Erik nace y se cría en San José (en el área de la bahía de San Francisco). Antes de ser el Silicon Valley de Apple y Google, Erik lo recuerda como un lugar plagado de vías viejas de tren y una mezcla de edificios abandonados con un nuevo ambiente empresarial. Erik nos confiesa que siempre se ha sentido atraído por esos viejos márgenes y ha explorado y documentado muchos graffitis y texturas de esas grandes áreas deshabitadas . Como dice, “siempre había algo que ver si uno estaba dispuesto a arriesgarse a pena de allanamiento para encontrarla”.
Erik Otto se considera un pintor tradicional con exposiciones en galerías, y de medios mixtos incluyendo instalaciones y esculturas. Sus encargos comerciales suelen ser producción de murales e instalaciones en espacios públicos. “Los dos lados de lo que hago informan al otro”, comenta, por ejemplo, debido a esta experiencia comercial transformando artísticamente espacios públicos a visto el impacto en un público mayor.
Erik se considera una esponja: siente que siempre está continuamente absorbiendo todo en todo momento. “A veces desearía poder apagarlo pero no sé cómo”, confiesa. Su desahogo creativo es el sitio seguro donde filtrar todo el peso sensitivo de sus experiencias y la de otros. “Cada pincelada o acción conduce a la siguiente, y siempre confío en el proceso”.
Actualmente Erik está volcado en el trabajo colaborativo. Trabajando con empresas o subvenciones y desarrollando proyectos de instalaciones y murales a una mayor escala de la que puede realizar por su cuenta, mientras desarrolla un nuevo trabajo explorando técnicas influenciadas por su cambio de entorno.
Lo más difícil ha sido mudarse de San Francisco a Nueva York como creativo independiente. Pero tiene totalmente claro el alto nivel de visión y los talentos que atrae la ciudad. Erik espera sin duda una gran proyección en su carrera en los próximos 5-10 años. Forma parte de su espíritu la necesidad de mantenerse siempre activo.
Sus válvulas de escape siguen siendo las de su San José natal: bailar y el ciclismo. Veterano del breakdance, Erik siempre ha encontrado en su desahogo y evolución una forma artística de asimilar el ritmo de la danza.
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