En un mundo donde los artistas se toman a sí mismos demasiado en serio, el artista británico Ian Stevenson viene a recordarnos que no es para tanto. Influenciado por la naturaleza cotidiana de las personas y el mundo que le rodea, este diseñador gráfico metido a artista crea ilustraciones cargadas de sarcasmo e ironía en las que refleja la realidad del siglo XXI. A pesar de que su trabajo desafía abiertamente el concepto de arte, sus obras han pasado por algunas de las instituciones artísticas más prestigiosas, como el Tate Modern o la galería Haunch of Venison.
Me gusta hacer arte desde una perspectiva diferente. En un mundo donde la publicidad trata de vendernos la idea de perfección, mi trabajo parece sentirse más atraído por el lado menos perfecto de la vida.
Siempre me interesó el arte, pero pronto quedé arrastrado a la parte más académica, ya que pensaba que era lo que tenía que hacer en ese momento. Mis clientes lograron desmotivarme en repetidas ocasiones y acabé dándome cuenta de que tenía que dedicarme al arte.
Me gusta crear una respuesta emocional a cualquier tema que esté tratando. Quiero hacer pensar a la gente que ve mis obras. Mis trabajos no están pensados para acabar decorando casas. Ya hay bastante de eso. No creo que pertenezca a ninguna escena artística concreta, pero si soy parte de algo es de ese grupo de individuos que, desde un punto de vista similar al mío, hacen sus propios trabajos a través de Internet.
A la hora de crear, simplemente se me ocurre una idea y la saco de mi cabeza para poder enseñársela a otras personas. Tengo una pila de papeles donde garabateo esas ideas rápidamente cuando me van surgiendo. Más tarde vuelvo a esos garabatos y desarrollo la idea inicial.
En el futuro, me gustaría continuar trabajando en mis propios proyectos y también que la gente se siga poniendo en contacto conmigo con nuevas propuestas. El otro día me pidieron que diseñara una alfombra, quién sabe qué será lo próximo.
www.ianstevenson.co.uk