En el trabajo como ilustrador y diseñador gráfico de Martin Ander se respira la esencia de su niñez en Estocolmo: comics, skate, punk rock, graffitis y hip hop… “Siempre he sido muy creativo y siempre me ha gustado mucho el arte y las artes impresas, por lo que soy muy, muy feliz haciendo lo que hago”.
Declara pasarse la vida haciendo sketches de cada idea que se le pasa por la cabeza, sketches que van tomando un mayor tamaño según va tomando una forma cada vez más sólida y les añade tinta antes de pasarlos por Photoshop o Illustrator. “En realidad, no suelo vectorizar o distorsionar los dibujos con el ordenador, creo que mata las lineas y la personalidad del trabajo”.
Le encantan los paseos nocturnos, pasar tiempo con su mujer y sus hijos, cocinar, patinar, salir de cervezas con sus amigos y, en verano, salir a nadar a los lagos del lugar en el que vive. Cree que la paciencia, la precisión, la intuición y el conocimiento de las técnicas son sus mejores cualidades y que un cliente que confía en su trabajo saca lo mejor de él. En cambio, ponerle un precio justo (sin pasarse de amor propio) le parece la parte más compleja de su profesión.
En este momento, se encuentra inmerso creando varios posters para diferentes eventos musicales, gráficos sobre skate, un libro y un proyecto de packaging de mayor tamaño. De cara al futuro, en cambio, desea centrarse en proyectos más personales y tener menos clientes, pero de mayor envergadura. “Me encantaría contar con el tiempo y el dinero para crear mis propios trabajos impresos, crear más libros para niños, murales y cómics”.