Outadelic es una nueva sección dedicada a viajes y naturaleza que inauguramos con una travesía por la Sierra de las Nieves, mas concretamente por el lado norte de la misma, donde apenas existen senderos oficiales. La Sierra de las Nieves es una majestuosa formación montañosa de orografía escarpada al noroeste de la provincia de Málaga, un lugar singular por su biodiversidad, con reliquias naturales como los Pinsapos, arboles prehistóricos que datan del Cuaternario, de porte tosco y majestuoso que denotan a simple vista la capacidad de resistencia que los caracteriza.
La Sierra de las Nieves ha sido testigo mudo de la historia de alguno de los episodios más importantes de la historia de la humanidad. De sus yacimientos minerales, sociedades prehistóricas obtuvieron el precioso metal que dio nombre a la Edad del Cobre. En sus montañas Julio Cesar libró alguna de sus más duras batallas. Sus bosques proveían de madera para la construcción de barcos destinados al comercio con America. Las abundantes cuevas de la zona fueron el refugio perfecto para bandoleros como Tragabuches, Zamarrilla o Pasos Largos.
Fenicios, Griegos, Romanos, Arabes, Cristianos han conocido sus bondades y misterios, dejando una huella imborrable de leyendas y folklore, que cristalizan en expresiones artísticas como el flamenco, que emana con fuerza de estos parajes, fuente de inspiración de cuentos y oscuros relatos que remiten personajes como La Caina, una bruja despeñada por la Inquisición por el Tajo que desde entonces lleva su nombre.
Abandonados cortijos de gruesos muros de piedra, diseminados por toda la Sierra, desafían el paso del tiempo, evocando la dureza de una extinta forma de vida sustentada en la ganadería y una precaria agricultura. También quedan rastros del negocio de la nieve, que da nombre a la sierra y era un bien muy preciado que se obtenía de los neveros, pozos situados a más de 1.700 metros de altitud que conservaban la nieve, y se vendía en la cercana Ronda, Málaga o algunos pueblos del valle del Guadalquivir hasta 1931.
Han sido dos días de travesía a finales de mayo siguiendo veredas olvidadas que nos conducían por el corazón de una sierra pletórica de primavera que nos mostraba sin rubor sus más íntimos secretos de lechos florecidos en los que pastaban indiferentes cabras montesas, silencios rotos por el graznido de una negra nube de grajos entre cañadas arbóreas a los pies de la montañas.
Queremos agradecer la inestimable colaboración de HeimPlanet y a la Delegación Territorial de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio en Málaga.
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