Lo que Enriko plasma en sus fotografías no es solo la esencia de la cultura del surf y del patín, sino también el arte y la belleza que inevitablemente surgen de la interacción entre el hombre y el mar. Retratos y paisajes quedan representados con el look que solo la magia de la fotografía analógica puede capturar.
Crecí en Tenerife rodeado de muy buena gente y de un clima tropical y tranquilo. Pasé la mayor parte de mi infancia patinando en “el corte”, que era la mítica plaza de El Corte Inglés y en Soul Grind Skate Shop, mi segunda casa.
El arte siempre me ha rodeado gracias a mis padres y a mis amigos. Hace unos años compré una cámara de 35mm por dos euros en un rastrillo sin ni siquiera saber usarla.
Realmente no sigo ninguna rutina a la hora de trabajar. De hecho todos los días trato de llegar al trabajo por un camino distinto, así puedo ver las cosas distintas que me rodean.
Ahora mismo estamos grabando con el grande de @rauletecompadre. Es un video que mezcla surf, arte y su día a día.
Lo más difícil a lo que me enfrento en el trabajo es cuando no llego a conectar con la persona que voy a fotografiar.
Cualquier cosa que me transmita libertad y me satisfaga visualmente me sirve de inspiración. Ya puede ser ver cine, videoclips, galería de fotos o vídeos de patín y de surf.
Desde niño hasta hoy quien más me ha inspirado es El Príncipe de Bel Air.
Actualmente escucho mucho Dano – Saturno (Emelvi Remix). Mi comida favorita es sin duda las papas con mojo de mi abuela.
Patinar y surfear son de las cosas que más me gusta hacer en mi tiempo libre, de ahí viene que me mole transmitir mi forma de vida con algún vídeo o fotografía. Beber cerveza es mi otro talento secreto.
Lo mejor que hay de relajarse es una buena cerveza fría y una sudada patinando con amigos.
TUMBLR
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