su momento, optaron por el camino que tomaron.
Los conciertos de Big Boys se han convertido en leyenda, con las desmadradas peleas de comida y los vestidos extravagantes. ¿Cuál es el mejor show que recuerdas? ¿Qué concierto de otro artista te cambió la vida?
Solamente hubo una batalla de comida, ¡pero resultó épica! Y tienes razón, a veces Biscuit llevaba un vestido, aunque a veces no podías adivinar lo que era realmente. Minuteman and Minor Threat siempre sonaban mejor que la vez anterior que los habías visto, ¡aunque la primera vez ya fuese increíble! Para mi fue un impacto ir a Japón en los años 90 y ver la actitud de las bandas de allí. No en vano, la primera nota que tocaban parecía un final apoteósico y, desde ese momento, todo el concierto iba creciendo y te daba un subidón.
Dejemos la música y el punk a un lado para hablar de arte. ¿Cuáles son tus mayores influencias? ¿Qué te motivó a empezar a pintar?
Desde que tengo uso de memoria, siempre he hecho algo relacionado con el arte. También la música, pero puede que el arte surgiera antes en mi vida. En este sentido, una caja de colores fue mi primera influencia. Crecer en los años 60 y estar expuesto a todos esos estilos de publicidad, pósteres y anuncios también fue un gran impacto. Formo parte de una generación en la que, al terminar el instituto, te matriculabas a un “college”. Yo quería ir a Austin, pero aquí aún no daban clases de guitarra en su departamento de música. Y como no quería hacer clases de teatro, elegí arte porque ya me pasaba el tiempo dibujando. Fue entonces cuando realmente empecé a pintar y descubrí la fotografía. Tuve mucha suerte de tener a alguien como Garry Winorand como profesor. Cuando me gradué, empezó la época de las bandas y de la música, así que seguí ese camino. Dejé de hacer fotos y el único arte que me apetecía era el de los pósteres de los conciertos, el street art, las portadas de discos y los anuncios. También me metí en el grafiti, aunque lo mío estaba siempre relacionado con las bandas. Mi mayor influencia como artista es Van Gogh porque me gusta apreciar el grueso de la pintura en su obra. Me fascinaban los dibujos de Da Vinci, pero lo que me lanzó otra vez a pintar fue ver las obras de Basquiat, de Twist y de OsGemeos. Por lo que se refiere a fotografía, lo primero que recuerdo que me marcara son las fotos de Vivian Maier.
Big Boys. Foto: Patrick Scranton
Big Boys
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